LIBROS
Los ensayos que seducen en estas fiestas
La última biografía de Churchill y textos de Nabokov, John Henry Newman, Juan Pablo Fusi o André Breton, entre lo más destacado del año, que deben formar parte de su carta a los Reyes Magos
1
La mejor biografía de Churchill
Andrew Roberts: «Churchill». Trad.: Tomás Fernández Aúz. Crítica, 2019. 1468 páginas. 45 euros
Parecía un empeño inútil escribir una nueva biografía sobre Churchill, el personaje más estudiado y parafraseado del siglo XX junto a Lenin y Hitler. Pero el historiador británico Andrew Roberts no sólo ha salido airoso sino que además ha logrado un monumental retrato del dirigente que condujo a su país a la victoria y frenó la expansión del nacionalsocialismo. La figura de Churchill contaba ya con dos biografías canónicas: la de Martin Gilbert y la de William Manchester, descomunales en su tamaño y sus pretensiones. A pesar del reto, Roberts logra aportar aspectos inéditos del primer ministro conservador gracias al acceso a documentos familiares y, sobre todo, a su correspondencia con el rey Jorge VI, con el que mantuvo una compleja relación. Roberts dedica una atención exhaustiva a la infancia y la adolescencia de Churchill, marcada por la figura de su padre y una educación espartana, que configuran el carácter de un hombre que se sintió llamado a hacer historia desde su nacimiento.
El descendiente de Marlborough, el legendario Mambrú, es uno de los pocos dirigentes cuyo perfil se agranda bajo el foco de los historiadores, ya que, a pesar de sus marcados defectos, era un verdadero líder y estaba dotado de una personalidad magnética que le granjeaba el afecto de sus colaboradores y adversarios políticos. Se ha acusado a Churchill de oportunismo por cambiar de partido y de aliados, lo cual no deja de ser una simplificación porque, como Roberts demuestra, antepuso siempre la coherencia de sus convicciones a las estrategias partidistas . Jamás renunció a defender los tres grandes pilares que, por este orden, sustentaron su vocación política: el Imperio, el libre comercio y la democracia parlamentaria. Prefirió renunciar a sus cargos en el Gobierno antes que traicionar sus principios. Tras diez años de exilio interior, volvió a asumir altas responsabilidades al estallar la II Guerra Mundial en 1939. Esa fue su mejor hora, el momento con el que había soñado toda su vida. Por Pedro G. Cuartango
2
Los sueños de Nabokov producen monstruos
Vladimir Nabokov: «Sueños de un insomne». Wunderkammer, 2019. 213 páginas. 19,50 euros
Si se lo piensa un poco, pocos escritores hay más felices y festivos que Vladimir Nabokov. Su prosa -independientemente de los dramas en sus tramas- es una celebración que no cesa. De ahí que aquí lo postule como nombre ideal para estos días que se viven como en un espirituoso trance entre la vigilia y la fantasía. Y que sus «Sueños de insomne» se propongan como un perfecto manual de instrucciones para disfrutar y soportar días y noches tan movidas . Planteado por Nabokov en 1964 -inspirado por los dictados del poco ortodoxo filósofo John William Dunne, también admirado por Borges- como un experimento controlado para desbarrancar las teorías onírico-interpretativas de su muy despreciado Sigmund Freud, este pequeño inmenso «journal» de insomne visionario es, en verdad, un irracional catálogo «raisonné» y un ascendente descenso a las obsesiones y constantes en la vida y obra (abundan los guiños con ojos cerrados a lo escrito o a lo por escribir con la mente bien abierta) de uno de los narradores clave del siglo XX. También -como ocurre con todo Nabokov- es muy divertido (y, sí, hay sueño con árbol navideño a la altura de la página 99).
