ARTE
Madrid, «subsede» de la Bienal de Sao Paulo
La temporada muestra una de sus grandes bazas con la apertura de una nueva edición de la Bienal de Sao Paulo. Uno de sus comisarios, el español Antonio Ballester Moreno, usa dos galerías madrileñas como caja de resonancia de la cita
Una de las propuestas más atractivas con las que arranca la nueva temporada es la exposición que presentan en Madrid las galerías Leandro Navarro y MaisterraValbuena , inaugurando conjuntamente una única muestra, con obras de Benjamín Palencia y de Antonio Ballester Moreno . Una iniciativa novedosa que sucede dentro del poco solidario y colaborativo mundo de nuestras galerías de arte. Al tratarse de dos espacios centrados en momentos diferentes del arte, las vanguardias y el arte moderno (en el caso de Leandro Navarro), y la creación más actual (en MaisterraValbuena), este proyecto común supone también el establecimiento de un atractivo diálogo entre el arte del pasado (Benjamín Palencia) y el del presente, representado por Antonio Ballester Moreno. Esperemos que esta interesante propuesta sea un punto de partida y no simplemente una acción aislada y sin continuidad.
El curioso título de la exposición, El tomillo y la hierba en el techo de mi habitación , se debe al propio Benjamín Palencia y hace referencia a su personal manera de mirar a la Naturaleza, percibiendo sus diversos objetos y elementos al revés, literalmente mirando cabeza abajo. «Metíamos la cabeza entre las piernas y veíamos cómo se transformaba toda la visión del paisaje; la postura modificaba la mirada y así descubríamos por este procedimiento la rutina de los ojos».
Con estas palabras él mismo explicaba esa estrategia empleada junto a otros miembros de la Escuela de Vallecas , principalmente el escultor Alberto Sánchez , y que les servía para contemplar la realidad natural de los campos próximos a lo que entonces -en los años treinta- era el pueblo de Vallecas y sus alrededores, con ojos nuevos y vírgenes de percepciones culturalmente aprendidas.
Patas arriba
Este aspecto juega asimismo un papel clave en el montaje expositivo, ya que la casi totalidad de los cuadros y dibujos de Benjamín Palencia y de Ballester Moreno están colocados del revés , para potenciar ese efecto. Son obras que, en general, consiguen lograr una armonía en sus temas y en sus intenciones. Las formas orgánicas de Palencia, sus trazos nerviosos y surreales , conversan con las siluetas delimitadas y geométricas -hojas, tallos, rocas, lluvia, nubes-, y los colores planos de Ballester. El interés por las vanguardias y la tradición, la fusión entre lo culto y lo popular, y la poesía de las pequeñas cosas son también otros intereses que unen a ambos artistas.
Otro hecho significativo es que, con esta muestra, podrá verse un número destacado de piezas de Benjamín Palencia, pertenecientes a su legado, que no habían sido expuestas previamente en Madrid, lo que da cuenta de su importancia y de la oportunidad de disfrutar, en diálogo, a una de las figuras más destacadas de nuestra vanguardia pictórica , y a uno de nuestros pintores actuales más personales.
La casi totalidad de los cuadros y dibujos están colocados del revés, fieles a su filosofía
Directamente relacionada con esta muestra, aunque a varios miles de kilómetros, se presenta en la 33 Bienal de Sao Paulo otro proyecto expositivo de Antonio Ballester, en este caso como comisario y artista. El madrileño ha sido invitado a participar por el comisario general, el también español Gabriel Pérez-Barreiro, dentro de un doble ámbito. Su proyecto, sentido / comum , trata de fusionar dos formas de acercarse al hecho artístico, una más teórica y científica, vinculada a nuestra sociedad occidental, y otra, más próxima a una actitud experiencial de la vida en todas sus variantes, con especial atención a las cosas cotidianas, y también con la mirada puesta en la Naturaleza. De esta manera, busca integrar conceptos como Naturaleza y Cultura, lo estético y lo práctico , el ámbito de los artistas y el de la gente «común», lo objetivo y lo subjetivo, la esfera de las ideas y la de las sensaciones, y, en definitiva, el limes -siempre difuso- que separa nuestra percepción del mundo de la propia realidad de éste.
Un cóctel potente
Para lograrlo ha urdido un peculiar cóctel artístico combinando ingredientes muy heterogéneos. La socióloga Ximena Dávila y el biólogo Humberto Maturana colaboran con un texto El origen de la Vida o el origen del Vivir , que se publicará con algunos collages del propio Antonio Ballester Moreno, vinculado a la llamada biología cultural. Por su parte, del pedagogo alemán del siglo XIX Friedrich Fröbel se expondrán unas figuras geométricas tridimensionales, llamadas dones , que ideó como material educativo para establecer nuevos paradigmas de la educación artística. El artista americano Mark Dion presenta Field Station: Ibirapuera Park , proyecto basado en la creación de un estudio-laboratorio-taller que estudiará y reinterpretará materiales naturales y culturales recogidos en el parque de Ibirapuera , próximo a la sede de la Bienal, intentando establecer conexiones entre el arte, la ciencia y la Naturaleza.
Con la doble muestra podrá verse un número destacado de piezas inéditas del legado de Palencia
También estarán representados en la selección del madrileño Benjamín Palencia y Alberto Sánchez, principales miembros de la Escuela de Vallecas, que -como acabamos de ver-, en la década de los veinte a los treinta del pasado siglo, intentó aportar una nueva mirada al paisaje, a la Naturaleza y a la cultura popular de España, sintetizando modernidad con tradición. El interés por lo cotidiano, lo más próximo a nosotros, está reflejado en la figura de José Moreno Cascales , abuelo de Ballester, un escultor aficionado. Por su parte, la alemana Andrea Büttner presenta obras que encajan dentro de ese interés ya señalado por establecer vínculos entre las experiencias estéticas y éticas.
La participación de una agencia imaginaria, Atenta, que apuesta por planteamientos estéticos desprovistos de finalidad práctica -algo inusual en nuestra pragmática sociedad de producción- aporta un plus de originalidad, aunque corre el riesgo de resultar en cierto modo confusa y demasiado idealista. Por fin, Vivan los campos libres , es el proyecto que el propio Ballester Moreno plantea como aportación artística personal. Su título es una frase emblemática de la Escuela de Vallecas , ahora una instalación formada por cuadros de gran formato con imágenes de la Naturaleza, muy características de este autor, y varios miles de setas de barro hechas por niños de colegios de Sao Paulo y trabajadores de la Bienal. Trata de simbolizar un flujo de interrelación entre elementos que se retroalimentan entre sí, y, en definitiva, una alegoría de la vida y de la creación.