LIBROS
Los Modlin, esa extraña familia
Una muestra reciente homenajeaba en Madrid a Margaret Modlin, matriarca de una fascinante familia de «artistas» a la que Paco Gómez dedicó un libro autoeditado y cuya vida ganó un Goya
![De izquierda a derecha, Margaret, Nelson y Elmer: los Modlin](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2016/12/28/modlin-familia-U20554175672xLI--620x349@abc.jpg)
El primero en llegar a Madrid fue el hijo , con 17 años, en parte para evitar que lo llamaran a filas durante la guerra de Vietnam. Nelson Modlin (Los Ángeles, 1952-Madrid, 2002) era el único hijo del matrimonio: el padre, Elmer (Carolina del Norte, 1925-Madrid, 2003), se ganaba la vida como secundario en Hollywood, aunque aspiraba a ser escritor; la madre, Margaret (Carolina del Norte, 1927-Madrid, 1998), era pintora. En la familia todo giraba en torno a ella , su arte era lo más importante. La vida en EE.UU. era demasiado cara, los conflictos raciales de Los Ángeles y la decadencia en la que creían que estaba inmerso el país les parecían al matrimonio una muestra del declive de la sociedad estadounidense, un escenario preapocalíptico. Buscaban un sitio donde establecerse y Henry Miller, amigo de la familia, les aconsejó España.
Para los Modlin, la dictadura de Franco -al que veían como la encarnación del perfecto soldado cristiano y con quien Margaret se obsesionó de tal manera que le hizo un retrato que a punto estuvo de venderle- era garantía de estabilidad. Por eso mandaron primero a Nelson. A veces, da la sensación de que consideraban a su hijo como una obra más : en él proyectaron sus deseos, lo llevaron al mismo instituto al que iban las estrellas de Hollywood, lo prepararon para que fuera actor y lo idealizaron, obsesionados con la belleza del chico.
Huir del padre
Cuando Nelson se mudó a Madrid, después de matricularse en el Colegio Americano, estaba huyendo de sus padres. Mientras sus compañeros de clase coquetean con el movimiento «hippie» de la época, él decía que quería ser empresario y tener mucho dinero. Su rebeldía se muestra en su pragmatismo frente al misticismo y la adoración estética de los Modlin. En 1970 llegaron sus padres: Elmer, en una travesía en barco con los cuadros de Margaret que duró 25 días; la madre, en avión. La familia se instaló en un piso cerca de Callao. Después se mudó al menos dos veces. Ya nunca dejaron Madrid. Su última residencia fue la de la calle del Pez, número 3. En 2003, poco después de la muerte de Elmer, el último superviviente del triángulo, el fotógrafo Paco Gómez fue advertido por su cuñado de que en los contenedores de la calle había un material que podía interesarle: fotos y objetos personales, l as huellas de una historia . Confiesa que esa noche se convirtió «en uno de aquellos buitres, sin ningún pudor. Metí todo lo que iba encontrando en una vieja caja de fruta». «Las fotos que había encontrado eran extrañas, misteriosas, absurdas e inquietante s».
Paco Gómez, miembro del colectivo NOPHOTO, condensó un ingente trabajo de investigación en su primer libro, «Los Modlin» (Fracaso Books, 2013), en el que se mezcla la historia de la familia con la del fotógrafo a través de algunos ecos, casualidades y coincidencias. El resultado es un texto híbrido que juega con el diario, la entrevista, el testimonio, incluye cartas del matrimonio y otros documentos, y en el que también hay hueco para la conjetura.
«Los Modlin». Paco Gómez
Fracaso Books, 2013. 288 páginas, 170 fotografías en b/n. 17 euros