LO MEJOR DE 2018
Los mejores libros de narrativa extranjera
Los críticos de ABC Cultural eligen la mejor obra de narrativa extranjera aparecida en 2018
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
Un caballero literario llamado Amor Towles
«Un caballero en Moscú». Amor Towles. Salamandra, 2018. 512 páginas. 24 euros. E-book: 17,99
En los últimos años, con tanto insistir, hasta el cansino hastío, en que si la novela está muerta o si se ha ido de parranda, hay escritores que se han olvidado, literalmente, de escribir. Y me refiero a la escritura que lleva siglos enganchando a millones de personas . A lo clásico, vaya. Por mucho que haya quienes quieran que sea sinónimo de rancio. No lo es. Se lo digo yo. Y por eso provoca regocijo, entre tanta innovación literaria de pacotilla, que, de vez en cuando, se cuele en las atestadas mesas de novedades una novela «como las de antes» . Esas son, precisamente, las costuras en las que se desenvuelve el escritor estadounidense Amor Towles (Boston, 1964).
Lo hizo con su debut, «Normas de cortesía» (2012), y lo volvió a hacer con «Un caballero en Moscú», novela que protagoniza estas breves líneas llamadas a destacar lo mejor del año que está a punto de terminar. Un mérito, qué duda cabe, sea quien sea el autor, pero más, si me lo permiten, en el caso de Towles, cuyo peregrinaje del mundo de las finanzas a la literatura daría para otra novela, también clásica. El caballero de la historia que nos ocupa es el conde Aleksandr Rostov, al que los bolcheviques , tras la revolución, condenan a vivir encerrado, el resto de su vida, en el lujoso hotel Metropol, emplazado entre la Plaza Roja y el Teatro Bolshói. Rostov es uno de esos personajes deliciosos, aparentemente ingenuos e inocentes, con el que todo escritor sueña encontrarse, en algún momento de su carrera.
Towles tiene esa suerte, o pueden llamarlo talento. El caso es que, sin salir de las cuatro paredes del hotel, el aristócrata va viviendo, y el autor relatando, el devenir de Rusia a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Los personajes secundarios que le acompañan (Anna, Sofía, Andréi, Emile, Mishka...) contribuyen a crear un relato casi doméstico, por las anécdotas y situaciones que viven -muchas de ellas cómicas, en mitad del horror y del terror-, pero con vocación histórica. Todo ello con la presencia, cual excepcional testigo, de la gran literatura rusa del XIX -su influencia en estas páginas es obvia, y de agradecer- y la cultura («cine, cine, cine, más cine, por favor», que cantaba Aute) que, pese a todo, emanó en aquellos años. No esperen, eso sí, un final de cuento de hadas. O sí, quién sabe. Al cabo, el hogar late en el corazón de cada uno. Por INÉS MARTÍN RODRIGO
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La prosa vertiginosa de Joanna Walsh
«Vértigo». Joanna Walsh. Periférica, 2018. 128 páginas. 15 euros
«Vértigo» es el primer libro de Joanna Walsh que se traduce al español, y seguro que no será el último, porque en esta británica nacida en 1970 Periférica ha encontrado a una escritora capaz de llegar a lo más hondo de las experiencias femeninas sin necesidad de caer en la prosa facilona que se ve en algunos de los nuevos talentos emergentes.
Su estilo no es artificioso; no lo necesita. Cualquiera de sus frases, afiladas y punzantes , vertiginosas, valen mucho más que páginas y páginas de ese estilo aparentemente descarnado que tantos corazones acumula en las redes sociales. Walsh es una escritora de verdad.
«Vértigo» recoge un puñado de relatos breves en los que la mujer, la narradora, adopta distintos roles: esposa, amante, madre, hija… Son pequeños retazos en la vida de unas protagonistas que revelan un paisaje interior trastornado por rupturas, celos o la soledad. «Al menos no monté un pollo, no monté un numerito. Al menos no me fui de manera poco elegante -escribe en uno de los relatos después de un desengaño-. La elegancia va en función del fracaso. Los elegantes siempre saben lo que significa haber fracasado. Cuando se tiene éxito, la elegancia no es necesaria: el éxito basta por sí mismo. Sin embargo, en el fracaso la elegancia es esencial ».
Solo de la pluma de alguien con una mirada tan delicada como la de Walsh pueden salir frases así de intensas. No hay golpes de pecho ni autoflagelación fingida en la autora británica; hay intuición, hay imágenes poderosas.
«Queda ahora muy poco en mi mente», escribe para expresar lo que queda tras una separación : «La luz del faro parpadea; a continuación, las luces de los barcos, una tras otra. Me esfuerzo por ver a pesar de los párpados inflamados por el agua salada. […] ¿Quieres que te diga a qué se parece ahogarse? Es una sensación calma y silenciosa». A la prosa de Walsh le sobra elegancia. Por JAIME G. MORA
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Una noche en el paraíso con Lucia Berlin
«Una noche en el paraíso». Lucia Berlin. Alfaguara. 288 páginas. 18,90 euros. E-Book: 11,39
No descubro nada si digo que uno de los más destacados descubrimientos literarios de estos últimos años es Lucia Berlin y su «Manual para mujeres de la limpieza» (2016). Sin embargo, albergaba ciertas dudas acerca del brillante y abrumador «Una noche en el paraíso». «Hay cosas de las que la gente no quiere hablar» es la frase que aparece en la portada del libro, bajo el título, y también algo que un personaje pronuncia en el relato «Polvo al polvo»: «No me refiero a las cosas difíciles, como el amor, sino a las más bochornosas, como por ejemplo que los funerales a veces son divertidos ». Los personajes de Berlin han aprendido a bailar en los velorios.
