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Mindhunter: Asesinos «secuenciales»
David Fincher firma cuatro episodios de una serie adictiva y desoladora
Stephen King , siempre atento, ya ha recomendado Mindhunter( Netflix Drama), recreación setentera, muy de estrangulador de Boston, de los primeros pasos de dos agentes del FBI pioneros en la psicología criminal. Son los descubridores de los «asesinos secuenciales» , como empiezan a llamarlos, siempre en busca de un lenguaje accesible para los agentes menos ilustrados.
Es la segunda vez que David Fincher dirige en la pequeña pantalla. En House of cards también produjo. Aquí firma cuatro episodios y su caligrafía es reconocible. Al director de Seven y Zodiac , viejo aficionado a los psicópatas , se le identifica hasta en su perfil menos comercial: diálogos que galopan, ausencia de escenas de acción y un montaje pausado pero implacable.
Mindhunter y House of cards tienen al menos un punto de conexión. «¿Cómo se puede ser presidente de Estados Unidos siendo un sociópata?», plantea un personaje. «La pregunta es: ¿cómo se puede ser presidente de Estados Unidos sin serlo?», replica la profesora Carr (Anna Torv). Ella es casi el único rostro popular ( Fringe ) de un reparto imponente, en el que brilla la personalidad arrolladora del «asesino de las colegialas». Cameron Britton se merienda a cualquiera que se cuele en su plano , como en la espeluznante escena de la foto.
La historia es adictiva y desoladora. Cada entrevista es un avance científico y una puñalada en el alma. Nos asomamos, con ánimo de entenderlas, a las mentes más enfermas, que no fueron amadas ni por sus madres . Y otra muestra de libertad: es como un libro, cada capítulo dura lo que le da la gana, entre 34 minutos y una hora. Léanlo y no lo podrán dejar.