EXPOSICIÓN
Maestros españoles del corta y pega
Una exposición sobre el collage muestra lo onírica, sorprendente y creativa que puede ser esta técnica
Nuestra cultura está obsesionada con lo nuevo. Una obsesión motivada por intereses económicos. Lo nuevo es esencial para el sistema en el que estamos inmersos, y suceden cosas que resultan refrescantes, representando una apertura a la imaginación por el extraordinario depósito de imágenes, tanto históricas como actuales, al que tenemos acceso. Esto implica que artistas y/o diseñadores gráficos puedan buscar cualquier cosa y colocarla sobre un determinado soporte de expresión para expresar una idea, un producto, o una visión e interpretación sobre una realidad. Pueden coger imágenes de cualquier tipo o momento histórico y ensamblarlas, estirarlas, voltearlas, colorearlas y hacerlas suyas; hablamos del collage: técnica pictórica consistente en pegar sobre lienzo o tabla materiales diversos.
El collage puede ser un punto de arranque realizado por otro -esto no quiere decir que no sea una técnica imaginativa-, al contrario, es un modo de expresión que descontextualiza imágenes creando un nuevo contexto en torno a la imagen que genera un resultado totalmente diferente. Una explosión creativa en toda regla de una herramienta de expresión más –como es el dibujo, la pintura, la fotografía o el vídeo–, desde que a principios del siglo XX Georges Braque y Pablo Picasso realizaran los que se consideran los primeros papier collé (papel encolado) en algunas de sus características naturalezas muertas. Una paternidad compartida en la que los críticos no se ponen de acuerdo sobre quién fue el primero.
Al fin y al cabo, momentos después en que Max Ernst y Kurt Schwitters explorasen todas sus posibilidades -como soporte y medio de expresión- el collage ha llegado a ser una herramienta fundamental y fuente de inspiración para los artistas y movimientos artísticos posteriores como el Pop Art .
La mayor parte de los trabajos que vemos hoy en nuestro entorno ya sea en publicidad, en el diseño, la fotografía e incluso el cine, suelen ser ensamblajes de materiales previamente existentes. «Sin duda, el collage es uno de los principales ingredientes de la cultura visual del siglo XXI . Y tal vez, el que mejor refleja el mundo en que vivimos, ese bombardeo de imágenes –e información– constante que nos llega por diferentes canales las 24 horas del día», afirma Jesús Cano, comisario de la muestra El tiempo del collage. Una veintena de maestros del corta y pega ( Galería Cano Estudio , Madrid).
Artistas y Diseñadores
La muestra reúne a una veintena de creadores españoles contemporáneos, artistas y diseñadores gráficos que utilizan a menudo esta técnica en sus trabajos y que armados de tijeras y pegamento (o photoshop ) crean, a partir de elementos ajenos una nueva obra mediante el collage. Obras que se convierten a veces en oníricas, otras sugerentes, otras reivindicativas y, por qué no, también divertidas. Imágenes a partir de imágenes, objetos a partir de objetos -algunos vestidos con dibujos- crean una suerte de poesía visual a través de metáforas construidas y plasmadas en un soporte físico. ¿Hay algo de subversivo en el acto de apropiarse de imágenes para crear otras? «Son voces distintas pero en todos los trabajos continuamos encontrando estrechos vínculos con las estéticas dadaísta y surrealista», explica Cano.
Artistas y diseñadores que no se casan con un estilo concreto y que son capaces de diseñar una tienda, un juguete, un libro, una revista, un logotipo, etc. Desmitificando de esta forma la tarea rígida de diseñador o artista que se centran permanentemente en una función concreta.
