ARTE

Marcelo Mendonça: «Hay mucho que criticar, mucho que reivindicar»

La continua evolución de su proyecto «Reversos Paralelos» lleva a Marcelo Mendonça a dos nuevas galerías

Marcelo Mendonça en su estudio Roberta Sebastiani

Roberta Sebastiani

Se titula «Reverso Paralelo» el proyecto en el que trabaja en estos momentos el artista braslieño Marcelo Mendonça (1972). La intención de su nueva serie es el estudio del universo humano, de la intimidad. Como dice el nombre, es el reverso de su conjunto anterior, «A Flor da Pele», y se enfoca en lo que afecta al individuo desde su exterior. Con el uso de diapositivas y transparencias o radiografías que se superponen, Mendonça pretende contar la historia de sus musas y, en muchas ocasiones, las de sí mismo, ya que el artista cuenta su historia a través de autorretratos.

¿Cuál era la idea de partida para «Reversos Paralelos»?

Yo quería hablar de intimidades, de gente que yo conocía, de gente de la que yo veía sus valores y a veces ellos no los percibían; porque a veces también, yo tengo una imagen de mí, pero un amigo tiene otra, y yo quería reproducir esta visión de mí pero hacia esas personas.

¿Sigue trabajando en en proyecto?

Sí, con este conjunto ya llevo casi cuatro años. La verdad es que por cómo ha ido evolucionando todo, me voy enamorando cada vez más de él y sigo con él. En un principio la idea era trabajar con personas muy cercanas a mí. Pero mi trabajo se ha dado a conocer gracias a las redes sociales y por ello llegaron a buscarme personas. Fui exponiendo, participando en festivales. Debido a la demanda que recibí, pasé a hacer obras por encargo y, a partir de esto, el proyecto se transformó porque tengo previamente que conocer a los modelos. Es como en una entrevista: me gusta saber cuáles son sus deseos, los sitios dónde han vivido y los que fueron importantes para ellas.

¿Evolucionará más en 2020?

Sí, para 2020, mi idea es cambiar porque ahora tengo la necesidad de salir de los formatos cuadrados. Quiero hacer instalaciones solo con las diapositivas, que tienen niveles diferentes, así que será algo que funcionará más como un móvil.

¿Alguna otra novedad para este nuevo año?

Tengo un montón de novedades. Me mudo a un nuevo estudio que se llama Corner Gallery and Studio y que pertenece a Carlos Cartaxo. Su parte interior es estudio y la que da a la fachada es galería. El jueves 27 de febrero, allí, junto con otros artistas de este espacio, expondré mis obras, que serán comisariadas por el mismo Cartaxo e Ignacio Tomás Gil. Además de eso, acabo de fichar por una nueva galería que abre en enero. Es la galería de Cristina García Moreno, se llama Visión Ultravioleta .

Ahora que viene ARCO, ¿hay algo que le interese ver allí?

Justo la semana de ARCO participaré en la feria Hybrid. Pero en esos días aprovecho un poco todo el ambiente que hay en Madrid. El año pasado no estuve en Ifema y vendí ocho obras, porque gente que ya me conoce gracias a las redes y que habían venido a la ciudad querían visitar mi estudio. También hice una exposición en Lisboa a raíz de ARCO, porque un galerista de allí vino y me invitó a exponer en Portugal. Es una ocasión dentro del mundo del arte muy importante, especialmente para los artistas.

La obra «My Broken Heart»

Se ha declarado adicto a las redes sociales. ¿Afecta esto su trabajo?

Instagram, por ejemplo, yo digo que es mi mejor medio de comunicación y mi mejor ámbito de ventas. Siempre que lanzo algo nuevo lo anuncio allí. Yo hice unas esculturas –con cubos, llamada «My broken heart»– y vendí la edición entera en dos días después de publicarlo en la red social.

Ya que está al día del panorama del arte en Brasil, ¿cómo cree que se ha visto afectado con la llegada de Bolsanaro?

Noto muchísimas cosas interesantes. El hecho de vivir un momento tan complicado les hace ser muy creativos. Esto para mí es la condición natural de los artistas. Como hay mucho que criticar, mucho que reivindicar y que decir, les veo con muchas herramientas, con admiración, y cuando viajo allí, para mí es también una inmersión en ese universo que es mío, pero del que estoy alejado todo el año y que me contagia. Veo que hay muchas ganas, una lucha, también hay enfado. Se ve reflejado que es momento de pelear por las diferencias, por las minorías. Ecuentro muchísima belleza en todo eso.

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