FOTOGRAFÍA
Una mirada «vintage» a la Historia
Exposición de museo sobre muchos de los padres de la fotografía española en la galería Blanca Berlín (Madrid)
Dentro del complejo y plural universo de la fotografía artística , el término vintage ha experimentado distintas -y en ocasiones casi contradictorias- interpretaciones. La acepción más extendida y aceptada podría ser la de una copia que ha sido, o bien realizada, o aprobada por el propio fotógrafo a los pocos años de la realización del negativo. Este período de tiempo suele oscilar, según los distintos expertos, entre cinco y ocho años. No obstante, en aquellas ocasiones en las que hablamos de copias muy antiguas , de las que no disponemos con exactitud de su fecha de impresión tras el fallecimiento de su autor, solemos asimismo aplicarles este término de vintage .
Lo cierto es que en la actualidad, la fotografía vintage se ha convertido en objeto -y sujeto- de deseo dentro del mundo del arte, especialmente en el ámbito del coleccionismo fotográfico.
Todo esto viene a cuento por la -digámoslo ya- espléndida exposición que presenta ahora la galería Blanca Berlín . Todo cuanto sueño o pierdo. Maestros del vintage (1903-1991) es una propuesta que recoge más de cincuenta copias vintage y de época de diez significativos y referenciales fotógrafos españoles del siglo XX.
Equipo de lujo
Ortiz Echagüe, Bartolomé Ros, Nicolás Muller, Gabriel Cualladó, Eugeni Forcano, Oriol Maspons, Ricard Terré, Perez Siquier, Ramón Masats y Toni Catany conforman una nómina ciertamente destacada y dibujan una completa cartografía del panorama de la fotografía en la España del pasado siglo.
El título de la muestra hace referencia a unos versos del poeta portugués Fernando Pessoa , un gigante de la lírica contemporánea: «Todo cuanto sueño o pierdo/ Que pronto cae o muere en mí…/ Es como una terraza que mira / Hacia otra cosa más allá…». Un guiño que tal vez pueda ser interpretado como una voluntad de aportar, además de una visión más histórica, también una cierta dimensión poética y creativa.
Es de justicia señalar la gran dificultad y complejidad a la hora de organizar una propuesta expositiva como esta por parte de una galería de arte, dada la talla de los autores representados y la presencia de un número tan significativo de copias vintage o de época que se muestran. Dentro de este auténtico dream team , destaca sobremanera la obra de Ortiz Echagüe (1886-1980), una personalidad realmente singular, y a la vez plural. Considerado en 1935 por la revista American Photography uno de los tres mejores fotógrafos del mundo, compaginó su trabajo como ingeniero (fue, entre otras cosas, fundador de CASA y SEAT), con la creación de un corpus excepcional en el que la calidad formal y técnica y el análisis antropológico y social componen el extraordinario fresco cultural y costumbrista de una España ya desaparecida . Aunque él mismo siempre rechazó la etiqueta de pictorialista, no hay duda de que sus imágenes están claramente influidas por pintores como Zurbarán o Zuloaga , un factor positivo que les otorga unas cualidades plásticas y texturales que la hacen inconfundibles y excepcionales.
Igualmente, dentro de un contexto de registro histórico de un tiempo concreto de nuestro país, puede situarse el trabajo de Bartolomé Ros (1906-1974). En su caso, se trata de representaciones que documentan fundamentalmente el Marruecos del Protectorado durante los años de la República. Ese ámbito norteafricano, si bien posteriormente en el tiempo, también aparece reflejado en algunas de las fotos presentes en esta muestra de Nicolás Muller (1931-2000), un fotógrafo húngaro de origen judío quien, tras huir de los nazis, viviría unos años en Viena y París, hasta fijar su residencia definitiva en España. Su trabajo, muy influido por la estética centroeuropea, levantará asimismo una personal acta notarial de la sociedad española de su época.
Aún en vida
La fotografía documental de los años cincuenta, sesenta y parte de la década siguiente, vinculada en gran medida al grupo AFAL y a la revista del mismo nombre, surgidos -casi milagrosamente- en Almería en 1956, está igualmente bien representada por nombres tan seminales como los de Gabriel Cualladó (1925-2003), Oriol Maspons (1928-2013), Ricard Terré (1928-2009), Ramón Masats (1931) o Carlos Pérez Siquier (1930), estos dos últimos, los únicos fotógrafos de la exposición que aún viven.
Todos ellos aportan una mirada franca y abierta, cargada de vida y de sinceridad , a un país todavía en aquellas épocas excesivamente virado a un triste tono monocromo, anquilosado, caduco y carente de toda libertad creativa y social. Precisamente, contrastando con esa atmósfera sombría, destaca, llena de color y luz, la excelente serie La playa , del último de los mencionados, iniciada en los 70, y que supondría su reconocimiento internacional.
A todos ellos debemos añadir los intensísimos y poéticos retratos de Eugeni Forcano (1926-2018) -¡imposible apartar nuestros ojos de los del muchacho de la imagen La mirada insondable!-, y los no menos intensos y dramáticos desnudos de Toni Catany (1942-2013).