Quienes deseen continuar con el banquete nabokoviano en Reyes, acaba de aparecer «Think, Write, Speak: Uncollected Essays, Reviews, Interviews, and Letters to the Editor» (Knopf/Penguin) donde se recopilan últimos materiales dispersos «Made in Nabokovlandia» (como su célebre entrevista con Bernard Pivot en la televisión francesa y hasta un discurso de agradecimiento por el National Book Award de 1975 que nunca ganó), se enuncian maravillas surtidas («El término ‘escritor émigré’ tiene un cierto aire de tautología. Todo auténtico escritor emigra hacia su propio arte y existe y vive dentro de sus fronteras») y se reparten algunos regalos y mucho carbón ( se celebra a Salinger , se condena a Albert Camus y se ignora a William Faulkner con un «seguramente fue inventado, no puede ser una persona real») con su mismo estilo de siempre: El Estilo. Por Rodrigo Fresán
3
El reverso del mapa era una biblioteca
José Mª García Redondo: «Cartografía e imperio». Doce Calles, 2018. 425 páginas. 35 euros
Este libro es el mapa que faltaba para no perdernos en la historia de los mapas de época moderna. Una obra que abre la imagen cartográfica a su verdadera dimensión: en igualdad con las fuentes escritas, el dibujo del mundo se convierte en el centro de una investigación histórica , en una ventana que refleja la civilización que lo produce, una biblioteca, una espiritualidad y, también, una capacidad técnica y tecnológica concreta. El mapa es la llave, y el autor la utiliza para abrirlo como una ventana que permite ver todo ese paisaje cultural.
Desde el siglo XVI, los pilotos llegan de todos los rincones del orbe, depositan sus rutas, sus hallazgos, mediciones y cartas en la Casa de la Contratación, institución fundada en Sevilla en 1503 y a la que Fernando el Católico añadió el carácter cosmográfico en 1510. Allí se coleccionaba y ponía en orden el conocimiento, colectivo y secreto -y un tanto abismal- que fueron trayendo quienes exploraban nuevas tierras y mares, a tan alto precio. Mientras, se iba dibujando el mundo tal y como lo conocemos hoy, al menos en occidente.
Este «Cartografía e imperio, el Padrón Real y la representación del mundo» ha sido capaz de cambiar el paradigma de los estudios cartográficos al uso, tras una de las más novedosas y fascinantes investigaciones de las últimas décadas sobre la materia en época moderna. Su autor, José María García Redondo, reinterpreta con sólidos argumentos y una documentación incontestable el significado del mapa, de los mapas producidos en la Casa de la Contratación durante el siglo XVI.
El Padrón Real era, pues, el resumen visual, o el producto, de un conjunto de conocimientos, materiales científicos, navales, astronómicos... No era un «dibujo» de los lugares, sino una «representación del espacio que transmite ideas e informaciones sobre el territorio y que permite la adquisición de posiciones y la toma de decisiones».
Este estudio pone en su justo lugar l a aportación española al desarrollo de la ciencia y del mundo moderno -el camino que llevó a la Ilustración-, en el sentido de los trabajos, ya célebres, de especialistas como María Portuondo. Por Jesús García Calero
4
John Henry Newman, el buscador de la verdad
Es ésta una edición conmemorativa del año en el que el inglés John Henry Newman (1801-1890) ha sido canonizado por la Iglesia Católica . El cardenal Newman es uno de los pensadores más influyentes en el catolicismo contemporáneo. Fue la cabeza del movimiento de Oxford, también conocido como movimiento tractariano, un eminente académico y un magnífico orador. Pero, sobre todo, fue un incansable buscador de la verdad. En este extraordinario libro, obra cumbre de la literatura autobiográfica universal, se defiende de las acusaciones de falsedad y a la incomprensión y al rechazo que le dirigieron algunas destacadas figuras de la vida pública inglesa con motivo de su conversión al catolicismo en 1845.
En la estela de las «Confesiones» de san Agustín , Newman describe su itinerario intelectual, que derivó del anglicanismo al catolicismo, con una honradez y veracidad admirables y con una exhibición de libertad académica e intelectual. Su magisterio no ha dejado de acrecentarse. Fue calificado como el «padre ausente» durante el Concilio Vaticano II. Su obra es una magistral exposición y defensa de la verdad filosófica del cristianismo.
