LIBROS
«Less», un autor fuera de lugar que gana el Pulitzer
Andrew Sean Greer ha ganado el Pulitzer con una novela que retrata la vida de un escritor en promoción (y crisis) continua
«Cuando me inicié en esta carrera, en los años 50, no se esperaba que los escritores promocionasen sus libros o que los firmasen en librerías. Se suponía que lo tuyo era producir los libros , y sólo a eso se limitaban tus responsabilidades. Ahora, el libro es casi el comienzo de tu verdadera ocupación que en realidad pasa por tener que salir ahí fuera y venderlo... Si un artista tuviese tanto acerca de lo que opinar en persona, más le valdría ser un predicador o un político». Más expeditiva y menos lírica, Margaret Atwood diagnosticó: «Para un escritor on the road las vejaciones nunca acaban».
Y fue con todo esto -las taras y fobias del «mundillo literario»- que Andrew Sean Greer (Washington, D.C. 1970) se sentó a escribir lo que en principio planeaba como novela seria y más bien triste y sufrida . Por el camino -por suerte para él y para nosotros- comprendió que la cosa sólo funcionaría como farsa picaresca. Así, «Fast-forward» y «The Washington Post» titularon «Por fin, una novela cómica gana el Premio Pulitzer. Ya era hora».
Lo que no significa que la agridulce y muy ácida «Less» no sea -entre carcajadas- triste y sufrida. Y que no conecte con los anteriores y más dramáticos títulos de Greer (admirados por Updike, John Irving, Michael Chabon y Dave Eggers y del que en nuestro idioma se conocen tan solo la fantasía sentimental-cronológica «Las confesiones de Max Tivoli» y el melodrama social «La historia de un matrimonio»; quedan por traducir la generacional y astronómica «The Paths of Minor Planets», la también «tempo-sobrenatural» «The Impossible Lives of Greta Wells» y los relatos reunidos en «How It Was for Me») donde siempre campea el tema del personaje fuera de lugar, desfasado, preguntándose qué hace y cómo llegó allí.
Guiños juguetones
Pero «Less», sí, también es muy divertida. Y lo es por cortesía y padecimientos de Arthur Less: escritor en horas bajas quien nunca estuvo demasiado alto más allá de un celebrado debut y ahora a punto del medio siglo de edad, sintiéndose «el primer homosexual que ha envejecido» y sabiéndose «novelista gay al que los gays no consideran suficientemente gay». Un decreciente Less (de ahí el guiño juguetón en su apellido) huyendo del dolor de una relación rota: su ex amante se va a casar con otro y él quiere estar lejos de todo eso. Entonces, Less buscando olvidar todo y aceptando todas esas invitaciones (mesas redondas, seminarios muy creativos, presentaciones y rebajándose a entrevistar a escritores muchísimo más reconocidos que él) que lo llevarán en pocos días, como un descendiente indirecto del Phileas Fogg de Verne, a México, Francia, Alemania, Arabia, Marruecos, India, Japón y vuelta a Estados Unidos.
Así, Less acumulando millas y recuerdos, viviendo situaciones tristemente graciosas o graciosamente tristes (lo que no impide el que Less, más allá de sus desorientadora ilustración de portada un tanto «light» y Jordi Labanda, no sea algo muy profundo y sentido) y doblando y desdoblando su adorado y muy costoso y cada vez más maltrecho talismánico traje azul.
A salvo y feliz
Y Less, sintiendo el «jet-lag» existencial/profesional de ser «demasiado viejo para ser novedoso y demasiado joven para ser redescubierto...». Aún así, finalmente, Less aterriza seguro y a salvo y feliz y, sí, por el camino se ha redescubierto a sí mismo sintiéndose por siempre joven. O, al menos, joven por un rato más. Con este material Greer propone algo que conecta con el aire de Anne Tyler , Nick Hornby y Peter Cameron y que, seguro, sería una magnífica película de Jason Reitman, a ser protagonizada por Greg Kinnear, con canciones de Rufus Wainwright en su «soundtrack» y, quién sabe, tal vez ganadora de ese Oscar a Mejor Película que no suelen llevarse las grandes comedias. Mientras tanto y hasta entonces, Greer ya recogió su Pulitzer -por ahí andan las fotos- enfundado en un magnífico traje rojo.