ARTE
Teresa Margolles propone que te acerques para entender
La artista mexicana regresa en Es Baluard de nuevo a la frontera para convertirse en altavoz de colectivos silenciados
Martha Rosler, Ana Vieira, Campano y Teresa Margolles son parte de la programación que nos deja los primeros meses de Imma Prieto como directora de Es Baluard . Una nómina que evidencia lo que se puede hacer, sin grandes presupuestos, cuando se confía en profesionales de trayectoria reconocida mediante un concurso independiente. La programación de Prieto se imbrica en un proyecto de calidad, actual y reivindicativo, con propuestas posicionadas que tienen su origen en problemáticas globales que buscan sus interferencias y conexiones con el propio contexto.
La piedra , de Margolles (México, 1963) es un claro ejemplo. Partiendo de un ámbito de investigación en tres vértices -mujer, trabajo y frontera- , la artista plantea un análisis que se inicia en la confusión del murmullo cruzado y simultáneo de los pasos fronterizos donde se trafica con objetos y sujetos. El testimonio oral acumulado de mujeres que se ganan la vida en «el límite» -en esta ocasión, en el Puente Simón Bolívar que une Colombia y Venezuela- compone un registro sonoro deliberadamente confuso que sólo es comprensible desde la proximidad, desde ese acto al que nos obliga Margolles de acercarnos físicamente a las declaraciones de las mujeres protagonistas de su proyecto.
Estas, que sobreviven pasando mercancía de un lado a otro de la frontera, primero en carretilla, luego a peso, apenas se comunican entre ellas. Es el acompañamiento que realiza la artista durante más de dos años el que termina venciendo sus cautelas. Margolles actúa entonces de catalizadora de la fuerza de estas mujeres esenciales para el desarrollo familiar y económico de la zona , asistiendo a su proceso de empoderamiento, retratándolas unidas, escuchándolas, dándoles voz y visibilidad; pero también, desgraciadamente, siendo testigo de esos otros procesos de degradación que evidencian la precariedad y la vulnerabilidad de sus vidas, representando ese desespero sisífico que la esterilidad de sus trabajos les produce.
Desde esas coordenadas extremas de fricción, de violencia, de lucha por la supervivencia, es desde donde este proyecto trata de explicar la ubicación de la dignidad de cada ser humano , el desequilibrio, la injusticia, el valor de la vida, la presencia de la muerte. Unos elementos que comparecen de manera frontal y directa en la performance Sobre la sangre , realizada para la cita, cuyos rastros quedan en la última sala, la que completa el poderoso mensaje de Margolles. Aquel que nos dice que, si queremos entender algo, debemos levantarnos de nuestra obscena poltrona, acercarnos, meter las manos en sus entrañas y palpar sus vísceras.