Arte
Maribel Domènech: la expresión poética del activismo
La artista valenciana hace balance de su trayectoria en el Centre del Carme de Valencia, en una muestra marcada por el feminismo y el paso del tiempo
Empoderamiento, resistencia y rebeldía . Palabras «frágiles» dibujadas a mano y envueltas en luces que nos reciben y nos ponen en situación de lo que está por venir: «una actitud ante el arte y ante la vida».
El Covid-19 obligó a Maribel Domènech (Valencia, 1951) a inaugurar sus Acciones cotidianas de forma virtual. Pero la retrospectiva a una trayectoria de 35 años vuelve a estar abierta al público en el Centre del Carme de la capital del Turia para hacer balance del arte comprometido y feminista de la artista a través de esculturas, instalaciones, fotografías, vídeos y proyectos colaborativos.
Una obra plagada de referencias marineras a El Cabanyal y muy influenciada por la lucha intensa para que este no desapareciera. Doménech lideró durante muchos años el movimiento contra los planes del Gobierno de Rita Barberá para destruir el barrio marítimo. «La incertidumbre de no saber si vas a conseguir los objetivos que te has marcado te hace seguir hacia adelante. Forma parte de tu vida cotidiana y cuando llegas al taller sigues en esa batalla y se traslada a la obra », explica Domènech a ABC.
La artista continúa siendo activista con su trabajo a través de la expresión poética y siempre desde el sentimiento colectivo que surge de vivencias y experiencias de la vida cotidiana . «Algunas veces de forma consciente. Otras no», cuenta.
Tejer la vida
A lo largo de doce estancias – una más inédita si se hace el tour a través de la web – se pueden reconocer las distintas problemáticas que atraviesan la obra de Maribel Domènech: el movimiento feminista , la lucha contra la violencia de género, el cambio climático o el paso del tiempo.
Preside la sala central el proyecto «Trilogía de la vida», tres vestidos que simbolizan el pasado –tejido con cable blanco lleva detrás un camino de luz que simboliza todo lo que arrastramos–, el presente –tejido en cable negro, habla del distanciamiento para encontrarnos a nosotros mismos– y el futuro, que está «dibujado y pensado».
«Me quedé atrapada en toda la riqueza narrativa y las posibilidades que tiene el tejer, también por el sentido femenino que tenía, al tratarse de un proceso poco reconocido socialmente», comenta la artista valenciana.
«Son vestidos, pero no son moda» , comenta su autora sobre las dos creaciones de gran formato que pueden llegar a pesar 200 kilos y que están tricotadas con elementos que podemos encontrar en nuestras casas. «Son el peso de la responsabilidad que nos va otorgando el tiempo. No se puede caminar con ninguno pero a la vez nos protegen de nuestra vulnerabilidad».
La muestra incluye, además, varias instalaciones inéditas realizadas expecíficamente para la misma como «Seguimos de luto y con rabia», en la que se reflejan los feminicidios con guirnaldas de luz como las que se utilizan para celebrar la Navidad y que aquí denuncian lo que ocurre en algunos hogares bajo una apariencia de felicidad.
«Somos el resultado de todo lo que hemos vivido», resume la protagonista de esta exposición, que ha dejado plasmado su propio trazado vital hasta el 11 de octubre en el Centre del Carme de Valencia.