ARTE
Moisés Pérez de Albéniz: «Cuando la gente accede a la cultura empieza a pensar de forma diferente»
Establecido en la artística calle Doctor Fourquet, el navarro Moisés Pérez de Albéniz, director de la galería MPA, analiza el cómo y el por qué del arte contemporáneo nacional en la actualidad

Hijo de abogado con alma de pintor, Moisés Pérez de Albéniz puso la galería de su Navarra natal «en el mapa internacional» para luego irse a Madrid, en plena crisis, y continuar con su vocación. En la actualidad posee dos espacios en la capital, desde donde prepara su desembarco en difernetes ferias.
–¿Cómo descubre el arte contemporáneo?
–Mi padre era dibujante de publicidad y estuvo un par de años en Brasil trabajando en revistas y publicaciones. También era pintor amateur, sin pretensiones, pero en casa había representación. Él estudió derecho, pero no quiso ser pesado conmigo. Me gustaba mucho el dibujo lineal y empecé a acercarme a la arquitectura y a la decoración. Allí encontré figuras que me cambiaron mi percepción sobre el arte.
–¿Cómo ha cambiado el panorama del arte contemporáneo desde que llega a Madrid desde Navarra en 2013?
–Yo vengo de una ciudad pequeña donde el arte contemporáneo no es apreciado o valorado. Es mi tierra, pero no tengo problema con ser crítico con ella. Tenía mi nicho, espacio de trabajo, y desde una ciudad de 200.000 habitantes, desde una pequeña galería, podía proyectarme con mis artistas al mundo entero. Eso lo demostré. Hicimos ferias en Estados Unidos, en Corea… Pero sí que es cierto que el 80 por ciento de nuestra facturación venía de fuera. Y llegó la crisis. En las ciudades pequeñas fue duro. La cultura es superflua, pero además está lo que la gente entiende por «cultura»… Yo lo que siempre he hecho ha sido trabajar, tengo una dinámica activa. Tenía un buen equipo y me negué a que la rueda nos pasara por encima. Y el destino fue Madrid.
–¿Cómo encuentran a los artistas para la galería?
–Depende. Vemos a los emergentes en concursos o has visto algo por aquí o por allí… A todos se les hace seguimiento. Es la mejor parte del trabajo de galerista: visitar estudios, hablar con los artistas, encontrar lo que quieren contar... Como esto no es una institución, dependemos de nuestro gusto, y que el nuevo autor encaje con nuestra filosofía, con nuestro proyecto. A mí me interesa lo que pasa en el mundo, pero visto desde el punto de vista del artista.
–¿El arte contemporáneo se valora en España?
–Tenemos un problema grave y serio. ¿Por qué en ámbitos internacionales nuestros artistas no están valorados? En las ferias fuera no hay representación, y yo pienso que tenemos muy buenos creadores en este país. Lo que tenemos que hacer es una reflexión hacia dentro con todos los agentes culturales nacionales y ponernos a escribir unas notas para ver por qué ocurre esto. ¿Es culpa de las galerías, de los artistas, de los coleccionistas, de las instituciones, de la prensa? Desde luego, no es un problema de calidad. Es un problema de todos, y todos debemos ser parte de la solución.
–¿Cree que el arte necesita reciclarse con más frecuencia que otras expresiones?
–El arte está en una evolución constante, sus métodos, sus formas… Yo, a la pintura la adoro, y se le ha criticado mucho con cosas fatuas como su pérdida de contemporaneidad. No es verdad. Lo que pasa es que han surgido artistas que han querido caminar hacia la fotografía o el vídeo. Vivimos en la época de la imagen.
–¿Nos falta un colchón de conocimiento y contexto a la sociedad actual?
–Nos falta cultura. Cuando la gente accede a la cultura empieza a pensar de forma diferente. En los programas de televisión de ahora, los de más audiencia, por ejemplo, la gente habla como patanes. Eso me deprime mucho. El arte y la cultura son una buena medicina. Luego están los políticos, los deportistas… Son los iconos que la gente sigue actualmente, pero el dinero no te forma, te deforma.
–¿Cómo se ha enfrentado a ARCO este año?
–Ya hicimos cambios el año pasado en la feria . Sentíamos que no le estábamos dando a la escultura toda la importancia que requería. Hicimos un estand donde la potenciábamos con diferentes alturas. Este año hemos cogido unos metros más, justamente para poder darle más protagonismo, poder «recorrerla». Este 2020 hemos apostado sobre todo por nuestros artistas más jóvenes, de media carrera y consolidados, como Guillermo Mora o Santiago Giralda.
Ha visto cambios con la nueva directora?
Carlos Urroz marcó una trayectoria para mí muy interesante. Yo estuve con él cuatro años en el comité de selección e hizo un buenísimo trabajo, muy serio y atravesando la crisis. Hay que contextualizar. Los pasillos estaban vacíos. Y se podría haber metido galerías de tercera, y no se hizo. Ganar más dinero no es el objetivo. Somos una galería que invierte lo que gana para su crecimiento. Por eso hacemos Nueva York o Londres. Maribel López es una profesional y no tendrá problema en poner la feria un par de peldaños por encima de donde está ahora, porque tiene las cosas importante claras. Pero ARCO, para nosotros en todo el país, en términos de arte, lo es todo. Jugamos en casa y no queremos fallar a nuestra gente. Sin embargo, a lo mejor le pedimos a ARCO demasiado, y es una feria. El peor sitio para mostrar arte contemporáneo.