LIBROS
Slavoj Zizek y la ontología cuántica, el «Me Too» y las noticias falsas
Quienes tildan al filósofo de moda de payaso tienen aquí un denso discurso sobre filosofía y otros aspectos de la realidad
Ante el fracaso de la religión, el hedonismo se impuso como sucedáneo, por ejemplo, el sexo. Debido a la inconsistente naturaleza de la sexualidad, este nuevo absoluto fracasó igualmente. Schelling , según Sloterdijk, comparaba el orgasmo con el momento más alto de la evolución humana . Su experiencia proporcionaba la prueba ontológica de Dios. De esta manera se entraba en contacto con el absoluto. La filosofía que ya, desde Kant y Hegel, venía cediendo su terreno a la ciencia, fue a parar al materialismo dialéctico: el ateísmo, la nada, la filosofía estatal, la ideología de la opresión política y la destrucción del individuo. Por otra parte el pensamiento de Heidegger tampoco dio alternativa alguna a la metafísica, y oscureció toda posibilidad de trascendencia.
Según Stalin, la metafísica era una aglomeración accidental de elementos desconectados entre sí, aislados e independientes; mientras que el materialismo era un todo integral interconectado. La metafísica tendía al pensamiento y la inmovilidad; mientras que el materialismo provocaba cambios, movimientos, y hacía que todo tendiese a la creativa desintegración. La metafísica era un mero proceso de crecimiento hacia el conocimiento, mientras que la dialéctica materialista promovía un cambio rápido y abrupto . La metafísica tendía a una uniformidad pacífica, mientras la dialéctica materialista incidía en la lucha entre opuestos.
No cree en nada
Para Zizek , toda la etapa más trascendente de la última gran filosofía surgió entre el año de la publicación de la Crítica de Kant (1781) y la muerte de Hegel (1831). Fueron cincuenta años en los que se cambió la noción de lo trascendental y se llevó a cabo la visión no metafísica de la historia . Kant, Fichte, Schelling y Hegel rompieron el horizonte de la subjetividad absoluta. Se destruyó la imagen de un dios simbólico y comprensible, se negó cualquier tipo de trascendencia y, en la actualidad, incluso se habla de un materialismo sin materia. «Tras un largo período en el que las matemáticas han anexionado las letras en la ciencia, estas han reaparecido en toda su autonomía. Por esa razón es posible esperar mejores datos sobre la vida. ¿Por qué? Porque el resurgimiento de las letras autónomas en la ciencia moderna han tenido lugar en la biología», cita de Milner sobre Lacan. El pensamiento filosófico resurge cuando la física cuántica intenta explicar el colapso de la función de onda y recurre una y otra vez al lenguaje de la metáfora y así se ajusta a la tríada lacaniana de: lo real, lo simbólico y lo imaginario.
Varias páginas de este ensayo contienen una gran reprimenda al movimiento feminista
Así la física cuántica necesita recurrir a la ontología porque hay una indecibilidad que solo se puede explicar de esta manera. «Como materialistas, no deberíamos plantear que no existe nada salvo las ondas cuánticas, que forman la gramática básica de la realidad, que no hay otra realidad, pero esto es en sí mismo un hecho positivo, lo que significa que debe de haber algún tipo de brecha o corte en esta gramática básica», afirma Zizek. Habíamos descendido al punto «menos que nada», al vacío de cuyo eje puede emerger algo, nuestra realidad. Por tanto, no solo tenemos la dualidad de las ondas cuánticas «infraestructurales» y una realidad macroscópica «superestructural», sino que también hay un tercer nivel, el vacío abisal a través del cual lo real preontológico se transubstancia en realidad macroscópica. En este lugar es donde la filosofía vuelve a tener su papel. El vacío abisal solo puede ser contado con palabras y no con números.
Zizek habla de muchas cosas. Entre ellas, de sobrevivir en un mundo corrompido
Zizek ya no cree en nada, ni siquiera en el materialismo, otro dios destronado. El mundo como lo hemos entendido durante siglos se ha destruido y ahora nos movemos en el espacio de la absoluta soledad . Pero al ser humano no se le ha ofrecido nada nuevo para que afiance su existencia. Todo se ha desintegrado al desintegrarse esa imagen referencial de Dios como Absoluto. La oposición entre Kant (el entendimiento intuitivo) y el idealismo alemán poskantiano, provocó la oposición entre el entendimiento y la razón. Fichte, Schelling y Hegel reivindicaban el Absoluto como poder especulativo; mientras que Kant, pese a su intuición especulativa, permanecía atrapado en los crudos antagonismos del entendimiento. Tras la caída del idealismo alemán , Marx y Nietzsche, el nihilismo que pertenece a la metafísica, alcanza su cima: el extrañamiento del ser humano y su abismática caída.
Compleo y actual
Este denso y complejo ensayo (que lo lean aquellos que quieren hacer pasar al filósofo esloveno por un juglar de la filosofía o, peor aún, por un payaso) habla de otras muchas más cosas: las noticias falsas, el MeToo , el LGTB, la digitalización , las formas de sobrevivir en un mundo corrompido o sin sentido (a través de Prokófiev) o el lenguaje aparentemente apolítico de Beckett. Varias páginas contienen una gran reprimenda al movimiento feminista y a todos aquellos que se basan en la desintegración de la sexualidad. No está contra su existencia, sino contra las teorías que lo sustenta, por ejemplo, el tópico patriarcal.
Multitud de películas son tomadas como ejemplos referenciales para explicar mejor su discurso. Muchas de ellas solo ayudan a confundir. Zizek se equivoca al pensar que el cine es más popular y accesible que la filosofía. Si un gran tanto por ciento de sus lectores desconocen a los autores y obras filosóficas citadas, igualmente sucede con las películas. Hoy la cultura, incluso la más popular, es más abisal que esa idea de Dios que reaparece cuando, por ejemplo, hay que explicar incluso la propia teoría de la Relatividad o los Agujeros negros. No nos olvidemos aquello que comentó el propio Einstein : «La ciencia no debe pecar contra el espíritu . El ser humano es una parte del todo que llamamos universo».