LIBROS
«El misterio de Ardlamont», detrás de Sherlock Holmes
Una aproximación novelada a un crimen que conmocionó a la sociedad británica del siglo XIX
El 10 de agosto de 1893 Cecil Hambrough murió de un disparo en la cabeza aparentemente accidental, mientras cazaba en la finca escocesa de Ardlamont en compañía de dos individuos que respondían a los nombres de Alfred Monson y «señor Scott». Este suceso real , que coincidió en el tiempo con el momento de mayor rechazo por parte de Arthur Conan Doyle hacia Sherlock Holmes, el personaje que lo convirtió en referente de la literatura policiaca, es el punto de partida de «El misterio de Ardlamont», la novelización de un caso que situó el foco de la popularidad sobre los doctores Joseph Bell y Henry Littlejohn.
Tanto Bell como Littlejohn, forenses en una época en la que su profesión empezaba a consolidarse y a adoptar las reglas que la caracterizan en nuestros días, habían inspirado a Conan Doyle al coincidir con él en la Universidad de Edimburgo, donde el creador de Holmes estudió medicina y ellos fueron dos de sus maestros más carismáticos.
Reconstrucción
Con un estilo a medio camino entre la crónica periodística y el misterio clásico , Daniel Smith, autor de algunos de los títulos más interesantes sobre el universo criminal que orbita alrededor de Baker Street, reconstruye, por una parte y con una minuciosidad encomiable en los detalles, la investigación y el juicio que sucedió a la extraña muerte de Cecil Hambrough ; y, por otra, las vidas de quienes lo protagonizaron, tanto de la víctima y sus familiares más cercanos, como de aquellos que tuvieron un papel fundamental a la hora de descubrir qué ocurrió de verdad en aquella batida de caza.
Pero que nadie se lleve a engaño, no nos encontramos ante un texto apto únicamente para fanáticos de Sherlock Holmes y sus referentes, sino más bien ante una aproximación divulgativa y bien novelada a un crimen que conmocionó a la sociedad británica de finales del XIX; una tragedia en la que se incorporan documentos y transcripciones reales y a partir de la cual Smith rastrea una serie de biografías fundamentales para comprender los mimbres de la narrativa policiaca actual y nos muestra una curiosa realidad: la capacidad que tiene la muerte violenta de aumentar el interés por la existencia de quienes la protagonizan, el hecho de que una vida gris e insignificante adquiere siempre cierto brillo al relacionarse, aunque sea de forma tangencial, con las tinieblas que envuelven el crimen.