LIBROS
Nicolás Sartorius desenmascara la posverdad
En un esclarecedor ensayo, el abogado y escritor analiza 65 vocablos que hoy tergiversan el lenguaje con fines espurios
Se dice que a «las palabras se las lleva el viento». Pero quizá la sabiduría del refranero popular se equivoque o, en cualquier caso, no siempre ocurre así. Sobre todo en el ámbito político, económico y social. Bien lo señala Nicolás Sartorius (San Sebastián, 1938) al afirmar: «Muy al contrario son como rocas o piedras que pueden provocar auténticos aludes o sostener sólidas arquitecturas políticas. Existe, sin duda, un hilo invisible entre las palabras y la movilización de las conciencias que puede originar pequeños o grandes cambios».
De ahí que el control y la manipulación del lenguaje resulte uno de los vicios más perversos, y también más utilizados, pues esa tervigersación se emplea con fines tan interesados como espurios. Y lo peor, si cabe, es que muchas veces los receptores no somos conscientes de ello y aceptamos muchos términos sin el menor cuestionamiento. No es nueva la adulteración lingüística, pero actualmente, en estos tiempos donde se pretende enredarnos en la «posverdad», se ha multiplicado hasta el infinito .
Políticos presos
Precisamente es uno de los vocablos que analiza Sartorius. «Posverdad» significa lisa y llanamente «mentira», y es, recalca, una de las falsificaciones más graves. Pero no la única. En este trabajo, subtitulado «Breve diccionario de los engaños» , se desenmascaran con precisión y claridad sesenta y cinco expresiones, que son moneda corriente, como «Conflicto vasco» -que intenta acallar la realidad de la aparicion de una banda terrorista y asesina-, «Estado español» -para eludir torticeramente la existencia de España como nación-, o los mantras de los secesionistas con sus «presos políticos» -solo son «políticos presos»- y su «derecho a decidir» -que esconde el «derecho a la autodeterminación», reconocido en exclusiva a los países sometidos al colonialismo-.
Tras abandonar la política, Nicolás Sartorius, quien participó en las negociaciones de la Transición -que ahora algunos califican de «Régimen del 78», con intención peyorativa y descalificadora-, se dedica hoy al ensayismo, la abogacía y la vicepresidencia ejecutiva de la Fundación Alternativas. Confiesa que, sin ser un académico de la lengua, este libro ha sido por su parte «un atrevimiento». Bendito y lúcido atrevimiento.