LIBROS

«Noche de tahúres», a merced de la engañosa ruleta

A los veinticinco años de su publicación, se recupera «Noche de tahúres», el debut novelístico del periodista y escritor Raúl del Pozo

Raúl del Pozo (La Torre, Cuenca, 1936)
Carmen R. Santos

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Con prólogos de Arturo Pérez-Reverte , Jerónimo Saiz Ruiz y Néstor Szerman, y epílogo de Antonio Lucas , Berenice recupera con honores de primera edición esta novela de Raúl del Pozo (La Torre, Cuenca, 1936) a los veinticinco años de su publicación originaria. Con «Noche de tahúres», Del Pozo debutó en la narrativa -le siguieron «Los reyes de la ciudad», «No es elegante matar a una mujer descalza» y «Ciudad Levítica», entre otros títulos-, ámbito que sumó al del periodismo, donde, desde sus comienzos en 1960, ha desarrollado una larga y fructífera carrera en diversas cabeceras , y se ha alzado con numerosos premios como el González-Ruano, el Francisco Cerecero y el Mariano de Cavia.

«Noche de tahúres», con hechuras de novela negra , ambientada en el Madrid de la década de los noventa del pasado siglo, nos sumerge en el mundo del juego, en su versión más sórdida y canalla, poblada de garitos de mala muerte y turbios personajes . Como Muza, proxeneta, traficante y prestamista, cuyo cadáver aparece en la verja de su chalet con la garganta cortada, «con las manos en la alambrada, como un soldado que quisiera huir».

Ritmo trepidante

De la investigación del crimen se encargará un policía joven e inexperto , un «periquito», en el argot, que es la voz narradora en primera persona, acompañado de un agente veterano, llamado El Viejo, lo que propicia un más que sugerente contraste de caracteres y maneras de actuar. Sin necesidad de recurrir a la moralina, acierto de la novela, vemos cómo el juego destruye fortunas y vidas y atrapa en un círculo infernal, simbolizado en la atracción hacia la ruleta, un artilugio tan simple como fatal y engañoso, pese a que «no hay nadie tan necio que no sepa que es imposible ganar porque la casa, antes de tirar la bola, se ha asegurado con el cero, que no entra en la multiplicación, el dos setenta por ciento de la cantidad que se ha apostado».

Una trama que engancha con un ritmo trepidante, servida en una prosa precisa, brillante y cruda , que es, sobre todo, como bien recalca Pérez-Reverte, «un catálogo formidable del habla del hampa en torno al mundo del juego; un registro riguroso enraizado en los clásicos picarescos del Siglo de Oro que se prolonga casi hasta ahora mismo».

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