MÚSICA
Kate Tempest: «El año pasado escribí una novela que era una mierda, nunca la publicaré»
Empezó improvisando rimas en los clubes de su barrio en Londres con 14 años y hoy, a sus 33, es considerada una de las poetas y músicas más brillantes de Gran Bretaña
Desde que Kate Tempest (Londres, 1985) empezó a improvisar con 14 años en las actuaciones a micro abierto de los garitos de Brockley , el barrio empobrecido del sureste londinense donde nació, da la sensación de que no ha conocido el fracaso. Ha publicado cinco colecciones de poemas y ganó el reputado Ted Hughes por su innovación en poesía. La primera persona que lo recibía con menos de 40 años. Ella tenía 27. Y hoy está considerada la poeta más relevante en inglés de su generación por la prestigiosa Poetry Society.
Ha escrito tres obras de teatro y actuado con la Royal Shakespeare Company . Con 30 años fue nombrada miembro de la Real Sociedad de Literatura británica, donde están otras estrellas como J. K. Rowling y Margaret Atwood . Después se lanzó con su primera novela, «Cuando la vida te da un martillo» (Sexto Piso, 2016), y fue traducida a varios idiomas tras recibir excelentes críticas. Y también ha publicado tres discos. Los dos primeros, en 2014 y 2017, fueron finalistas del premio Mercury. El tercero, «The Book Of Traps And Lessons» (American Recordings, 2019), está producido por el multipremiado Rick Rubin , que un día llamó directamente a su casa para decirle que quería trabajar con ella. «No me lo creía... ¡pero era cierto!», comenta entre risas, desde algún lugar de la carretera cerca de Oxford.
¿Nunca ha fracasado en algo?
Sí. El año pasado escribí una novela y… ¡era una mierda absoluta! Un completo fracaso. Era tan mala que nunca la publicaré. Tengo que recuperar la energía e intentar escribir otra.
Tempest se ha convertido en una poeta, dramaturga, novelista y rapera inclasificable que mezcla sin pudor influencias como Virginia Woolf, Wu-Tang Clan, James Joyce, Notorious B.I.G., Allen Ginsberg, Samuel Beckett, W. B. Yeats y Lauryn Hill. Y que cuenta con admiradores dispares como Chuck D, de Public Enemy, y Billy Bragg, quien dijo que «sus conciertos son incendiarios. No solo canta o rapea. Te dice las cosas como si su vida dependiera de que entendieras lo que está diciendo». Actuaciones que le han llevado desde los tugurios de Brockley a la Royal Opera House, y del festival de Glastonbury a la antigua tabacalera de St. Ann’s Warehouse bajo el puente de Brooklyn. Esta semana llega a Barcelona (martes, en la Sala Apolo ) y Madrid (miércoles, en la Sala But ).
La poesía no es muy popular. No es pop, digamos.
¡No, no lo es!
¿Y cómo se siente cuando recita su poema «Hold Your Own» sin música en Glastonbury, durante cinco minutos, y decenas de miles de personas gritan emocionadas? Eso es algo que ya ocurrió en 2015.
¡No lo sé, colega! [risas]. Ni idea. Es como si… mmm... no lo sé, la verdad. Es muy extraño. No puedo explicarlo.
[ Vídeo de Kate Tempest recitando «Hold Your Own» ]
No hay muchos poetas que hayan logrado esa conexión con un público tan masivo.
¡Oh! No estoy de acuerdo. Si cambias tu percepción de los límites de la poesía, hay muchos. Para mí, la experiencia poética más extasiática que he vivido fue viendo rimar a raperos que amo en grandes auditorios llenos de gente joven, como la actuación de RZA en el O2 de Londres, cuando giró como Bobby Digital.
¿Qué poetas y músicos le impresionaron más cuendo era joven?
Me solía gustar Bahamadia, Lauryn Hill, A Tribe Called Quest, Guru y su banda Gang Starr, Bob Dylan, Too Poetic en Gravediggaz, Nina Simone, Roots Manuva… muchos.
¿Recuerda el primer verso del que se sintió orgullosa?
Recuerdo la primera vez que escribí un rap y pensé: «¡Quiero que lo vean mis amigos!». Seguro que hubo otros antes de las que me sentí orgullosa, pero no los recuerdo, porque escribir siempre ha formado parte de mi vida. No hubo un momento concreto en el que pensara que me quería dedicar a esto.
¿Y recuerda el momento exacto en el que se dio cuenta de que podía vivir de única y exclusivamente de su creatividad?
Sí que lo recuerdo. Tenía 22 años y empecé a trabajar en un colegio impartiendo talleres de rap, poesía y letras. Ganaba 150 libras por tarde y me di cuenta de que con dos tardes por semana, pagaba el alquiler y mis gastos, y me dejaba el resto del tiempo para escribir. Fue increíble.
Con 14 ya improvisaba en los clubes de su barrio, Brockley. ¿No le asustaba rimar frente a desconocidos siendo tan joven?
Mmmmm... No, la verdad es que no. Lo cierto es que estaba desesperada por hacerlo, algo así como enfadada, porque siempre quise ser rapera y compartir mis letras en un micrófono. Y eso que sabía que todavía tenía muchas cosas que aprender de ello.
«People’s Faces» es un tema escrito para su novia. ¿Le costó quitarse el pudor de hablar de sus sentimientos?
Sí, hubo una época en la que no me gustaba escribir en primera persona ni canciones de amor, ya fuera para un chico o una chica. Sentía que solo tenía derecho a escribir desde el «tú». Me daba mucha vergüenza hablar de mi sexualidad, de mi tendencia sexual y de mi intimidad. ¡Y aún me da! Creo que es algo con lo que voy a tener que luchar el resto de mi vida.
[ Kate Tempest - «People's Faces» en directo ]
Pero al final lo hizo...
Bueno, sí. La primera fue con « Hold Your Own », mi tercer poemario, en 2014, que hablaba sobre mis experiencias y mi sexualidad. Eso me dio el apoyo que necesitaba para abrirme en mis poemas y hablar abiertamente de mi identidad sexual. También fue importante cuando decidí cambiar el género de Harry, el personaje de mi novela, que pasó de ser un hombre a una mujer queer. O quizá un hombre trans. No se sabe con exactitud.
Teniendo en cuenta su éxito, ¿cómo conecta con los personajes frustrados de su novela, que no alcanzan sus sueños?
Ellos también soy yo. Son historias reales de la gente con la que yo he convivido toda mi vida, de amigos y familiares que han sacrificado sus sueños por diferentes razones. Eso me impactó mucho. Yo misma he sacrificado sueños por hacer esto.
¿Qué le da cada disciplina en comparación con las otras?
Un respiro. Todas me dan energía para continuar con las otras. Si me canso de escribir poesía, me meto en el estudio y recargó las pilas. Y si me canso de girar, escribo una obra de teatro.
¿Nunca le ha dado miedo todo este reconocimiento?
No. Nadie más que yo lucha contra las expectativas creadas sobre mí. ¿Cómo? La fe en mi trabajo viene de mí misma, no de la opinión de los otros.
Noticias relacionadas