MÚSICA
Prokofiev, jaque al rey cubano
Serguei Prokofiev compaginó su maestría como compositor con una notable habilidad como jugador de ajedrez. Amigo de los más destacados ajedrecistas de su época, su mayor hazaña en este ámbito fue la de ganar al propio Capablanca
En mayo de 1914, José Raúl Capablanca participaba en el Torneo de ajedrez de San Petersburgo. El evento había convocado a algunos de los mejores ajedrecistas de la época: Emanuel Lasker , Siegbert Tarrasch , Frank Marshall , Akiba Rubinstein y el joven Alexander Alekhine , además de Capablanca. Rondaba también los círculos ajedrecísticos de la ciudad un prometedor músico de veintitrés años, quien viviría aquel torneo en un estado de éxtasis y excitación. Ese músico era Serguei Prokofiev .
Entre el 11 y el 16 de mayo, Prokofiev llegó a jugar tres veces con Capablanca . Perdió la primera partida, y se mostró contrariado por ello en su diario («Hasta ahora no había perdido nunca una partida en simultánea»). La segunda empezó mal para el cubano; Prokofiev lo tenía acorralado pero el maestro logró revertir la situación y ganó. La tercera partida es la más conocida, porque Prokofiev consiguió llevarse la victoria . Es probable que Prokofiev haya sido el único músico capaz de ganar a Capablanca.
Una jugada maestra
Después de la partida, ambos fueron invitados a casa de un amigo. Prokofiev se sorprendió por la aparente tranquilidad con la que Capablanca había encajado la derrota (él en cambio solía tomárselas a mal, mientras que las victorias le ponían eufórico). En el curso de la velada, el compositor tocó al piano su « Preludio para arpa » (el op. 12 nº 7) y sondeó los gustos musicales de Capablanca. A la salida, Prokofiev se ofreció para acompañarle al hotel; los dos charlaron y se pasearon por la Perspectiva Nevsky hasta las tres de la mañana. Ahí nació una amistad que perduró a lo largo de los años . Sobre Capablanca escribió Prokofiev: «Es una persona absolutamente irresistible, vital, atractiva, aguda y, este es el punto, genial».
Hay un consenso unánime acerca de las habilidades de Prokofiev como ajedrecista . El músico aprovechaba los grandes torneos para medirse a adversarios de categoría y nunca se perdía las citas importantes. La página web www.chessgames.com recoge los datos de siete partidas de Prokofiev . La primera, con Capablanca en 1914, es la que concluye con victoria del compositor. La segunda con Edward Lasker , en 1922, termina en tablas. Otra, en 1924, le contrapone nada menos que a Maurice Ravel (gana Prokofiev). El duelo con Emanuel Lasker en París (1933) se dirime con derrota del músico.
Tal vez sea temerario trazar paralelismos entre el Prokofiev músico y el Prokofiev ajedrecista, pero se notan rasgos comunes
La siguiente partida le ve enfrentado a Tartakower , de nuevo en la capital francesa pero en 1934, y termina con victoria de este último. Luego viene uno de los encuentros disputados con Oistrakh en 1937 (termina en tablas). Sin fecha, aunque posiblemente del mismo año, es la partida con el compositor Maurice Delage . Este encuentro goza de especial apreciación entre los ajedrecistas por una jugada maestra de Prokofiev en la que sacrifica la reina para, posteriormente, forzar el mate con las dos torres y el alfil . No menciona dicha web la partida que Prokofiev ganó a Tartakower el 1 de julio de 1933 y que le valió los elogios de su contrincante. El periódico «L’Echiquier» publicó en febrero de 1934 un resumen de este encuentro, alabando la geometría y la finura de la estrategia de Prokofiev .
Un encuentro musical-ajedrecístico al más alto nivel fue el que se reunió en 1937 a Prokofiev y al célebre violinista David Oistrakh (él también excelente jugador). De la importancia del acontecimiento dan fe los carteles que se imprimieron en Moscú anunciando el evento con fotos de ambos músicos. Supervisaba el enfrentamiento el gran maestro Vladimir Alatorcev . El ganador recibiría una copa, mientras que el perdedor ofrecería un concierto gratis . Se jugaba al mejor de diez encuentros, aunque al final solo se jugaron siete.
Un ávido jugador
Se rumoreaba que, previendo su inminente derrota, Oistrakh prefirió suspender las hostilidades y ofrecer el concierto pactado . Recordaría más tarde el violinista: «Prokofiev era un ávido jugador, podía pasar horas y horas rumiando sus movimientos. Al ser vecinos, a menudo jugábamos partidos relámpago. Deberías haber visto cómo se entusiasmaba cuando dibujaba diagramas de todo tipo de colores de sus victorias y sus derrotas ». Existe una foto para la Historia de aquel duelo, donde Prokofiev y Oistrakh juegan ante el tablero bajo la atenta mirada de una joven identificada como Elizabeth Gilels , hermana del célebre pianista Emil Gilels , futura esposa del no menos célebre Leonid Kogan y ella misma importante violinista.
Otro gran amigo de Prokofiev fue Mijaíl Botvinnik . Botvinnik se dio a conocer derrotando precisamente a Capablanca. Seis veces campeón de la URSS, su amistad con Prokofiev se fraguó en 1936 en ocasión del tercer Torneo Internacional de Moscú. En su autobiografía, Botvinnik describe el estilo de juego de Prokofiev como vigoroso y directo : «Su táctica consistía en lanzar un ataque que conducía de manera brillante e ingeniosa. Por supuesto, descuidaba las tácticas defensivas».
Para el duelo ajedrecístico entre Prokofiev y el violinista Oistrakh se llegaron a imprimir carteles anunciando el evento
Si atendemos al testimonio de Botvinnik, el talante de Prokofiev sobre el tablero recuerda mucho al de sus primeras composiciones como la « Tocata op. 11 », el « Concierto para piano nº 1 » o la « Suite escita ». Ese Prokofiev intrépido, implacable, animoso, que no toma prisioneros y aplasta con gallardía al oyente.
Tal vez sea temerario trazar paralelismos entre el Prokofiev músico y el Prokofiev ajedrecista. Pero cuando uno escucha su «Tocata» y percibe en aquellos compases el riesgo bien calculado de las manos sobre el teclado, la voluntad de imponerse y conducir el juego , uno piensa: seguro que este compositor sería capaz de ganar al mismo Capablanca, el rey cubano.