LIBROS
La preparación al parto de Alberto Olmos
El autor narra con sarcasmo la experiencia de un padre primerizo. He aquí la originalidad de esta autoficción
Dentro del muy desarrollado fenómeno que vengo denominando Autofiguraciones (pues no todas caben dentro de la categoría de ficción) las que han tenido mayor relieve son elegías o memorias del dolor, nacidas casi siempre a la muerte de algún ser querido, que han visto libros notables de Marcos Giralt, Rosa Montero, Héctor Abad Faciolince, Miguel Ángel Hernández, Menéndez Salmón, Sergio del Molino o Elvira Lindo . Son más raras las autofiguraciones nacidas de la experiencia de tener un hijo. Normalmente es la maternidad la que los origina, como el caso de la reciente de Nuria Labari titulado La mejor madre del mundo . Es mas raro que un embarazo sea narrado desde la figura y voz del padre, como hace en esta novela biográfica Alberto Olmos (Segovia, 1975) y esa originalidad camina a su favor.
No suelen registrarse los sentimientos de quien va a ser padre, sus situaciones y perplejidades respecto a la evolución del vientre de la pareja, esa sensación de sentirse invitado a una fiesta que no es totalmente tuya. Este libro tiene otro ingrediente a su favor: el humor con el que Alberto Olmos va creando situaciones muy cotidianas, plagadas de una inteligente reflexión , que le hace crear perspectivas originales y juicios no dichos sobre contextos muy conocidos y previsibles.
Hay una perspectiva satírico-burlesca que distingue a este libro y lo salva de lo previsible
Es ese humor inteligente el que le salva de parecerse a un libro de autoayuda en que se explica a los padres las situaciones que han de vivir durante nueve meses. Hay incluso escenas, como la que describe la asistencia de la pareja a un curso de preparación al parto, que en otras manos diferentes a las de Olmos habrían sido un fiasco. Su humor inteligente lo evita, pero el punto de partida y de llegada es casi del todo previsible: cotidianeidad pura y costumbrismo urbano de pareja progre en apuros.
Talón de Aquiles
Sin embargo, el libro se lee con interés porque hay además un punto de vista crítico-satírico que le hace mirar las situaciones como si no formase parte de ellas. Por ejemplo en su visita a la matrona en esos bajos de la Carrera de San Jerónimo, que podrían haber sido dedicados a oficinas de cualquier otro trámite, según las cosas son para toda Administración, excepto para los atribulados embarazados que se sienten distintos aunque sean rabiosamente iguales. Hay una perspectiva satírico-burlesca de este libro que me ha parecido lo distingue y salva de la cotidiana presencia de lo esperable. Sobresale en la descripción de penurias de padres ilustrados , cultos, pero con empleos que les obligan a vivir en cuchitriles o someterse a la esclavización que supone tener que amueblar el piso en Ikea.
La visita a ese centro y lo que va ocurriendo con una humillación consentida, es emblemática de ese fenómeno de lucidez que Olmos suele aplicar en sus artículos. Lo que les ocurre en el centro comercial es hilarante, pero despierta la reflexión. El libro crea un artificio narrativo de interés en su parte final plegándose narrativamente al miedo de la tragedia que pende al borde, amenazadora. Así lo siente cada inminente padre. Podría decirse que como la vida misma. Ese puede que sea el mayor logro de este libro, aunque pueda ser visto como su talón de Aquiles.