La «Apología», publicada en 1864, es una obra nacida del dolor ante la injusticia sufrida, pero está exenta de autocomplacencia. Es también una obra profundamente teológica. Su itinerario intelectual, que desemboca en la Iglesia romana, no es sólo el fruto de su libertad intelectual, sino también de la gracia de Dios. Es, desde luego, un relato dramático de conversión . Acaso no haya mejor manera de terminar estas líneas que transcribir un breve texto del autor: «Al convertirme no noté que se produjera en mí ningún cambio, intelectual o moral. No es que empezara a sentir una fe más firme en las verdades fundamentales de la Revelación o un mayor dominio sobre mí mismo. Tampoco tenía más fervor. Pero sentía como si hubiera llegado a puerto después de una galerna; y mi felicidad por haber encontrado la paz ha permanecido sin la menor alteración hasta el momento presente». Por Ignacio Sánchez Cámara
5
El hechizo de la melancolía
Joke J. Hermsen: «La melancolía en tiempos de incertidumbre». Trad.: Gonzalo Fernández Gómez. Siruela, 2019. 173 páginas. 17,95 euros
La melancolía atrae y repele. Ya Burton, en el siglo XVI la denominó como «bilis negra»; en la Edad Media era conocida como la «enfermedad diabólica», en el Renacimiento adquiere un aura de mística, de saber ensimismado y ya en el Romanticismo, la melancolía es la fuerza que inspira al artista que huye hacia lugares soñados o perdidos, que inspira momentos y obras teñidas de una oscura sensación de bienestar interior y desasosiego continuo. Roger Bartra al tratar «La melancolía moderna» (2019) recorre las páginas de Kierkegaard, los cuadros desesperanzados de Munch, los paraísos artificiales de Baudelaire, los silencios plásticos de Hopper en busca de algo que desde el principio de los tiempos ha trastornado y ennoblecido la existencia. En «Bajo el signo de la melancolía. Cine, desencanto y aflicción» (2017) Santos Zunzunegui narra cómo la vieja «bilis negra» se apropió de buena parte de las producciones cinematográficas del siglo XX.
Ésta es una época de turbulencias, de mutaciones y asombros desdichados. De una realidad fragmentada, diversa, en la que la ficción y la mentira, lo vivido y lo anhelado se funden y confunden. «La melancolía en tiempos de incertidumbre», de Joke J. Hermsen (Middenmeer, Holanda, 1961), recupera este sentimiento, esta profunda sensación de recordar futuros días de gloria, de Arcadias infinitas e invisibles, para tratar al «Homo melancholicus» en el inquietante presente de estos días. Es la amalgama del estrés, la depresión -escribiría Susan Sontag: «La depresión es melancolía desprovista de su encanto»- y la constante confusión social e intelectual, personal y cultural que asola a la sociedad contemporánea.
La autora, tras un comienzo en el que señala una creencia de la Antigüedad clásica, aquella que cuenta cómo el cisne entona una bellísima canción antes de morir, describe cómo «quien padece melancolía lamenta lo que ha quedado atrás , no le encuentra sentido a la existencia, se siente atenazado por un miedo irracional e indefinible y experimenta sentimientos de impotencia e inseguridad.» Recuerdos que se confunden entre lo real y lo imaginado. Un libro cuyo interés supera lo histórico. Por Fernando R. Lafuente
6
Fusi y el factor humano
Juan Pablo Fusi: «Ideas y poder. 30 biografías del siglo XX». Turner, 2019. 320 páginas. 22,90 euros
Es posible que una de las consecuencias beneficiosas de la globalización en el campo historiográfico sea que hemos recuperado el rostro y la acción de personas concretas , con nombres y apellidos. Estas protagonizan la historia, para bien y para mal, más allá de las supercherías abstractas que disfrazan tantos totalitarismos, de antes y de ahora. En una referencia exquisita, recogida en este libro maravilloso, creativo, bien escrito, indica la filósofa Hannah Arendt: «Nunca en mi vida he ‘amado’ a ningún pueblo ni colectivo, ni a la clase obrera ni nada semejante. Solo amo a mis amigos y el único género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas». Con una mesura propia del gran historiador que es, Juan Pablo Fusi (San Sebastián, 1945) ofrece en «Ideas y poder» una muestra de la contradicción humana, la grandeza y la tragedia, mucho más de la primera que de la segunda, porque si no hubiera ocurrido así, sencillamente no estaríamos aquí para contarlo -y leerlo-.
