LIBROS

«Ya la sombra», lo que el tiempo deja a su paso

Felipe Benítez Reyes viaja en este último poemario a los confines de la conciencia, de la madurez, del tiempo y la edad

Felipe Benítez Reyes Juan Flores
Diego Doncel

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Felipe Benítez Reyes (Rota, Cádiz, 1960) ha ido construyendo una autobiografía ficticia en constante meditación sobre el tiempo y la memoria. Sin embargo, aquella manera suya de estilizar la realidad, de contemplar la realidad desde una dimensión estética, ha ido dejando paso a una profunda reflexión sobre el yo, a un yo visto como una galería de fantasmas, como un territorio de extrañezas y de perplejidades. «Ya la sombra» es, en este sentido, s u libro más maduro, de un pensamiento más radical . Hay aquí una voz que medita sobre el tiempo, sobre la usura, el vacío o el descreimiento que el tiempo va dejando a su paso. Sobre la falta de certezas, sobre restos de la vida en medio de la ceniza que ha provocado la edad. Un libro sobre las desalentadoras encrucijadas emocionales de la edad madura, donde la memoria, el presente o el futuro no son otra cosa que una trama de niebla.

Benítez Reyes es un vitalista que ha llegado a comprender hasta qué punto l a vida es un teatro de sombras , hasta qué punto el tiempo ha vuelto todo incomprensible y ha ido vaciando aquello que creíamos que somos. En Benítez Reyes los juegos de identidades y la reflexión sobre ellos atraviesan toda su obra, pero cada vez con mayor énfasis se convierten en una meditación existencial. Una meditación sobre la naturaleza del ser, de la realidad que va mostrando su carácter apócrifo, sus tensiones ficticias, sus falsos argumentos vitales. Como el Machado último, esta poesía brilla cuando se hace eco de una batalla conceptual: el ser y el no ser que se confunden.

Laboratorio de voces

Su voz poética siempre es plural, es decir, es un territorio donde se ponen a prueba diversas tonalidades y registros. «Ya la sombra» es, por eso, un laboratorio de voces y, en cierto sentido, de personalidades poéticas, de juegos de estilo. Hay sonetos, canciones, escritura surrealista, poemas simbolistas . Y sin llegar aquel juego de espejos de «Vidas improbables» o al más reciente «Privilegio de sombras (pessoanas)» publicado en Lisboa por Abysmo aquí el alarde estilístico significa la heterogeneidad de una poesía que intenta expresar la heterogeneidad de cualquier visión del mundo. «Ya la sombra» admite, por ello, diversas lecturas, como prueba de las diversas escrituras que lo constituyen. El carácter enumerativo de muchos poemas, la dimensión antitética de un pensamiento que avanza sin asideros, la recreación constante de la tradición , la imaginación conceptual, la hondura o la levedad hacen que este libro tenga ese carácter poliédrico marca ya de la casa.

Libro sobre la memoria, en «Ya la sombra» Felipe Benítez gana buceando en el misterio que somos enfrentados a nuestra derrota frente a la edad, gana en pensamiento y en mundo sin perder su brillo estilístico, su capacidad emocional y su ingenio .

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