EPISODIOS PERDIDOS
Stephen Graham, pequeño gran monstruo
El actor británico deslumbra en «The virtues» y se convierte en el factor sorpresa de la última temporada de «Line of duty»
Cuentan la leyenda y la Wikipedia que Guy Ritchie descubrió a Stephen Graham cuando este acompañaba a un colega a un casting. «Estaba tomando un té, cuando salió Guy y me preguntó: “¿Eres el siguiente?”. Le dije que no, que estaba ahí con un amigo. “¿Eres actor?”, respondió, y le dije que sí. “Entonces ven, tienes un buen rostro, entra”», cuenta la Cenicienta de Liverpool. El trabajo era para un corto, pero se convirtió en pasaporte para la posterior Snatch: cerdos y diamantes .
Pandillero casi profesional, al menos ante las cámaras, Graham trabajó luego con Scorsese en Gangs of New York y le empezaron a llamar Little Joe Pesci , aunque el italoamericano es aún más pequeño. Graham se parece más en estatura a Dustin Hoffman . A partir de ahí, lo difícil era crecer, con perdón, pero el tipo dio con Shane Meadows , quien le reservó un papel clave para su carrera, en This is England . Allí tampoco hizo de profesor universitario, sino de violento skinhead recién salido de prisión. Luego vendrían The Damned United , Enemigos públicos y las distintas entregas de Piratas del Caribe , que han conseguido colocar su rostro en la memoria de millones de personas, aunque no demasiadas recuerden su nombre, pese a que cambió el apellido Fazakerley por uno mucho más sencillo.
«The virtues»
Como todavía no se ha muerto, nos saltaremos casi toda su filmografía (y Boardwalk Empire ) para centrarnos en dos de las series que tiene ahora «en cartel». Filmin acaba de estrenar The virtues (la palabra «virtudes» debía de estar reservada), una miniserie de Jack Thorne y Shane Meadows (el de This is England ) que en solo cuatro capítulos ha logrado concentrar los más encendidos elogios. Es casi inevitable citar la frase del diario The Guardian , aunque le dé parte de razón a Juan Manuel de Prada: «Los últimos 20 minutos contienen los pasajes más intensos de la Historia de la televisión».
Lo cierto es que la miniserie de Channel 4 termina en todo lo alto, con Graham y Niamh Algar -ojo a esta chica- al borde del acantilado. La banda sonora de PJ Harvey refuerza la tensión, perfecto colofón a un drama descarnado en el que cada situación es mejor que la anterior, con un guion que cambia de rumbo con soltura y provoca grandes sorpresas sin caer en el absurdo. Graham, en la que podría ser la actuación de su vida si no fuera tan joven, interpreta a un alcohólico que ha recibido (y las que le quedan) casi todas las pedradas que caben en una vida. Meadows confiesa que es su trabajo más íntimo, un doloroso desgarro revivido , que el actor replica con poderío.
«Line of duty»
No lo tiene mucho más fácil el pequeño gran intérprete en la última temporada de Line of duty . Los seguidores de la fantástica serie de Jed Mercurio ya saben de qué va el invento, uno de los grandes éxitos de la BBC: la unidad anticorrupción AC-12 sigue buscando manzanas podridas dentro del cuerpo. La quinta temporada, que se puede ver ya en Movistar+, mantiene las señas de identidad, interrogatorios trepidantes (parece un oxímoron) y chorros de adrenalina, dentro de de una producción cada vez menos espartana. Esta vez, Kate Fleming ( Vicky McClure ) y Steve Arnott ( Martin Compston ) tienen una misión especialmente delicada. El guion mantiene también los pequeños vicios de Mercurio y algún protocolo está a punto de caer en la parodia. El personaje encarnado por Ted Hastings ( Adrian Dunbar ) tiene además un comportamiento errático, para justificar la trama principal.
Ahí es donde aparece nuestro héroe, Stephen Graham, que da vida a uno de esos personajes con los que los grandes saben lucirse, recubierto de ricas capas de humanidad. El público sufre por él y con él, sin saber casi nunca si debe odiarlo o adoptarlo . No nos engañemos: si actuara peor nos importaría mucho menos su incierto destino.