MÚSICA
Ludwig vive en Alemania y Viena
Sinfonía de celebraciones con exposiciones, conciertos maratonianos, simposios y hasta cruceros musicales por el Danubio
No existe un acta de nacimiento, solo un certificado de bautismo fechado el 17 de diciembre de 1770, fechado en Bonn, del que fue nieto del célebre Ludwig van Beethoven , maestro de capilla y director de orquesta de la corte. Pero basta ese documento para que Alemania se haya volcado en 2020 como el Año Beethoven , enlazándose con Viena en una sinfonía de celebraciones cuyas notas resulta imposible enumerar una a una. Desde concursos infantiles internacionales sobre el genio alemán hasta maratones de 250 piezas de Beethoven una tras otra, pasando naturalmente por exposiciones que rebuscan entre sus más íntimas reflexiones, alegrías y tristezas, para acercar al europeo de hoy a aquella insigne estrella que nació hace 250 años.
El objetivo del programa es devolver a la vida a uno de los más grandes de nuestra cultura europea y de cuya inspiración podemos hoy seguir bebiendo. Denominado BTHVN2020 , la sucesión de actos culturales incluye en conjunto más de mil actividades: conciertos simultáneos entre Bonn y Viena, exposiciones, simposios, lecturas, proyectos cinematográficos , la celebración del primer centenario del Festival de Salzburgo e incluso un crucero musical que navegará sobre el Danubio. El llamativo logo de aniversario se apoya en los cinco pilares que en vida sostuvieron la figura del compositor: ciudadano de Bonn (B), músico (T*), humanista (H), visionario (V) y amante de la naturaleza (N).
Sin duda uno de los puntos más llamativos de ese programa es el estreno el próximo 28 de abril de un proyecto de inteligencia artificial que ha completado con algoritmos la Décima Sinfonía . La tecnología actual nos ofrece esta sorprendente forma de adentrarnos en el genio creativo de Beethoven, introduciendo como variables el contenido de los más de 400 cuadernillos de anotaciones y un legado epistolar superior a 100 mil cartas, junto a todas las partituras conocidas del alemán, y permitir que los impulsos eléctricos repitan una y otra vez el intento de creación, aprendiendo de sí mismo y con correcciones de los expertos, hasta que ve la luz una música que los críticos aseguran que podría considerarse atribuible a Beethoven. ¿Reconocería Ludwig en esa música la suya propia?
Hay ya una generación de europeos, los milenial alfa, a los que la reconstrucción algorítmica no resulta un engendro anti natura. A ellos les interesa especialmente la infancia de Beethoven , lo que según los parámetros éticos y pedagógicos actuales sería seguramente el caso de un menor maltratado y explotado por su propio padre, que consciente de la extraordinaria capacidad del pequeño reforzó su educación con clases diarias de violín, flauta y piano. Alcoholizado, a menudo llegaba a casa de madrugada y sacaba a Ludwig del jergón para exigirle que interpretase para sus colegas de borrachera, golpeándolo y encerrándolo en el sótano si fallaba una sola nota .
La gran exposición organizada por el Bundeskunsthalle de Bonn permite adentrarse en la psicología y sublimación de aquel niño que derivó en titán, así como asomarse a aquella compleja relación entre el niño prodigio y el padre que al mismo tiempo deseaba y temía verse superado por su vástago. «Incluso para aquellos que piensan en Beyoncé, en lugar de Beethoven, cuando se habla de una 'megaestrella' de la música, se sienten atrapados por su historia y su talento», justifica el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet , orgulloso de este programa de celebraciones que Alemania se toma como una cuestión de Estado y que cuenta con un presupuesto de 42 millones de euros.
Bonn ha puesto en marcha un Circuito Peatonal Beethoven para seguir sus pasos por la ciudad, un recorrido con 16 paradas en lugares relacionados con el músico: desde la casa natal de Bonngasse, pasando por la parroquia de San Remigio , donde tocaba el órgano, la Schlosskirche, la catedral, la taberna Em Höchte, donde Ludwig bailaba enamorado de Barbe Koch , o el Beethovenhalle, la sala de conciertos construida a orillas del Rin en 1959 y que inauguró Paul Hindemith con su espléndida Nobilissima visione . Solamente la sala de baile La Redoute y el palacio de Lippe, en Oberkassel, exigen transporte, por lo que la ciudad ofrece la tarjeta BRWC (Bonn Regio Welcome Card), que da acceso a más de 20 museos y al uso del transporte público.
Las biografías publicadas al amparo del 250º aniversario, como la de la periodista Christine Eichel o la del musicólog Matthias Henke, siguen descubriendo facetas del maestro, como la de pionero que expandió el territorio armónico conocido o la de pionero como empresario musical, con lo que hoy llamaríamos la creación de su propia marca. No hay intérprete que no le dedique este año un trabajo ni director que no haga un alto para estudiarlo de nuevo.
Paavo Järvi , que dirigirá un ciclo completo de todas sus sinfonías con la Deutsche Kammerphilharmonie Bremen , subraya que «es una música viva cuya energía puedes seguir sintiendo con nitidez en la actualidad, hay algo en él que no envejece, algo muy directo, intransigente y honesto».