ARTE
Leandro Navarro: un álbum familiar
La galería, situada en pleno Barrio de las Letras de la capital, vive para el coleccionismo y para los «realistas de Madrid»
Íñigo Navarro , director de la galería que lleva el nombre de su padre, supo que le gustaba el arte desde niño. Le encantaba poder dar vueltas por la galería Biosca , donde entonces trabajaba Leandro , cuando iban a recogerle antes de ir a pasar el fin de semana a El Escorial. «Siempre bajaba a ver la exposición que tuvieran, eso me encantaba». A pesar de que tan solo tenía ocho o nueve años, Navarro aún recuerda hasta «cómo estaban los cuadros colocados» en determinadas exposiciones. «Para mí era una fiesta: me podía mover por la galería a mi gusto, sin que nadie me controlara ». A nadie le extrañó que, tras acabar derecho en 1981, comenzara a trabajar con su padre, ya propietario de su propia galería.
Leandro Navarro la fundó en 1978, en Claudio Coello. Cinco años más tarde, tras la rehabilitación del edificio, se trasladó a su actual localización, en la calle Amor de Dios 1, en pleno Barrio de las Letras.
Desde sus orígenes, la galería ha tenido el objetivo de fomentar el coleccionismo . Navarro señala lo «bonito» que resulta ver, al final de la vida de una persona, cómo su colección «refleja su vida», con sus vivencias y sus etapas, casi «biográficas»: «Nosotros creemos en hacer colecciones , no en decorar casas», señala, y su deseo es poder ayudar a «hilar unas obras con otras».
Otra de las notas características de esta galería es su especialización en las vanguardias históricas y en el arte moderno internacional . En sus fondos, dispone de obras de grandes autores, como Salvador Dalí , Juan Gris , Joan Miró o Pablo Picasso .
Realistas de Madrid
Pero, desde siempre, han tenido una «enorme sensibilidad» hacia el realismo español contemporáneo. « Por aquí han expuesto y siguen exponiendo los principales autores de este movimiento » , declara el director de la galería, y enumera, con orgullo, los artistas con los que han colaborado –y siguen colaborando–: Antonio López, Carmen Laffón, Julio López Hernández, Isabel Quintanilla ... Este movimiento despertaba un «especial cariño» en Leandro Navarro.
No siempre ha resultado sencillo. Relata el galerista madrileño que, en ocasiones, esta querencia por lo figurativo les ha traído « momentos díficiles » . Lamenta que desde el mundo institucional, a veces, se haya «dejado de lado» el realismo: «Es duro, porque es un complemento muy importante a la hora de promover a un artista».
Por ello, resultó un gran espaldarazo la exposición «Realistas de Madrid» que dedicó el Museo Thyssen-Bornemisza a este grupo que tanto han defendido desde esta galería. «Fue un momento verdaderamente festivo», recuerda su director.
Las ferias internacionales
Leandro Navarro es una habitual en las ferias internacionales, aunque Íñigo es consciente de que allí no está «todo el panorama del arte». Insiste en que, si quieres formarte, hay que seguir yendo a las galerías, a los museos, a las bienales, y que «no puedes dejarte llevar unicamente por lo más fulgurante del mercado» .
Sobre todo, hoy, donde «todo está en movimiento, no hay nada estático». Por eso, para Navarro, lo importante es la calidad de los artistas , ya que «el tiempo hace una enorme selección y va quedando la excelencia».
Tras el fin de la feria de arte de Miami, se metió de lleno en la preparación de ARCO 2020 . Siempre lleva obras de Benjamín Palencia , de Francisco Bores , alguna obra de Picasso y Miró... Piezas de algún informalista como Millares , Tàpies o Manuel Rivera . Sin embargo, también promete alguna sorpresa, ya que cada año le gusta «darle un toque» distinto.
Recientemente, en Leandro Navarro se expuso una serie de obras del artista Morandi (ahora es Juan Carlos Savater , otro figurativo, el que ocupa sus espacios). El italiano casi representa el espíritu de la galería. «En plena vorágine de las vanguardias, coqueteó con la pintura metafísica italiana», cuenta el director. Sin embargo, pronto desisistió de ese movimiento y se recluyó en su Bolonia natal, junto a sus tres hermanas, y permaneció allí el resto de su vida. «En esa vida silenciosa, donde nada se le imponía», ni las modas, ni los movimientos, Morandi produjo «una obra de una excelencia que hoy sigue completamente actual» .
Para Navarro, su trabajo es importante porque permite enseñar «voces que en un momento dado han hecho otros recorridos» , pero que, a la vez, «pasado el tiempo, tienen una potencia descomunal». Porque «hay artistas que están haciendo una obra que tendrá unas consecuencias importantísimas» y, sin embargo, pasan desapercibidos. Por no estar de moda, o, como Morandi, por retirarse. Y esa es la función de la galería: percibir en los artistas ese «algo especial», y llevárselo al público .