ARTE
Replicar la copia en el CA2M de Móstoles
«La réplica infiel», en el CA2M, pretende analizar los conceptos de original y copia, pero se pierde en un batiburrillo curatorial que amontona obras sin orden ni diálogo entre ellas
No es nada fácil denostar la filosofía o jugar a «sustituirla» por el arte, a ver si dice lo mismo , aunque se trate de un «epílogo» irrelevante con un fragmento de Gilles Deleuze . Resulta paradójico que una conversación o «metodología del diálogo», desarrollada como guía curatorial, parta de la resistencia a la teoría y termine dando pábulo a consideraciones enmarañadas o abstrusas sobre la condición social del arte , o algo que aquí se califica como «interpretación pragmática».
Las letanías «contra la interpretación» vienen de lejos, y pueden derivar en completos desatinos expositivos en los que no falta una llamada a la práctica «anti-institucional», sin que ello conduzca a otra cosa que a un apalancamiento en los modos fetichistas de la más rancia o formalista de las museografías . « La réplica infiel » es una muestra extraordinariamente deslavazada en la que, como pretenden sus «teóricos» (obsesionados con una inmediatez que devolvería «su potencia a la mirada»), se rompe el orden del discurso para que nada pueda funcionar en conjunción . Se trata de un ejemplo perfecto de aquello que pretende denunciar: una práctica curatorial acrítica que «convierte los temas en meros McGuffin ».
Tras varias horas de contemplación y análisis de las obras y una lectura minuciosa del voluminoso catálogo, he comprendido que una invitación a trabajar en torno a «lo performativo» puede conducir, tras múltiples devaneos sobre lo que llaman «formatos frágiles», a proponer una exhibición en la que solo se producen yuxtaposiciones y estrictos desencuentros , donde el espectador puede terminar convertido en un «replicante» que ha visto muchas cosas que se disolverán como lágrimas en la lluvia.
Sin relación
El deseo curatorial de «anteponer el acontecimiento a la idea», en eso que el comisario Nacho París llama «una taxonomía afortunadamente huidiza» no genera ni mucho menos «un conjunto complejo de líneas de conexión», sino un barullo que no tiene ni el rango de «cacofonía visual». No sucede nada entre las obras. Estas ocupan espacios sin plantear qué relación pueden tener con aquello que les cae cerca; faltando todo recorrido, se recurre al pretexto de una «suma del sentido a partir de muchos particulares», en una desintegración de cualquier posible diálogo que es curiosamente aquello que aparentemente serviría como «metodología» para acabar con la tiranía del discurso inflacionario.
Instalación de Anna Boghiguian «La réplica infiel». Colectiva
CA2M. Móstoles (Madrid). Avenida de la Constitución, 23. Comisarios: Nuria Enguita y Nacho París. Hasta el 25 de septiembre