CINCO MINUTOS DE GLORIA
No me llamen Marisol, llámenme Pepa Flores
Se entregó el Goya de Honor 2020 a Pepa Flores, que fue mucho más que una niña prodigio y que el desnudo en la portada de una revista
![Pepa Flores en los años 70 fotografiada por César Lucas](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2020/01/26/pepa-flores-k6bF--1248x698@abc.jpg)
Mira que resulta difícil acertar en la pasarela de los premios honoríficos. A veces, da la sensación de que en esa rifa se elige el último nombre que quedó traspapelado en la guantera: no vaya a ser que lleguemos tarde, que se adelante la parca y el susodicho o susodicha no habite ya en este mundo para contarlo y dar las gracias a diestra y siniestra. Como dijo aquel -no sé quién, pero bien apuntado queda- los agasajos, mejor en vida y en plenitud de facultades. Se entregó el Goya de Honor 2020 a Pepa Flores . Repito: Pepa Flores, que no Marisol . La niña Marisol llenó el imaginario más yeyé o pop del cine español en unos tiempos de ñoñerías varias que podían llevar nombre de mujer o de hombre en la solapa. En el caso de los niños u adolescentes prodigios requemados por la industria cinematográfica , siempre se ha cumplido escrupulosamente con la igualdad de género. A partes iguales y en todas partes. Lo mismo te podías llamar Judy Garland o Marisol que Joselito o Macaulay Culkin.
Insisto que el galardón o el homenaje se lo conceden a Pepa Flores: una señora y una actriz de bandera que dio un portazo a la cursilería de unos y a la rijosidad de otros, que solo quisieron ver en ella un desnudo de portada en la mítica revista Interviú . Marisol fue mucho más que una «chica» prodigio y es mucho más que un despelote en plena época de destape. Cantó a Luis Eduardo Aute con su voz ronca, grave, como pocas mujeres han sabido entonar en la historia de la música. Y mira que me salen nombres, de Patti Smith a Chrissie Hynde , en la órbita de las señoras flamencas que parlan en inglés. Pepa Flores no cantaba en inglés y tenía dejes por peteneras; encima, pasó alguna temporada en la Cuba castrista de la mano de su señor esposo, el bailarín Antonio Gades . Las mejores revistas del colorín de entonces también daban cuenta de ello en sus portadas. Y colorín, colorado el cuento se acabó el día que decidió mandar a hacer puñetas a todos. Aunque solo fuera por este gesto, Pepa Flores se merece todos los honores, y más.