ARTE

Menchu Gal en el horizonte

El Koldo Mitxelena se despide para una intensa remodelación dedicando su última muestra a la afamada pintora vasca

«La casa blanca» (1972), de Menchu Gal

Noemí Méndez

A punto de cerrarse el Koldo Mitxelena de San Sebastián por obras, se nos presenta allí la retrospectiva de Menchu Gal (1919-2008) recogida bajo el título Vivir pintando, pintar viviendo. Veintitrés son las piezas que ocupan la sala Ganbara y que se complementan con las recogidas en el Museo Menchu Gal de Irún , que se extenderá del 11 de octubre al 18 de enero de 2020. Divididas en tres temáticas muy marcadas dentro de la trayectoria de la artista -bodegones, retratos y paisaje-, queda clara la influencia de las primeras vanguardias del siglo XX, con la constancia en el trabajo a referencias del fauvismo, el cubismo y el expresionismo .

Gracias a colaboraciones institucionales como el Museo Reina Sofía de Madrid, el de Bellas Artes de Bilbao, el Museo San Telmo de San Sebastián o las fundaciones Telefónica, Menchu Gal y Kutxabank, la Diputación Foral de Gipuzcoa y el Ayuntamiento de Irún, se ha podido recorrer, a casi una década de su fallecimiento y en el centenario de su nacimiento, la trayectoria de una de las autoras más representativas de la escuela vasca . El título de la cita ya alude a la vitalidad que las pinturas de Menchu Gal desprenden, sobre todo los paisajes, terreno más representativo de la artista , ya que el resto de temáticas parecen más orientadas a coquetear con vanguardias y procesos, frente a esta, que podríamos llamar «estrella», por la que más se caracteriza y donde vemos rebosar formas y colores con una rotundidad que nos hace intuir que le hacía sentirse más cómoda. Quizás porque Gal comenzó en la pintura en los años 30, antes de irse a estudiar a París y de pertenecer a la Escuela de Vallecas, trabajó el paisaje vasco de forma intensiva.

Si una sensación rezuma de la exposición es el intenso vínculo de la artista con el fauvismo. Fauvismo y paisaje serían pues las ideas más intensas que extraeríamos de este repaso. Cabe destacar que Menchu Gal, junto a María Blanchard, Carmen Laffont o Maruja Mallo , es una de las pocas mujeres de la Historia de la pintura española de vanguardia a la que hasta ahora han atendido los manuales. La carrera de la vasca estuvo repleta de premios y reconocimientos, como el de ser la primera mujer en recibir el Nacional de Pintura en 1959 o, ya tras una larguísima trayectoria, en 2005, la Medalla de Oro de la Diputación Foral de Gipuzcoa o, en 2006, el premio Manuel Lekuona y la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Irún. Color, forma, vitalismo y paisaje resumen el cierre del centro hasta su completa remodelación. Habrá que esperar hasta dentro de dos años para ver renacer las paredes de estas salas.

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