LIBROS

Jan Stocklassa: «Suecia no es una sociedad perfecta»

En «Stieg Larsson. El legado» (Roca), el periodista y escritor sueco toma el testigo del autor de la saga «Millennium» para desvelar las claves del asesinato de Olof Palme

Jan Stocklassa en un momento de la entrevista celebrada en Madrid Isabel Permuy
Carmen R. Santos

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No es la primera vez que Jan Stocklassa (1965) visita España. Ha venido en bastantes ocasiones y confiesa que aquí se siente muy a gusto y tiene una imagen muy positiva de nuestro país . En lo que coincide, añade, con la mayoría de sus compatriotas: «Les encanta venir a España, y valoran mucho que se haya recuperado de una crisis muy dura». Tiene la intención de refrescar y mejorar su español, que estudió hace más de treinta años. Pero ahora está viajando por todo el mundo para presentar su libro, que le ha supuesto una «ardua y minuciosa investigación». Tanto que, revela, le queda aún mucho material al que no ha dado salida porque «habría sido un obra demasiado voluminosa. He seleccionado lo esencial ».

Al comienzo señala usted que al dedicarse a este proyecto estaba huyendo de sus fracasos. ¿Los ha superado?

Cuando me encontré con la posibilidad de llevarlo a cabo, estaba como si dijéramos entre un trabajo y el siguiente y tenía problemas personales, entre otros me estaba divorciando. Disponía de mucho tiempo, algo imprescindible para meterse en esta historia, y, a la vez, necesitaba evadirme de una situación complicada. Quizá si en ese momento hubiera llevado una vida más feliz criando a mis hijas no habría tenido tiempo para embarcarme en el misterio del asesinato de nuestro primer ministro.

¿Tomó, pues, la decisión acertada

Bueno, más que una decisión fue algo que debía hacer. Pero no me arrepiento, al contrario. Ahora estoy mucho mejor.

«Larsson era un investigador que no paraba y con mucho más sentido del humor del que nos podamos imaginar»

¿Cómo se enteró de que Stieg Larsson estaba realizando pesquisas?

Me documentaba para otro libro y trabajaba en varios archivos particulares. En uno de ellos, un poco casualmente, me llamó la atención un documento redactado con gran meticulosidad y sin firma. Pregunté quién lo había escrito y me dijeron: «Stieg Larsson». Fue un instante decisivo en el que comprendí que investigaba sobre el asesinato no resuelto de Olof Palme. Me advirtieron de que seguramente existirían más. ¡Y vaya que era así! Descubrí veinte cajas repletas de documentos, cartas, fotos... Me sumergí de lleno en ellas, y hablé con todas las personas que le trataron.

Usted no le conoció, pero apunta que se ha formado un concepto bastante exacto de él. ¿Cuáles serían sus rasgos principales?

La verdad es que, aunque no tuve esa suerte, tengo la impresión de que he llegado a conocerle muy bien. Era muy trabajador, un investigador que no paraba, que estaba dispuesto a ir hasta el final. Y creo que debía ser muy divertido, con mucho más sentido del humor del que nos podamos imaginar.

Y usted ha cogido el testigo. ¿En cierta forma también como homenaje a Larsson?

Sí. Todo cuanto él había conseguido no podía quedarse sin continuación. Pero he tenido un enorme cuidado en que no se me pueda acusar de haber utilizado o manipulado toda la información que él reunió con tanto empeño. La tomo como base privilegiada, aportando también mi propia exploración y mis conclusiones. Por eso en el libro empleó la tercera persona para Larsson y la primera para mí.

«Estoy convencido de que en uno o dos años se resolvera el caso, y que mucha gente se llevará una gran sorpresa»

¿Ha recibido algún tipo de amenaza?

No amenazas directas, pero sé que algunos de los implicados que salen en el libro se están comunicando entre sí y están muy enfadados por el libro y conmigo. No creo que vayan a hacerme nada, pero por si acaso tengo cuidado y adopto algunas medidas de precaución.

¿Desde el principio pensó en escribirlo como si fuera una novela? Califica usted el libro como «novela documental»...