La evocación a Ortega y Gasset es permanente («el hombre es un ser biográfico, que no tiene naturaleza, sino que solo tiene historia») y la suya es una de las biografías incluidas que vertebran el pasado siglo y sobreviven a determinaciones y fanatismos. Hay otras, hasta treinta, entre ellas las de Freud, Pankhurst, Zapata, Azaña, Trotski, Einstein, Keynes, Hitler, Churchill, Gandhi , Mao Zedong, Jean Monnet, Ben-Gurión, Sartre, Simone de Beauvoir, Martin Luther King, Mandela e Isaiah Berlin . Algunas son dobles (Hitler y Mussolini, Sartre y Camus) y hasta triples (Lenin, Trotski y Stalin). Cada una refleja personalidad, capacidad de liderazgo, ideas personales y el contexto en que se desarrollaron. En el breve prólogo, Fusi apunta la importancia de las biografías -semblanzas o siluetas, señaló Ortega- y la dificultad de conocer la vida de alguien o su cualidad moral. El volumen incluye una bibliografía final muy necesaria , porque el lector que recorre estas páginas termina como corresponde al género, queriendo saber más, ansioso por conocer correspondencias y accidentes de ese misterio que es la condición humana. P or Manuel Lucena Giraldo
7
Cotilleos y miserias en el seno de los Bonaparte
M. de Rémusat: «Las guerras privadas del clan Bonaparte». Arpa, 2019. 320 páginas. 19,90 euros
Al comparar las luchas de poder en el seno de los Bonaparte con cualquier sangrienta y lujuriosa temporada de «Juego de Tronos» parecería la ficción un producto insulso y casi infantil. Mentir, traicionar y aplastar fue como respirar para la estirpe del Emperador Napoleón. Porque no es cierto que «el alma del mundo a caballo» quisiera, como de hecho consiguió, resquebrajar el Antiguo Régimen, sino simplemente colocar a los de su sangre en los tronos ocupados hasta entonces por reyes y emperadores que se creían designados por Dios. Aparte de Francia, hubo un Bonaparte a la cabeza de Holanda, Nápoles, la Toscana, Westfalia y, por supuesto, en España. Llegar a estas cimas no se logró repartiendo flores y abrazos precisamente.
En aquellas luchas del clan para repartirse estas coronas y despellejarse entre sí hubo una mujer de gran talento literario que se coló entre bambalinas y escribió unas memorias casi periodísticas sobre las intimidades del ascenso y caída del corso. La editorial Arpa ha tenido la feliz idea en 2019 de traducir y editar, con introducción y notas de Xavier Roca-Ferrer, las memorias inacabadas de Madame de Rémusat. Como dama de compañía de la Emperatriz Josefina, esta aristócrata se convirtió por su inteligencia e intuición en la conversadora predilecta de Napoleón y hasta en la confidente de Madame Bonaparte. «No tardó en hacerme partícipe de sus secretos, que guardé con total discreción», escribe.
«Las guerras privadas del clan Bonaparte» es una selección de los mejores pasajes de los textos de Rémusat, que con ironía, humor y gran conocimiento de la política realiza un retrato completo de los protagonistas que se batieron entre 1802 y 1808 por repartirse Europa. Las guerras internas, los miedos de Josefina a que su marido se divorciara -como al final ocurrió- y las extravagancias del patriarca, colérico y obsesionado con la limpieza, se despliegan en unas memorias repletas de detalles picantes. Nada hay más navideño que un buen navajazo en la cena familiar. Por César Cervera
8
El André Breton más desconocido
André Breton: «El arte mágico». Trad.: Mauro Armiño. Atalanta, 2019. 439 páginas. 45 euros
Este libro fue publicado en una edición limitada a fines de los años cincuenta y nunca había vuelto a ser reeditado. El que tenemos ahora en nuestras manos es tanto una creación de su autor como de la editorial Atalanta, que se ha esmerado en dotar al libro de una alucinante galería de imágenes de obras de arte de todas las épocas y de todos los tiempos, algunas bien conocidas, la mayoría extraordinarias rarezas, que no solo acompañan al texto sino que se convierten en una línea paralela de argumentación, como uno de esos «obbligato» que en las arias barrocas suenan por debajo de la voz principal y a menudo son más bellos que esta. El texto de André Breton es una ambiciosa historia del arte universal que es también una investigación en busca del «arte mágico».
Pero ¿qué diantres es el arte mágico? Para algunos, la magia es la creencia de que las palabras pueden afectar a la realidad , la suposición salvaje, irradiante, de que las palabras en sí mismas tienen algo de las cosas que nombran. Lo mismo podría aplicarse a las imágenes: una imagen es mágica porque afecta, porque cambia lo que toca (y lo que no toca). El arte mágico es una más de las muchas investigaciones a las que se dedicó Breton a lo largo de su vida: en la poesía automática, en la narración automática, en la investigación onírica, en la libre sexualidad, en el papel del azar, en la capacidad premonitoria, etcétera. Esta, que proviene de la última etapa de su carrera, se ha transformado en un libro tan bello que desde que lo leí no abandona el atril de mi mesa. Por Andrés Ibáñez
9
La francotiradora más letal de Stalin
Lyudmila Pavlichenko: «La francotiradora de Stalin». Trad.: H. Piquer. Crítica, 2019. 384 páginas. 21,90 euros
Poco después de que comenzara la Operación Barbarroja (el asalto de Adolf Hitler a la fortaleza helada de Iósif Stalin en 1941), l a URSS llamó a las mujeres soviéticas a filas para que ayudaran en labores de retaguardia. Apenas un año después, la escasez de tropas hizo que este país diera un salto de gigante para la época y permitiera a las mujeres asumir tareas, hasta entonces, masculinas. Así fue como medio millón de rusas se dispusieron a combatir en primera línea, a enclaustrarse en las tripas de los carros de combate T-34 o a servir como pilotos de bombarderos nocturnos.
De entre todas ellas, sin embargo, hubo una que se hizo famosa tanto en Europa como en Estados Unidos por haber segado la vida de 309 soldados germanos durante la Segunda Guerra Mundial: la francotiradora Lyudmila Pavlichenko. Stalin y el Stavka convirtieron a Pavlichenko en una auténtica heroína . Un ejemplo a seguir equiparable al más conocido Vasili Záitsev. Su historia es casi insólita. De la mano de la URSS, esta joven viajó, en 1942, a Estados Unidos y Canadá en misiones propagandísticas. Allí participó en un sinfín de encuentros con periodistas y entabló una sincera amistad con la primera dama, Eleanor Roosevelt. Fue una estrella que luchó horas y horas contra el frío y el hambre de Stalingrado para aniquilar a sus enemigos.
Hasta ahora, las vicisitudes de esta ucraniana habían desembarcado en nuestro país de la mano de fuentes secundarias y viciadas. Por ello, la publicación de las memorias de la que sería conocida como la mujer más letal de la URSS, ha supuesto un verdadero hito. Con una traducción impecable (algo no tan habitual), la obra permite conocer de primera mano las miserias y las bondades del frente del Este. En sus páginas, Pavlinchenko narra desde cómo exprimió las tres cualidades que debía tener todo francotirador («astucia, inteligencia y paciencia»), hasta sus bolos en las Américas después de ser herida y retirada del frente. A su vez, el libro permite entender el cambio que supuso en el ejército soviético contar con miles de mujeres a su servicio. Por Manuel P. Villatoro
10
El tesoro de nuestras lenguas
José María Pozuelo Yvancos (coord.): «Pensamiento y crítica literaria en el siglo XX». Cátedra, 2019. 370 páginas. 20,99 euros
¿Qué otro país del mundo, al menos de nuestro entorno, puede aportar cuatro lenguas y cuatro literaturas tan poderosas como las nuestras? Ver reunida su historia en este tomo, todas juntas, solo nos puede producir orgullo y una gran satisfacción. ¿Podría hacerse algo semejante en Italia con el friulano o el sardo; podría hacerse algo semejante en Francia con el corso, el occitano, el bretón o el catalán y euskera mismo; podría hacerse algo semejante en la Gran Bretaña con el gaélico o el galés; podría hacerse algo semejante en Alemania con el alsaciano, el cimbrio o el frisón; y, en definitiva, podría hacerse en Portugal algo semejante con el mirandés? En muchos de estos países ni siquiera se les considera lenguas sino dialectos.
