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Maite Pagaza da voz a las víctimas

Maite Pagaza recopila sus artículos contra ETA. Escritos entre 2006 y 2014, no han perdido vigencia

Maite Pagaza, autora de «Luvia de fango»

ROGELIO ALONSO

«Las verdades incómodas tienen que recorrer un difícil camino». La cita de Primo Levi reproducida por Maite Pagazaurtundúa vuelve al recuerdo del lector a lo largo de este volumen. La autora, presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo entre 2005 y 2012, europarlamentaria por UPyD desde 2014, ha recopilado sus artículos publicados en varios medios entre 2006 y 2014. Conforma un diario personal que comienza en 2003 con el asesinato de su hermano Joxeba por parte de la banda terrorista ETA . El paso del tiempo mantiene vigentes estas breves reflexiones.

Pagaza desenmascara la hipocresía complaciente que evita los importantes interrogantes a los que nuestra sociedad todavía debe responder. Interrogantes que no pocos omiten reproduciendo como autómatas que la democracia ha derrotado a ese terrorismo al que despojan del imprescindible calificativo de nacionalista para subestimar sus motivaciones e implicaciones.

La autora rehúye ese lenguaje cómodo e inapropiado para analizar con rigor la realidad de un país golpeado tan brutalmente por el terrorismo. Su opción es acertada y necesaria desde una perspectiva ética, humana y política . Lo es porque, como estos artículos recuerdan, todavía está pendiente la regeneración del tejido moral y social de una sociedad que tantas veces ha sido indiferente al padecimiento de las víctimas, insolidaria e incluso connivente con el terror.

Dolor de tripas

Frente a la banalización del sufrimiento en la que algunos políticos y periodistas incurren, Maite Pagazaurtundúa ofrece una dimensión más real de la injusticia y, en consecuencia, de la magnitud que la victoria debería alcanzar para ser digna de tal nombre. «Llevo más de seis años con escolta policial. Tengo una hija de seis años. Otra hija de nueve», escribe, recordando que los informativos a veces también le provocan «dolor de tripas» a una de ellas. Esa pequeña a la que no le ha pasado inadvertido que su abuela «siempre está triste» desde el asesinato de su hijo Joxeba.

Estos textos radiografían una sociedad en la que, como expresa su autora, muchos han callado para salvar la vida y para no ser marginados y en la que los asesinos exhiben orgullosos su pasado de sangre: «Normalizándose, normalizando que los muertos están bien asesinados». Añade Pagazaurtundúa en consideraciones pasadas todavía pertinentes hoy: «Incluso algunos de los representantes políticos que fueron perseguidos se han puesto tan de perfil como han podido».

¿Días sin muertos?

El 3 de enero de 2007 Pagazaurtundúa escribe: «Se habla con frivolidad de los días sin muertos. No son días sin muertos, son días sin atentados, porque los asesinatos son irreversibles , y cada día desde el asesinato de un ser humano es para sus seres queridos un día más con muerto, porque el duelo del terrorismo no se cierra mientras no se realiza justicia».

«Lluvia de fango» interpela a los conniventes y a los indiferentes . Pero también a quienes trivializan las consecuencias del terrorismo con esa maniquea y engañosa derrota de ETA que ha eximido a los terroristas de encarar sus responsabilidades ante la sociedad. Una injusticia que ocultan bajo el fango.

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