Barajé distintas opciones, pero finalmente me incliné por la más acorde con mi forma de escribir, con mi personalidad. He intentado que resulte un relato apasionante, un tanto en la línea del propio Larsson, y que el lector lo siga con interés y facilidad, por eso, como le comentaba antes, he eliminado mucho material, que quizá habría llevado a algo excesivamente prolijo e incluso farragoso. Me gusta transitar por la zona intermedia entre la ficción y la no ficción, y pienso que si los lectores saben que lo que se cuenta ha sucedido, les atrae más.

¿Quién mató y por qué a Olof Palme?

Sigo la pista surafricana, por su firme oposición al «apartheid» y su lucha contra el tráfico de armas, y aventuro que fue un ultraderechista sueco al que doy un nombre ficticio, Jakob Thedelin. Pero es el lector quien ha de hacerse una idea a partir de lo que expongo.

¿Su asesinato continúa siendo una herida abierta en la sociedad sueca?

Naturalmente no se ha olvidado y sigue despertando un gran interés. Ha sido muy sintomático que al publicarse el libro los periódicos más importantes le han dado gran cobertura, incluso en primera plana y con bastantes páginas por dentro, lo que es inusual. Ese crimen forma parte de nuestras vidas, pero muchos suecos no creen que vaya finalmente a resolverse.

Usted está convencido de que se resolverá y quizá en un plazo no muy lejano. Su libro quiere contribuir a ello...

Por supuesto. He mantenido y mantengo contacto con la policía que está investigando activamente y preguntándome sobre la teoría de Larsson sobre el magnicidio y lo que yo he ido añadiendo. Considero que sí va a aclararse, en uno o dos años, y que mucha gente se llevará una gran sorpresa. Y que causará dolor porque cuando se limpia una herida aunque sea vieja, también duele. Resulta vital que se descifre, lo que ayudará a Suecia a ser un país un poco mejor.

«En mi país las novelas negras casi se han convertido en una industria»

¿Piensa que el auge de la extrema derecha en Europa es una amenaza? ¿Sucede lo mismo en su país?

En Suecia la extrema derecha no lo es tanto como por ejemplo el Frente Nacional de Marie Le Pen en Francia. Pero, al fin y al cabo, no dejan de tener esta ideología xenófoba y autoritaria. Hace ya más de dos décadas que Larsson dio la voz de alarma sobre el partido Demócratas de Suecia -irónico nombre-, y sus posiciones ultraderechistas. Es una formación cuyo implante ha ido creciendo y de un apoyo limitado a más o menos el 2 por ciento, hoy es el tercer partido sueco.

A finales de los años sesenta del pasado siglo un periodista italiano publicó un libro de llamativo título y gran éxito: «Suecia, infierno y paraíso». ¿Está de acuerdo con esa definición y hoy sigue siendo así? Las novelas de Larsson inciden en la primera parte...

Suecia ha cambiado mucho desde esa época. Algunas cosas negativas ya no están, y, por ejemplo, es un país menos frío, no en el clima, claro. Los suecos viajan más y hay muchos emigrantes con lo que se entra en relación con otras culturas. Pero, como en cualquier otro sitio, tenemos un lado oscuro. No es por azar que abro el libro con una cita de Lou Reed en la película Blue in the face, donde manifiesta que muchas cosas le asustan en Suecia. Lo que ocurre es que quizá aquí esté más acentuado que la superficie es impoluta, pero no es una sociedad perfecta, la oscuridad está debajo y eso es un aliciente para las novelas negras, que en Suecia casi se han convertido en una industria.

¿Tampoco es perfecta la situación de la mujer, a pesar del eslógan de ser «el primer Gobierno feminista del mundo»?

En Suecia el feminismo siempre está en la agenda política, y la mujer está muy emancipada y su presencia es continua y numerosa en áreas de poder de la política, las empresas... No obstante, existen parcelas en las que hay diferencias, como en los salarios, y no digamos la intolerable violencia machista con unas altas cifras. Por eso, más allá de la propaganda vendida por los políticos, hay que seguir luchando, hombres y mujeres juntos, por la igualdad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación