LIBROS
Jorge Freire contra el «Homo agitatus»
El pensador madrileño ha titulado su último trabajo «Agitación. Sobre el mal de la impaciencia», lectura perfecta y certera para este encierro
Nos recuerda Jorge Freire (Madrid, 1985) en su espléndido ensayo Agitación que entre los pensamientos de Blaise Pascal -tan brillantemente estudiados y traducidos por Gabriel Albiac en editorial Tecnos- figura la siguiente reflexión: «Todos nuestros males derivan de una sola causa: nuestra incapacidad de quedarnos quietos en una habitación ». Pues bien, la pandemia vírica que padecemos ha conseguido que nos quedemos quietos en una habitación. Y ahí estamos, sin saber todavía si vamos a acabar con nuestros males por el hecho de estar confinados o si vamos a terminar peor que antes.
En todo caso, y a través de la implementación de lecturas que implica el encierro, la vida nos ha dado la oportunidad de r eunirnos con nosotros mismos a través de los libros de otros y detener por unas semanas nuestra tendencia a la agitación por el procedimiento de mirar hacia dentro, operación mental que resulta obligatoria si se quiere sobrevivir psicológicamente al saludable y, a la vez terrible confinamiento.
Ejercitar la paciencia
Una de las joyas bibliográficas que ha caído en mis manos durante el estado de alarma es el citado ensayo, que se subtitula Sobre el mal de la impaciencia para subrayar su inquietante actualidad, ya que si algo debemos ejercitar en estos momentos difíciles es la paciencia, virtud por la que el viejo Job se hizo famoso. Agitación obtuvo el XI Premio Málaga de Ensayo . Uno de los miembros del jurado, el filósofo Javier Gomá, dijo cosas como esta: «El libro de Jorge Freire no es un nuevo libro, sino un libro nuevo. No porque busque la novedad ni se atenga a la moda, sino porque medita, con una mirada nueva, sobre la invariable condición humana». Y a fe que lo hace con una madurez poco usual en un filósofo tan joven , que despliega una sensibilidad para la escritura.
Los apoyos conceptuales de su teoría del homo agitatus son variadísimos, lo que contribuye a hacer más atractiva y personal la bibliografía utilizada. Así, Platón y Aristóteles conviven con Ortega , Adorno y Schopenhauer, pero también con escritores de mera ficción como Ambrose Bierce, Léon Bloy, Lewis Carroll, Gautier , Thomas De Quincey o Robert E. Howard (el creador de Conan el Bárbaro y de Sonja la Roja). Todo ello modela un abanico made in Freire que ahuyenta los calores de la vulgaridad y la espesura intelectual y que, además, traza todo tipo de figuras elegantes, precisas y garbosas en el aire. Un aire que con sus reflexiones pierde el dióxido de carbono que emana de la political correctness , aquí caracterizada por la enfadosa manía «del movimiento perpetuo, del consumismo informativo». Si la sociedad contemporánea ha adoptado las hechuras de un carnaval perpetuo, la crisis sanitaria que nos obliga a quedarnos en casa puede convertirse en un acto de insumisión con tal que nos detengamos a pensar, que no nos va a hacer ningún daño.