LIBROS

«Nuestra parte de noche», de novela gótica a narración política

La argentina Mariana Enríquez ha ganado con esta historia el Premio Herralde de Novela. Una trama en la que se entremezclan claves de un relato de terror con una realidad no menos terrorífica

La escritora bonaerense Mariana Enríquez

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Esta es una novela de madurez. Únicamente puede ser escrita por alguien que no tiene prisa y se demora en todo aquello que le importa. Exige al lector que lo siga y acepte su demorado discurrir, pese a no ser fácil muchas veces continuar atento a tanta desmesura como la obra contiene. Lo que ocurre es que es una desmesura justificada porque crear algo tan angustioso solamente tiene sentido si logra provocar en el lector algún grado de angustia. Para sufrir las experiencias, primero de Juan y luego de su hijo Gaspar, dos personajes con los que la novela comienza en un viaje de ambos a la Argentina que linda con Paraguay e Iguazú.

Percibimos enseguida que algo extraño está sucediendo en la conducta del padre para con el hijo. Luego la novela recorrerá los antecedentes familiares, pues ambos son yerno y nieto de una poderosa familia de terratenientes, depositarios de un mundo secreto, fieles a una deidad, que recibe el nombre de la Oscuridad. Hay trascendencia, teosofía , y atmósferas de novela gótica, sectas, la fuerte abducción del límite con el traspaso de una puerta que te puede hacer morir en una vida y penetrar en otra, pero que exige sangre sacrificial , por la que una familia de millonarios de origen europeo, los Bradford, prolongan la estirpe de los suyos que se perpetúan mientras logren que un médium se atenga al sacrificio. Los secretos de tal secta, guardados en viejos legajos y archivos londinenses, van emergiendo en la novela, primero por indicios, luego recorridos en detalles tomados de la vida de Rosario, la mujer de Juan y madre de Gaspar, pero también de su prima que fue rebelde y ha pagado tal rebeldía.

Contextos demoníacos

Confieso mi admiración por lo que Mariana Enríquez (Buenos Aires, 1973) ha hecho en esta novela, admiración inversamente proporcional a lo poco que suele gustarme la narrativa de terror. Pero tanto el Romanticismo como Bioy Casares y Borges , y el Ernesto Sabato de «Informe sobre ciegos», parte magistral de «Sobre héroes y tumbas» (por citar solo referencias argentinas) hicieron una transición que permitía conjugar la imaginería fantaseadora y delirante de lo nigromante o selvático con los medios y estilos del realismo. Ahí se entiende la excelente opción de esta novela: es una trama de irracionalidades pertinentes a lo demoníaco, pero cuajada en ámbitos contextuales reconocibles, de manera que existe una forma de ser fantástico ominoso, y no únicamente fantasía febril.

La otra apuesta de la novela, que me ha parecido magnífica decisión vertebradora, es la conexión de estos contextos demoníacos con el Poder en su sentido político porque no deja de referirse casi siempre a estadios en que los desaparecidos por acciones o pecados para con la Secta coinciden con otros desaparecidos por la dictadura militar en los años de terror argentino en los ochenta del pasado siglo, con fosas comunes donde van a parar otras víctimas de ese otro Poder no menos oscuro que la deidad metafísica.

Crueldad

De manera que comunican por la vía de algunos personajes rebeldes de la familia de los Bradford, pero también por los contextos de zonas donde se decidían luchas clandestinas o ajusticiamientos políticos de una crueldad igualmente irracional. Mariana Enríquez ha logrado que el lector perciba en todo momento la metonimia entre la saga del Poder familiar en la Secta de los Oscuros, con la del Poder militar necesitado de igual sangre. La opción narrativa, y este me ha parecido otro acierto, evita hacer que primero venga una cosa y luego otra, por separado, sino que de forma muy sutil hay entreverados con cambios de narradores (especialmente destaca la historia en primera persona de Rosario, pero también el mundo adolescente de Gaspar en relación con su padre y luego con sus compañeros de clase) y de escenarios y estilos, pues hay desde road novel hasta documental de investigación periodística sobre unas fosas comunes, o bien la sociología del mundo punk y de liberación homosexual en el Londres de los años sesenta y setenta. La novela es excesiva en muchos momentos, pero casi siempre te tiene atrapado . Esa paradoja la hace muy original y destacable.

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