MÚSICA

¡John Lennon vive!

La profusión de memoriales en todo el mundo alumbra el recuerdo del músico británico

MIGUEL ÁNGEL BARROSO

El sol se filtra entre hilachas de nubes. Después de una matinal pasada por agua, la tropa que ha buscado refugio en el American Museum of Natural History de Nueva York se encamina a Central Park . El olor a tierra húmeda se mezcla con el de los perritos calientes y pretzels que se venden en los puestos callejeros. Suena a lo lejos una tonadilla reconocible casi por cualquier habitante del planeta: «Imagine all the people sharing all the world...» . Enfrente del Dakota , el edificio levantado a finales del siglo XIX donde han convivido celebridades y fantasmas, hay un rincón del pulmón neoyorquino llamado Strawberry Fields al que acuden peregrinos de un credo laico y turistas de cualquier pelaje. Un sencillo memorial dedicado a John Lennon , que vivió en Nueva York en la década de 1970 y fue asesinado por un adorador perturbado a las puertas del citado caserón en 1980.

Es 9 de octubre de 2016. Alrededor del mosaico circular formado por pequeñas teselas blancas y negras y con la palabra «Imagine» en el centro se agolpa una muchedumbre feliz. Invisibles para el público rezagado, unos músicos interpretan canciones para celebrar el 76 cumpleaños del ídolo. Hay gente encaramada en los bancos de los alrededores para tener mejor tiro, pero el buenrollismo latente permite a una joven abrirse camino para fotografiar el mosaico, que fue donado por la ciudad de Nápoles. Israel envió cedros; Canadá, arces; la Unión Soviética, abedules; Holanda, narcisos, y Mónaco, conejos. Este Jardín de la Paz situado en una zona donde Lennon solía pasear con Yoko Ono lleva tres décadas atrayendo a fans de todo el mundo. Pero el de Nueva York no es, desde luego, el único memorial dedicado a este miembro de los Beatles.

Nadie discute la vinculación sentimental de Lennon con Nueva York, pero… ¿con Praga ? El cantante nunca estuvo en la capital de la República Checa, lo cual no impidió que poco después de su muerte se plantara la semilla de un «santuario» en un muro de la isla de Kampa , en el barrio de Malá Strana. El mensaje pacifista de Lennon había calado en los países de la órbita comunista, así que en esta pared anodina situada en la plaza Velkopřevorské náměstí, frente al Palacio Buquoy (sede de la embajada francesa), empezaron a surgir grafitis, letras de canciones y consignas políticas que apuntaban a la línea de flotación del régimen. La policía borraba, pero las pintadas se reproducían como setas, hasta que las autoridades se dieron por vencidas y el lugar se convirtió en uno de los más pintorescos y visitados de Praga.

Un joven músico con la espalda pegada al Muro de Lennon interpreta los clásicos de los Beatles. Algunos viandantes depositan monedas en el interior de la funda de la guitarra, otros buscan un hueco en la abigarrada tapia para dejar su mensaje (cualquiera puede hacerlo: eso forma parte del ritual). Los grafitis se superponen proponiendo una ensoñación dadaísta con símbolos de paz y amor. Los palos de selfie son las únicas armas permitidas, la gente posa con un gesto beatífico en el rostro, rodea con sus brazos un globo terráqueo o pega brincos junto al retrato de la estrella del pop.

Por supuesto, está la ciudad portuaria que se acuesta sobre el estuario del río Mersey, al oeste de Inglaterra. En Matthew Street una chica se abalanza sobre la estatua de Lennon y la cubre de besos, como si fuera un santo al que pedirle salud o un novio. En Liverpool se hablan 60 idiomas, y la calle del ritmo es una pequeña Babel de melómanos. John tiene el look característico de su etapa de Hamburgo, cuando los Beatles iniciaron su viaje hacia el infinito. Un muro de ladrillos con los nombres de muchas bandas le guarda las espaldas. Hay dos Cavern , un club y un pub, pero ninguno de los dos es el legendario local donde los Fab Four tocaron 275 veces entre 1961 y 1963. Un detalle casi irrelevante para los fans que bajan a las profundidades de esos establecimientos para tomarse unas pintas y fotografiarse junto a carteles y otros recuerdos de la década prodigiosa. No importa si tienen o no certificado de autenticidad. El antro original fue demolido en 1973. Un cartel situado unos metros más abajo del actual club recuerda dónde estuvo la entrada. Si uno ingresa en el centro comercial de al lado se topará con un café llamado «Lucy in the sky with diamonds» que se arroga el privilegio de ocupar el espacio del viejo Cavern. En Matthew Street todos están de acuerdo con el famoso aforismo periodístico: «No dejes que la realidad te arruine un buen reportaje».

En The Grapes , un pub donde los Beatles sí se acodaron en la barra, los viejos rockeros aún recuerdan el olor a sudor y desinfectante de la caverna. «Las mujeres entraban con el pelo liso y salían con el pelo rizado» , dice un parroquiano. Cientos de personas se hacinaban en aquel antiguo almacén victoriano donde hasta las paredes chorreaban. «Si después de un concierto te encontrabas con un colega en otro lugar sabía de inmediato que venías de The Cavern porque apestabas» . Pero, por encima de todo, recuerdan la emoción de haber vivido algo extraordinario. Interminables sesiones de música en vivo en un mundo sin móviles e internet. Otra de las bandas que solía actuar allí era , precursora del Mersey Sound y que fue casi borrada del mapa por el tsunami beatle. La cantante y presentadora de televisión Cilla Black estuvo durante un tiempo a cargo del guardarropa. Brian Epstein , manager de los Beatles, descubrió que la chica tenía talento para otros menesteres y la lanzó al estrellato.

Hay más ejemplos de memoriales de John Lennon por el mundo, hasta el punto que podría diseñarse una ruta para sus admiradores. En la isla de Viðey, en la bahía de Kollafjörður (Reikiavik, Islandia) está la Imagine Peace Tower que le dedicó su viuda, Yoko Ono . Se trata de una torre de luz que se enciende entre el 9 de octubre (ya saben, el cumpleaños del cantante) hasta el 8 de diciembre (el día que murió asesinado a manos de Mark David Chapman ), proyectada desde un monumento de piedra que tiene la frase «Imagina la Paz» tallada en 24 idiomas. En el distrito de San Miguel en Lima (Perú) hay una estatua dedicada al exbeatle en un malecón donde se disfruta de puestas de sol inspiradoras. En La Habana está el Parque John Lennon , y en Durness (Escocia) un jardín con su nombre. Y en Almería una estatua que cambia de ubicación cada poco tiempo. John pasó seis semanas allí en 1966, cuando participó en el rodaje de «How I won the war» (Cómo gané la guerra), de Richard Lester, un filme que no pasó a la historia del cine. Tuvo en la ciudad andaluza una vida tranquila en la que dedicó las horas muertas a componer, grabándose en un magnetofón. Dice la leyenda que allí imaginó los acordes de su «Strawberry Fields Forever» .

¡John Lennon vive!

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