ESCULTURA
Ignasi Aballí, sin palabras
El artista barcelonés vacía de imágenes la Blue Project Foundation con una instalación en la que el texto escrito es el protagonista
Il Salotto, de la Blue Project Foundation de Barcelona , se va consolidando como una sala especializada en site specific encargados a artistas reconocidos internacionalmente. En esta ocasión cuentan con un concepto de libro abierto u obra textual de Ignasi Aballí (Barcelona, 1958) titulado Sin imagen . Y así es como se presenta, como una sala en la que la imagen es la única ausente y en la que debe leerse e interpretarse su contenido.
El rectangular espacio de 180 metros cuadrados ha sido modificado a través de muros blancos de grandes dimensiones que, sorprendentemente, no restan amplitud al espacio para crear un recorrido libre. Unas paredes blancas que discurren por el centro de la sala, pivotando entre las columnas existentes, las cuales quedan integradas en algunos puntos de la visión. El recorrido planteado da una sensación laberíntica, o incluso de rat park por el que discurren una serie de palabras aisladas por muros. De forma central y ordenada se van descubriendo estos conceptos ante el espectador, quien va jugando dentro del espacio con las diferentes perspectivas , leyéndolo como si se tratara de un gran libro en el que es el paseante quien decide el ritmo y la secuencia. Algo que puede parecer fruto del libre albedrío, pero que está completamente estudiado y orquestado por Aballí para ir creando un discurso en torno a la imagen, justamente la gran ausente.
Arquitectura y lenguaje
La tipografía, colocación o incluso acabado de cada palabra están estudiados al milímetro, según confiesa un Aballí especialmente contento con el resultado de la que es su obra más arquitectónica , pero que conecta plenamente con su trayectoria ligada al lenguaje y a la utilización del texto mismo como unidad pictórica. En este caso las palabras están realizadas con máscara y espray negro tanto sobre las nuevas paredes blancas como sobre las perimetrales en color gris de la estancia. Destaca como una pieza en blanco y negro que se llena de matices a través de los tonos grises del microcemento mate que forma el suelo de la sala, o incluso por la puerta y zona de acceso, ambas de un negro profundo.
La escenografía de la ausencia danza a través de palabras concretas . «Abandonada», «ausente», «escondida», «imperceptible», «transparente», «inaceptable», «inimaginable», «impensable», «desconocida», «invisible», «no vista», «inexistente», «descartada», «desconocida», «efímera», «inaccesible», «anulada», «rechazada», «eliminada», «tapada», «censurada», «robada», «inmaterial», «secreta», «suprimida». Todas ellas en inglés y que nos llevan a pensar en ese lema que da título a la intervención, Sin imagen .
Creando su propia lectura y experiencia, Aballí propone un mundo sin imagen, un espacio en el que el texto es la única presencia para disfrutar y reflexionar. En la era de la imagen y de su empoderamiento constante, da una vuelta de tuerca para volver a la importancia de la palabra escrita, de la conceptualización y la búsqueda interior del propio espectador.
Autoreflexiva y referencial , esta es una pieza llena de guiños a su propio trabajo anterior y cuyo planteamiento exige tiempo, un circuito de paseo y agudizar la búsqueda de perspectivas y conexiones. Una experiencia que siempre es mejor realizada de forma individual, como la buena lectura. Esta intervención irá acompañada de un catálogo que será presentado en febrero de 2020 y que ya tenemos ganas de experimentar con un tempo más cerrado y pautado que en el discurso abierto de la sala.