LIBROS
«La juguetería mágica», el descubrimiento del cuerpo
La entrada en la madurez de una adolescente es lo que nos narra Angela Carter en una de sus novelas más realistas
Pocas veces un título fue más engañoso, dado que « La juguetería mágica » es, quizá, el libro menos «mágico» de todos los de Angela Carter . Pensemos en «Noches en el circo», que trata de una giganta con alas, o en «El doctor Hoffman y las infernales máquinas del deseo». La obra de Carter se ha quedado como en un nicho oscuro . Es feminista, pero su feminismo, al parecer, no es el correcto. Es genial, deslumbrante, pero fuera de las corrientes. Demasiado «literaria» para la fantasía. Demasiado «fantástica» para la literatura admitida. Recuerdo unas reflexiones de Ursula K. Le Guin acerca de Tolkien : el mundo académico no quiere reconocer la grandeza de Tolkien, decía Le Guin, por pura pereza, porque eso les obligaría a replantearse las cosas. Con Angela Carter sucede algo parecido. He vuelto a leer «La juguetería mágica» para escribir esta crítica, y me ha gustado todavía más que la primera vez. Es un libro maravilloso, escrito por una de las prosistas más admirables, inteligentes, sensuales y poéticas de su idioma .
Familia de huérfanos
Es el relato, esta vez totalmente realista, de la entrada en la madurez de una adolescente de quince años, Melanie, que en la primera línea del libro, «descubre que está hecha de carne y hueso». Hay referencias al mundo de los cuentos de hadas que tanto fascinaban a Angela Carter, especialmente a Barbazul (que ya reescribió, de forma terrorífica, en « La cámara sangrienta »), y también una juguetería con un siniestro teatro de marionetas, situada en un barrio del sur de Londres. Pero la novela es ante todo un rico estudio psicológico de una extensa familia de niños huérfanos, regida por la tía Margaret, que es dulce y acogedora pero se ha quedado muda y se comunica mediante una pizarra, y el terrorífico tío Philip, que regenta hogar y negocio con mano de hierro.
Es esta sobre todo una novela que expresa un rico mundo psíquico de relaciones personales mediante sensaciones e imágenes. La naciente sensualidad de Melanie, su curiosidad sexual, la fascinante suciedad de la casa y de la familia de sus tíos, el hedor de Finn, que tanto repugna a la niña como la atrae, el interés del tío Philip por los seres mecánicos, lo horribles que resultan, a la postre, todos sus juguetes ... Esta es una novela plenamente realista que, sin embargo, parece un cuento de hadas. O, más bien, la mejor demostración de que ambas categorías no pueden separarse.