ARTE
La poesía razonada de Elena Asins
La galería Elvira González muestra obra sobre papel de la artista madrileña, galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2011
El universo matemático y racional de Elena Asins (1940-2015) ocupa un lugar extraño en la narrativa del arte español. Su discurso procede de la tradición constructiva, pero incorpora intereses inéditos, como los mecanismos de procesamiento de la información. Su trabajo, extenso y multiforme, desborda los términos historiográficos que han intentado catalogarlo: normativo, neoconcreto, cinético, cibernético, conceptual, minimalista o adelantado del arte electrónico . En 2011, el Museo Reina Sofía le dedicó una retrospectiva que puso en valor las múltiples aristas de su discurso, sustentado en lo normativo para salir fuera de la norma. La pintura, dirá Asins, «es una estructura en superficie». Más allá de su transcripción en un soporte, el proceso creativo emerge del rigor en el pensamiento. Y su objetivo será alterar, a través de la geometría, una percepción pasiva y domesticada de lo cotidiano.
La actual cita en Elvira González pone en escena la solidez de su trabajo a través de series conocidas, pero con obras inéditas: predominan las agrupadas en Canons (1988-1996), diagramas en blanco y negro en homenaje a las composiciones polifónicas de Bach . Pero deslumbra la belleza de las tituladas Zettel , donde incorpora un elemento tan inusual en su producción como es el color; ahora bien, son colores desprovistos de intención emotiva y generados por la metodología de su investigación.
En 1964, Asins abandona sus tanteos de carácter expresionista y orienta su discurso hacia la geometría , que va a utilizar desde varias perspectivas: en un primer momento, como herramienta de análisis, orden y control de la imagen; posteriormente, como respuesta a los nuevos mecanismos de procesamiento de la información; y, en todo momento, cuestionando la homogeneidad de lo geométrico e intentando abrir nuevas perspectivas para la mirada. Dibujó un extenso mapa de la realidad donde no plasmó referencias sensibles, sino estructuras rítmicas en las que cohabitan tiempo y espacio.
A partir de los setenta, Asins utiliza de manera sistemática el ordenador para sus obras. Una innovación que no puede explicarse sin su participación en los seminarios del Centro de Cálculo de la Complutense en Madrid , creado en 1966 por acuerdo entre esta universidad e IBM. El interés de Asins por la relación entre arte, ciencia y técnica recibirá un nuevo impulso en los ochenta, cuando se traslade al departamento de Computer Science de la Universidad de Columbia : allí explora la alta tecnología aplicada y conoce de primera mano estudios pioneros de Inteligencia Artificial.
Esta dimensión tecnológica vendrá acompaña de su interés por la poesía visual, también por la estética informacional de Max Bense y por las gramáticas generativas de Chomsky , con el que trabó contacto durante su estancia en EE.UU.. Las obras de esta cita responden a este amplio y fructífero periodo de la trayectoria de Asins. Sus diagramas, basados en series numéricas, estructuras gramaticales y desarrollos musicales, están concebidos como la transcripción de sus procesos de razonamiento, que también dejará por escrito. Como señaló Ángel Llorente , parte esencial de la producción de Asins radica precisamente en «lo que no se ve, lo que no se palpa, lo que no se oye».