FOTOGRAFÍA
El singular cuaderno de bitácora de Magnum
Nueva incursión de la Fundación Canal en la Historia de la Agencia Magnum. Ahora acude a sus hojas de contacto
Hace unos años, exactamente en 2013, la Fundación Canal presentó ya una espléndida exposición sobre Magnum Photos ; se trataba de la primera muestra que realizó esa agencia de fotografía en el año 1955 en Austria. En su voluntad de seguir dando a conocer algunas de las figuras y momentos más emblemáticos de la Historia de la fotografía -objetivo loable y elogiable que suele cumplir con rigor y didactismo-, nos propone ahora otro proyecto que tiene igualmente a la mítica agencia como protagonista.
Magnum Photos fue creada en 1947 en Nueva York por algunos de los mejores fotoperiodistas de la Historia, como Robert Capa, David Seymour «Chim» o Cartier-Bresson , y supone un antes y un después dentro del periodismo fotográfico. Su objetivo era -y sigue en gran medida siéndolo- trabajar de forma independiente con respecto a las grandes empresas periodísticas, de manera que los propios fotógrafos pudieran actuar con autonomía, teniendo el control de sus obras y poseer los derechos de autor y edición. Se trató también de una de las primeras experiencias cooperativas dentro del mundo de la foto. A lo largo de su longeva existencia, por ella han pasado algunas de las figuras más destacadas del fotoperiodismo . Además de sus fundadores podríamos citar a Werner Bischof, Marc Riboud, Eve Arnold, René Burri, Jim Goldberg, Susan Meiselas, Hiroji Kubota, Steve McCurry, Jean Gaumy, Alec Soth, Paolo Pellegrin o la española Cristina García Rodero , muchos de ellos en esta nueva muestra.
Ahora, Magnum: Hojas de contacto , coproducida entre Magnum Photos y Forte di Bard, y comisariada por Andrea Holzherr, Magnum Photos y Gabriele Accornero, nos brinda un nuevo acercamiento, personal, casi íntimo, a esta icónica agencia, a través de cerca de un centenar de fotos de 65 de sus miembros , con la peculiaridad de que estas imágenes pueden leerse y verse de una manera doble y paralela al incluir también sus hojas de contactos, así como una serie de documentos contextualizadores.
Álbumes de boceto
Las hojas de contacto en cierto modo vienen a ser para el fotógrafo como el álbum de bocetos y conceptos para el artista plástico . Un auténtico diario en el que podemos observar sus anotaciones, sus dudas y pentimenti , sus nuevas versiones de encuadres y composiciones, sus preferencias y sus procedimientos previos a la impresión final, por lo que han constituido una valiosa herramienta para los editores gráficos. Se trata de un singular cuaderno personal de bitácora , muy útil para conocer la tramoya de su obra, y para revelar (antes que la propia fotografía) sus fortalezas y también algunas de sus debilidades… Esa es asimismo la razón por la que, en muchos casos, el fotógrafo se ha mostrado reticente a que fueran vistas.
Hay que decir que en los últimos tiempos -pienso en las recientes exposiciones en Madrid de Petersen o de Robert Frank con Los Americanos -, estamos asistiendo a una cierta recurrencia de este interesante mecanismo de revelación de los procesos fotográficos asociados -obviamente- a la fotografía química. Tal vez esta sea una de las razones por las que asistimos a su frecuente presencia actual: una melancólica añoranza de lo analógico , y de lo que yo llamaría «las físicas y humanas estrategias del cuarto oscuro», en contraposición a nuestro hiperdigitalizado universo iconográfico. Pero tampoco debemos caer en este sentido en un cierto manierismo curatorial. Al fin y al cabo, el proceso siempre cuenta, pero lo verdaderamente importante es el producto final…