Este libro viene a demostrarnos, muy a las claras, que a pesar de las muchas dificultades que nos trajo nuestra convulsa historia a lo largo de los siglos, hoy podemos estar satisfechos y presumir ante el orbe de que este patrimonio es ingente y lo hemos salvaguardado e incrementado entre todos. Este libro nos viene a demostrar con hechos y acontecimientos que la democracia, durante estos cuarenta y pico años, benefició, apoyó, respaldó y normalizó a las otras tres lenguas del estado y a sus respectivas literaturas.
Y lo hizo, en primer lugar, nombrándolas cooficiales junto a la lengua común que hablamos casi unos setecientos millones de personas en todo el mundo: el castellano o español. Luego este reconocimiento ha venido a través de las ediciones de libros, las traducciones, los premios literarios… Por ejemplo, este mismo año, la concesión del Premio Cervantes a un poeta catalán que el noventa por ciento de su obra ha sido escrita en esta lengua; o el Premio de las letras a un escritor vasco que en esta lengua ha escrito prácticamente la totalidad de su poesía y novela. Y este trabajo y este libro que debería estar en todas las casas de los españoles, se debe a Mariángeles Rodríguez Alonso, Pere Ballart, Jordi Julià, Mari Jose Olaziregi, Lourdes Otaegui, María do Cebreiro Rábade, todos ellos coordinados por Pozuelo Yvancos que también redacta parte del apartado en español. Por César Antonio Molina
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La educación secuestrada
Inger Enkvist: «Controversias educativas». Trad.: Olga Rodríguez Sanmartín. Encuentro, 2019. 184 páginas. 17,50 euros
Hay quien ha dicho que estamos ante una emergencia educativa. El deterioro de la calidad de la escuela es uno de los síntomas del fracaso de un modelo que no funciona, entre otras razones, por una alianza de intereses entre los pedagogos cargados aparentemente de asépticas buenas intenciones y los políticos sin demasiados escrúpulos. Un ejemplo, la influencia de determinadas concepciones de las ciencias de la educación que han introducido aspectos sociológicos e ideológicos en una pedagogía que ha abandonado los contenidos. Da la impresión de que estamos atrapados en un bucle y no queremos ver las causas. Por eso tienen tanto éxito, en determinados sectores críticos de la educación, los libros de la catedrática de filología hispánica y pedagoga sueca Inger Enkvist (1947).
Como ocurre en este extenso diálogo con la periodista Olga Sanmartín, la entrevistada tiene la gentileza de llamar a las cosas por su nombre y no llevarse, ni llevarnos, a engaño. Ocurre cuando afirma que «la educación ha sido secuestrada por los políticos, que la usan en favor de los intereses de sus partidos». O a la hora de criticar en profundidad los presupuestos de la nueva pedagogía, que algunos denominan «escuela comprensiva», «una ideología presentada como si fuera una teoría o un hecho científico. Si hubiera sido algo probado científicamente, hubiera dado buenos resultados, y no ha sido así».
Enkvist reivindica el esfuerzo, la disciplina, la exigencia y la autoridad del profesor , criterios que parecen han sido desterrados de las aulas por obra y gracia del buenismo pedagógico. No se trata de disparar con sal gruesa, sino de invitar al lector a hacer un ejercicio de reflexión sobre el «infantilismo» que domina. Y, hablando claro, no hay que perderse las páginas que dedica a la LOGSE, a la instrumentación de la educación por los nacionalistas, a la nueva Ley Celáa, a la situación de la escuela estatal en Europa en comparación con algunos países de Asia, a la religión en la escuela, al sistema de la concertada, a la educación diferenciada. Un libro, diagnóstico de la enseñanza, que no debe pasar inadvertido. Por José F. Serrano Oceja