El diseñador estadounidense Milton Glaser afirmó que «dibujar puede considerarse una forma de meditación (…) Creo que el arte es una forma de meditación tanto para quien lo crea como para quien lo contempla y que, como sucede con la meditación, el arte nos hace prestar más atención. Si concedemos que el propósito del arte y de la meditación es producir atención y sosegar la mente para que pueda descartar ideas preexistentes con el fin de poder ver lo que es real, entonces podemos afirmar que todas las artes comparten eso. Nos ayudan a sobrevivir estimulando nuestra atención». Quizá pueda decirse que uno de los objetivos del collage es la de estimular al interlocutor a través de imágenes sacadas de su contexto. Modificar e intensificar la percepción de la realidad.
La producción de nuevas imágenes a través del collage convierte a esta actividad artística en una lengua vernácula del artista . La producción asume que al público al que va dirigido posee un desconocimiento a priori del vocabulario empleado pero el corazón esencial de esta práctica artística constituye la posibilidad de una expresión particular que brinda la forma, de modo que aumenta las posibilidades de inventar nuevos modos de percepción tanto para el artista y/o diseñador como para el público.
Sin la intención de ser una exposición enciclopédica del collage actual, El tiempo del collage. Una veintena de maestros del corta y pega celebra el auge actual de esta disciplina mostrando el trabajo de destacados creadores de nuestro país que hoy hacen avanzar esta técnica con nuevas interpretaciones y usos, jugando entre la línea que separa el drama y el humor, entre la poesía y la protesta.
La selección de los artistas mezcla creadores de diferentes ámbitos –el arte, la ilustración o el diseño– que han encontrado en el collage una forma de expresión. Desde Sara Huete, Dis Berlín, Manuel Antonio Domínguez, Ernesto Artillo y Artefacto , un ejemplo de artistas multidisciplinares que han jugado constantemente con el «corta y pega» en su obra artística.
También están presentes en la muestra maestros del diseño y la ilustración – Emilio Gil, Pep Carrió, Sean Mackaoui e Isidro Ferrer – que en sus trabajos, tanto profesionales como personales, han apostado por el collage como técnica de expresión. Una técnica que ha calado en una nueva generación de artistas que han encontrado en este soporte su modo de expresión, como son Clara Mata, Cless, Dani Sanchis, Max-o-Matic, Mira Ruido, Patricia Bolinches, Rafafans, Raúl Lázaro, Rubén B y Sr. García. Un colectivo que reivindica una técnica genuinamente del XXI porque la apropiación, el «corta y pega» y remezclar es la esencia de esta época.
Transformación de la realidad
Estas obras apelan a nosotros, desde una forma que altera nuestra percepción de la realidad con la que estamos en permanentes contacto. Es posible pasear cerca de un estanque cubierto por nenúfares y decir «esto parece un Monet», lo que implica hasta que punto Monet ha alterado nuestra percepción visual de la realidad de dicho estanque. El pintor y artista alemán Luis Camnitzer afirmaba en una reciente entrevista a ABC Cultural que «no importa la autoría de quién pintó un cuadro y de cuánto costó en el mercado, importa qué efecto transformador tiene en la gente y, a su vez, qué efecto transformador tiene en cadena para llegar a otra gente». Eso es lo que provoca el collage, transformación.
Trabajos que surgen desde la observación de fenómenos que existen con independencia unos de otros. Lo que el artista intuye es una conexión entre imágenes, sea singular o plural ; percibe una vía para unir entidades separadas y crear una experiencia perceptiva en la que esta nueva unidad proporciona una nueva imagen. Lo que importa es la esencia de esa nueva percepción, de esa nueva conexión existente entre fenómenos de los cuales el acto crítico sobre ellos consiste en comprender por parte del receptor, las conexiones y asociarlas a algo que nunca había estado vinculado, de modo que formen una especie de unidad. De eso va el collage. Hago mías las palabras que expresó Luis Alberto de Cuenca en que es «algo muy de agradecer en estos torvos y tediosos tiempos que corren, devastados por una hiperespecialización antihumanística y desprovista de sentido» y así volver a técnicas artísticas que expresan y transforman.