Saben, porque lo sabía su autora, que hay una belleza escondida en lo trágico , en lo sórdido y prefieren, antes que aburrirse, llorar. Lo que convierte a Berlin en la magnífica escritora que es no es otra cosa que su mirada. Sus temas son inevitablemente los mismos porque escribía de lo cercano, de lo vivido. En sus páginas aparece ella misma. En «Itinerario», cuenta cómo su madre, viendo que estaba empezando un incendio, no hizo nada para detenerlo: estaba tan desesperadamente aburrida que necesitaba que ocurriera algo, aunque fuera una desgracia.
Siempre leo los relatos de Lucia Berlin con esa misma impresión: la de quien teme y desea un incendio. Porque en ellos todo se precipita en segundos. Y la felicidad puede llegar pero no, y los hombres cantan «Saturday night is the loneliest night of the week» pero siempre se van antes de lo esperado -y las mujeres casi lo desean- y la infancia termina pronto , en un suspiro, que es la misma sensación que tengo cuando llego a las últimas líneas de Lucia Berlin y por eso cierro el libro y lo vuelvo a empezar. Por LAURA FERRERO
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Romain Gary contra el racismo
«Perro blanco». Romain Gary. Galaxia Gutenberg, 2018. 190 páginas. 18,50 euros. E-book:11,39
Uno de los más extraordinarios escritores del pasado siglo, Romain Gary , cuyo verdadero nombre era Roman Kacew, evocó siempre la imagen europea del escritor aventurero a lo Hemingway . El adolescente judío, nacido en Vilna, Lituania, en 1914, que llegó a Niza con su madre llegó a ser todo lo que su temperamental progenitora se había propuesto: heroico aviador condecorado durante la Segunda Guerra Mundial, diplomático, donjuán irresistible, buscador de tesoros y uno de los más grandes autores de su época. Por ser, también sería el único escritor francés que ganaría dos veces el Premio Goncourt . «Perro blanco», de 1970, es una de sus obras maestras. Mezcla de relato autobiográfico y de feroz panfleto de denuncia contra el racismo, la novela arranca en febrero de 1968.
Dos meses después Martin Luther King es asesinado en Memphis. Un año especialmente turbulento, no sólo en Europa, con las primaveras de París y Praga, sino sobre todo para los Estados Unidos y la lucha contra la segregación racial. En ese momento Gary vive en Beverly Hills, donde Jean Seberg, su mujer , está rodando una película. Un día, un perro aparentemente abandonado llega hasta su casa. Gary decide adoptarlo, si bien desde el comienzo observa un extraño comportamiento: cuando se acerca alguien de raza negra el perro tiene una reacción tremendamente violenta.
Muy pronto se dará cuenta de que está adiestrado para atacar a los negros. Gary, furioso, intentará reeducarlo a la vez que decide escribir una obra que alternará este y otros temas que tienen que ver con la deshumanización de sociedades entrenadas para segregar e implantar un rencor de ida y vuelta, del que pocos se salvan. Por MERCEDES MONMANY
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Dennis Johnson, póstumo e inmortal
«El favor de la sirena». Dennis Johnson. Literatura Random House, 2018. 208 páginas. 17, 90 euros. E.book: 8,99
«El mundo sigue girando. Está claro que, mientras escribo esto, no estoy muerto. Pero tal vez lo esté para cuando ustedes lo lean», nos advierte el narrador en las últimas líneas de «Triunfo sobre la tumba», uno de los cinco relatos que componen «El favor de la sirena» de Denis Johnson. Y no mentía, es verdad: este libro fue escrito con la certeza de su autor de que sería póstumo pero -paradójicamente- el efecto de su publicación fue el de convertirlo en un inmortal.
Porque antes de «El favor de la sirena», el ya considerado uno de los grandes Johnson (Alemania 1949-Estados Unidos 2017), había firmado títulos imprescindibles. A saber: «Ángeles derrotados», «Sueño de trenes», ese torrencial «gótico californiano» aún por traducir que es «Already Dead». Y -tal vez por encima de todos- « Hijo de Jesús» : novela-en-relatos de 1992 adorada/envidiada por colegas con la que «El favor de la sirena» conecta y cierra el círculo. Aquí la prosa visionaria de Johnson -fundiéndose con las de Dante, Melville , Isaak Babel, Cheever, Kerouac y Bob Dylan- persigue y rodea a un publicista al que se le acaban las ganas de vender y de comprar, a unos adictos desintoxicándose sin éxito , a unos escritores agonizantes y a un poeta obsesionado por la sombra del legendario hermano gemelo de Elvis Presley muerto en el parto. Todos convencidos de que «La vida después de la muerte, los fantasmas... son cosas que damos por sentadas. Si no, ¿dónde estaría la diversión?».
Quién sabe... Una cosa es segura: la genial diversión de Johnson está aquí. En sus últimas palabras de primer nivel. En otro de sus libros que nos sobrevivirá a todos.
Así que -mientras podamos y el mundo gire- mejor leer aquello tan vital que Johnson escribió cuando estaba vivo. Por RODRIGO FRESÁN