MÚSICA
Hèctor Parra: «El silencio me conecta al todo»
El compositor Hèctor Parra estrena este fin de semana en la Semana de Música Religiosa de Cuenca su obra coral «Breathing», inspirada en el mundo plástico de Jaume Plensa así como en sus textos poéticos
![El Vocalconsort Berlin será el encargado de estrenar «Breathing» en Cuenca](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2016/03/28/parra2_xoptimizadax--620x349.jpg)
« Breathing » es u n gran cono invertido de cristal, de diez metros de altura , que Jaume Plensa creó para el techo exterior de la Broadcasting House Building de Londres en 2005. Una monumental escultura «tatuada» de textos sobre el silencio escritos por el mismo artista. En ellos se inspira la obra coral «Breathing» de Hèctor Parra (Barcelona, 1976), uno de los músicos españoles de su generación con mayor proyección internacional. La obra es un encargo de la Semana de Música Religiosa de Cuenca , donde será estrenará el próximo sábado.
–¿Cómo nace «Breathing»?
–Empecé a componerla a finales de 2015, después de visitar la exposición que dedicaba a Plensa el Museo de Arte Moderno de Ceret (Rosellón). El encargo de la Semana de Música Religiosa de Cuenca me llegó en septiembre, un poco justo de tiempo, pero el estímulo formidable que para mí suponía ese reto, unido al más que especial evento que significa la Semana y a este mágico lugar que es Cuenca, me propulsaron a una reflexión intensa y a una escritura rápida pero hiperconcentrada y meticulosa.
–¿Cómo se articula la pieza?
–Se compone de dos grandes partes, cada una de trece minutos de duración. La primera es más fragmentaria y está compuesta por cuatro poemas de Plensa escritos entre 1992 y 2006. La segunda, completamente unitaria, se basa en un único poema de 2003, que da título al conjunto. He buscado una dramaturgia intrínsecamente musical que me permitiera experimentar la vivencia de un drama existencial, construir un microdrama acústico.
–Aquí son las artes plásticas, en otras piezas ha sido incluso la física de partículas. Sus fuentes de inspiración son de lo más variado.
La música es contacto físico. Escucho a ciertos compositores y me cuesta imaginarlos con su pareja
–El punto de origen siempre es una emoción, que puede ser también intelectual o existencial. Cuando se trata de ciencia, busco paralelismos estructurales entre un determinado modelo científico de la Naturaleza y la música. Me interesa trabajar analogías al estilo de lo que Paul Klee llamaba «analogías de estructuras».
–A la música contemporánea se le achaca a menudo un exceso de formalización.
–La formalización me atrae, no cabe duda, pero me opongo a su aplicación literal o dogmática. Componer no requiere sólo competencias técnicas, también es necesaria una cierta preparación emocional: ser empático, ser abierto, ser sensible, explorar partes íntimas de tu psique que se quedan escondidas. No ser esclavo de tus neurosis. La curiosidad es la base de todo.
–¿Qué representa para usted la obra de Plensa?
–En sus esculturas e instalaciones, Plensa une como nadie forma plástica y poesía, lo eterno y lo efímero, lo robusto y lo frágil. Contemplando algunas de sus últimas obras, y en especial los grandes bustos de caras femeninas con los ojos cerrados, quedé atrapado en el quimérico espacio que nos abre entre la razón y el sueño, lo vivo y lo inerte, entre la vibrante e íntima concentración de la joven cara y lo brutalmente pétreo del basalto con la que está hecha. Estas caras están vivas, invitan al pensamiento, a la comunión con uno mismo. Me evocan una sensación de fragilidad existencial y también me hablan de la fascinación del cuerpo como casa, otro tema suyo que me interesa mucho.
–Este tema lo abordó hace poco en su ópera «Wilde».
–Sí, pero « Wilde » tenía un aire «pasoliniano». La puesta en escena de Calixto Bieito fue brutal, un baño de realidad para mí también. Mi música cambió desde aquel momento. Plensa también busca esta esencia última, pero se sitúa en el extremo opuesto: el suyo es un mundo de belleza esencial. Es más como un «haiku». El otro día me decía en París: «Ahora voy simplificando. ¡Qué hay más bello que una cara!».
–¿Tiene más proyectos en marcha sobre o con Plensa?
–Tengo junto a él un proyecto para la Trienal del Ruhr : una obra de una hora para chelo y electrónica, que podríamos definir un ritual de desaparición de un chelista sobre la escena. Plensa va a realizar para la ocasión una escultura más ligera que las suyas habituales, y esta escultura va a suplantar al chelista sobre el escenario a medida que se desarrolla la música. Será una suerte de epifanía en un sentido laico.
–«El silencio es una voz, nuestra voz. El silencio es un cuerpo, nuestro cuerpo», escribe Plensa. ¿Qué es el silencio para Hèctor Parra?
Componer no requiere sólo competencias técnicas, sino también una preparación emocional
–El silencio es, para mí, una resonancia de la música en tu propio interior y no su negación (el silencio físico). Los momentos de silencio son quizás aquellos más holísticos, en los que me siento más conectado al todo, y el tiempo parece pararse por momentos… Es entonces cuando siento con más fuerza la frágil belleza de nuestra existencia como seres vivos.
–Usted habla de cuerpo, fragilidad, belleza. ¿No cree que a menudo la música actual adolece de estos elementos?
–Uno de los pecados de la música contemporánea ha sido desatender la vertiente sensual. Somos animales, en el fondo, con una necesidad de contacto físico y la música tiene que expresar también eso. A veces, escucho a ciertos compositores y me cuesta imaginarlos con su pareja.
–¿Puede la música contemporánea llegar a superar su condición de marginalidad?
–Creo que la lucidez de un Schubert, de un Beethoven, de un Mahler o de un Berg no la tenemos hoy en día tan clara, y esta lucidez nos puede ayudar a que la música contemporánea vuelva a conquistar las grandes salas. Pero, cuidado, no se trata de dar un paso atrás como pretenden los neoclásicos. El problema no es que ha habido un serialismo integral, sino que continúa habiendo dogmas enquistados. Pienso en la negativa a utilizar tríadas. En «Breathing» utilizo en algún momento tríadas aunque no en el sentido tradicional. Creo que estamos en una época de síntesis. A mí el «nunca más» no me interesa.