BALAS PERDIDAS
La retaguardia llena de libros queda muy bien
Las estanterías con bibliotecas particulares se han convertido en el decorado preferido de los famosos en los videochats. Lo que no está claro es si se han leído esos volúmenes
Tenemos estos días una imagen recurrente de las que nos llegan por los medios motivada por la excepcionalidad de estos tiempos de pandemias y furia . Personas más o menos conocidas a las que habitualmente veíamos en nuestras pantallas desde un plató de poliespán coloreado y convenientemente iluminado. Ellos mismos, los propios personajes, habían pasado previamente por un túnel de chapa y pintura para aparecer ante las cámaras brillantes al menos en su aspecto.
Los nuevos tiempos, más nuevos que nunca, más tiempo reseñable que jamás en nuestras vidas, nos han traído la imagen más o menos frágil de esas mismas personas desde sus casas, emitiendo desde sus propios ordenadores de webcam , iluminados según la cercanía de una ventana o la orientación de su casa les da a conseguir, y vestidos, peinados y afeitados lejos de manos expertas, como Dios y su habilidad personal les ha permitido.
La sensación es muy parecida a aquella que, en tu infancia, tenías si un domingo por la mañana te encontrabas con tu profesor más estricto paseando a la hora del aperitivo con su familia. Fuera de su contexto, con la ropa de ir cómodo, habiéndose dejado el rictus de autoridad en casa por prescindible, tu profesor, esa figura de autoridad, se convertía en tu padre en calzoncillos paseando por la casa una tarde de verano.
Rincón presentable
Pienso en todo esto mientras observo cómo, a medida que los días nos han ido manteniendo en casa y seguimos luchando por mantener la normalidad mientras nos llega la Nueva Normalidad , he ido viendo cómo estos personajes, en sus sucesivas apariciones hogareñas, han ido componiendo su propio plató para sus apariciones. Han buscado el rincón más presentable de su hogar para acoplarlo al tiro de cámara , han probado a encender ese flexo que ya no usaban para que no parezca que viven en el Motel Bates, han erguido la espalda y han elegido con cuidado un fondo que les embellezca el entorno a su espalda.
Y aquí es donde voy, gracias por su paciencia, lector, pero necesitaba el entorno para hablar de esos entornos. ¿Qué es lo que la mayoría ha elegido en esas intervenciones caseras para cubrirse la retaguardia? Libros.
Cartón decorado
Casi el 90 por 100 de las personas que veo desde mi tablet tienen detrás una estantería llena de libros, tan común está siendo que ha dado para ser parodiado en un meme sw un supuesto anuncio de Amazon que oferta un cartón decorado como una estantería para que puedas ponerlo a tu espalda durante tus webchats logrando el deseado efecto de: en esta casa se lee mucho.
Es fascinante ver cómo, en una época en la que el camino era la desaparición del libro físico en favor del libro electrónico , ha emergido la bendición de tener aún los físicos organizados en una pared para permitirles que hablen por nosotros mismos, algo que, si lo piensan, han hecho siempre los libros.
Desde ese momento quien escribe ya no es capaz de seguir ninguna de estas intervenciones, mi atención se va directamente sobre los hombros del individuo y me pongo a analizar su estantería : percibo las colecciones compradas al peso con la intención puramente decorativa, los que han dedicado tiempo a ordenar sus libros y cómo según el orden elegido demuestran si esos libros han sido o no leídos, cuánto hay de manoseo y cuánto de postureo en cada biblioteca.
Cuando esto pase, ojalá no, mucha gente dice que cada cierto tiempo tendremos que volver a pasar temporadas en casa y volver a la nueva vida interior, ya nos pillará más preparados, sabremos peinarnos, iluminarnos y quien sabe si hasta maquillarnos para nuestra cámara. Y, por supuesto, redecoraremos nuestra retaguardia de libros. Déjenme sugerirles que, además de comprarlos para embellecerles, se los lean, si no, es como un traje de otro, se nota que no les pertenecen.