ARTE
Las imágenes sugeridas de Ignasi Aballí
La galería Elba Benítez, en Madrid, celebra su treinta aniversario con uno de sus artistas fetiche: el catalán Ignasi Aballí. Sobran las palabras
En España, los años noventa significaron la consolidación de un sistema artístico rico y complejo. Junto a un frenético ritmo de creación de museos y centros de arte, también se forjó un tejido de galerías. Uno de los nombres que ha mantenido con firmeza su apuesta por las producciones de su época es Elba Benítez , cuyo espacio abrió en Madrid en 1990. Su primera exposición fue una colectiva donde estaba presente Ignasi Aballí (Barcelona, 1958), quien regresa ahora con una individual, la séptima en la galería , cuando esta celebra treinta años. Además, coincide en el tiempo con el proyecto que el artista ha desarrollado en la BlueProject Foundation de Barcelona, que puede ser leído como preámbulo de su muestra madrileña.
Entre imágenes y textos
Ambas citas comparten un sofisticado diálogo con el espacio y una indagación sobre las conexiones entre imagen y texto. Este carácter metalingüístico, esencial en Aballí, alcanza ahora la reflexión sobre la grieta que separa el contenido semántico y el representativo. El artista selecciona palabras difíciles de referir a través de la imagen, tales como «ausente», «borrada», «censurada» o «impensable».
Dichas palabras serán el objeto mismo de exhibición, bien a través de su escritura sobre la pared (en Barcelona), bien a través de plantillas metálicas que perfilan el vaciado de sus letras (en Madrid). Aballí transforma la experiencia visual en experiencia lectora y viceversa: la escritura, signo lingüístico que necesita de la mediación conceptual, se forja también como una imagen que requiere de la simbolización visual.
El artista selecciona palabras difíciles de referir a través de la imagen, tales como «ausente», «borrada», «censurada» o «impensable»
El caudal de información de la prensa ha sido utilizado en muchas ocasiones por Aballí. Con él ha elaborado inventarios de «cantidades» de todo tipo . La segunda instalación de la cita, Línea roja , también ha sido generada con recortes de prensa, si bien el objetivo de búsqueda han sido áreas planas de color rojo . El resultado es un friso que envuelve la galería, articulado con la yuxtaposición de cuadrángulos monocromos que apenas dejan entrever las noticias que laten en su reverso.
Sensibilidad «pictórica»
La sensibilidad «pictórica» de los distintos tonos de rojo se entrecruza con una meticulosa labor de archivo ; dos formas de abstracción que se unen para pulsar en nuestra mirada sentimientos contradictorios : por un lado, la satisfacción que aporta la intensidad cromática y, por otro, la frustración ante el contenido velado. El artista vuelve a aportar una lúcida perspectiva sobre los vínculos entre comunicación y poder ; una acción pertinente en un contexto caracterizado por la sobresaturación visual y de información y el escamoteo de lo relevante.