LIBROS

«A hombros de gigantes», Umberto Eco o cómo lidiar con una tesis

En curiosa coincidencia con el plagio de Pedro Sánchez, encontramos esta novedad editorial de Umberto Eco. En 2009 escribió el ensayo titulado «¿Cómo se hace una tesis?»

Umberto Eco durante una conferencia en el Círculo de Bellas Artes de Madrid ABC
Mercedes Monmany

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Amanuense de un mundo que se enredaba sin cesar entre complejidades y paradojas, entre siglos y signos contradictorios, entre bulos e invenciones, o entre noticias inventadas y un puñado de verdades académicas comprobables, el espíritu inconformista y vorazmente enciclopédico de Umberto Eco (1932-2016) supo ver como nadie en su época el mundo mestizo , de amalgamas incesantes, en el que nos movíamos. Un mundo en el que televisiones, cine, vídeos caseros, literatura de la buena y de la no tan buena, periódicos e internet escupían por minuto, ya no por semanas o meses, la aparición de genios fulminantes, de autores casi robóticos e inventados, que trastocaban todos los cánones y los órdenes conocidos.

Umberto Eco, desaparecido en 2016, dejando tras de sí una obra inmensa y una indiscutible autoridad internacional, como buen semiótico, se dedicó sin descanso a descontextualizar etiquetas, a descodificar jocosamente ideas comunes recibidas por todos aquí y allá. La lucha desde el comienzo de la humanidad se sabe feroz, pero nuestra época lo confunde todo mucho más, al instante y diabólicamente. Mírese si no el gran caos ocasionado por pequeños complot -uno de los temas predilectos de Eco- estallados en cualquier momento, de improviso, en nuestros días.

Lejos de las aulas

A esta cuestión del complot (que planeaba sobre todo por su novela «El cementerio de Praga») le dedica Eco un brillantísimo capítulo en su libro ahora aparecido con el título de «A hombros de gigantes». Un volumen póstumo que recoge 12 legendarias conferencias (como las «americanas» de Calvino que dieron lugar a sus «Seis propuestas para el próximo milenio») bellamente ilustradas, que Eco ofrecería, en la forma de «lectio magistralis», lejos de las aulas. El espacio temporal va de 2001 a 2010 y estuvieron especialmente concebidas para el Festival La Milanesiana, una fantástica y multidisciplinar cita dirigida por su gran amiga Elisabetta Sgarbi , fundadora asimismo de La Nave di Teseo , la editorial que publicaría los últimos textos de Eco.

Umberto Eco, desaparecido en 2016, dejó tras de sí una obra inmensa y una indiscutible autoridad internacional

Entre ellos, el volumen inmediatamente anterior a este actual, «De la estupidez a la locura» («Crónica para el futuro que nos espera») -con momentos más allá de lo deslumbrante, realmente magníficos-, que reunía variados artículos y reflexiones sobre lo contemporáneo. Fue un indiscutible «maître à penser» y un talento de ingenio multiforme : semiólogo y escritor, periodista y filósofo, novelista de éxito y ensayista, gran especialista en estética y medios de comunicación, editor y profesor, autor de columnas de opinión y refinado humorista, bibliófilo y aficionado a la enigmística, pero, por encima de todo, un gran intelectual testigo de su tiempo, con los pies en la tierra y en la cultura popular, no únicamente alejado y pertrechado en torres de marfil. El objetivo era entender todo y hacerlo entender a otros, interpretar y describir .

Aforismos

Unas conferencias, las del volumen, donde aparecerían sus temáticas más recurrentes y los asuntos que más habían atraído siempre su atención de teórico y estudioso: la belleza y la fealdad (que arranca con una célebre frase de Marx: «Soy feo pero puedo comprarme a la mujer más bella; luego no soy feo, pues el efecto de la fealdad, su fuerza ahuyentadora, es aniquilada por el dinero»), el nexo entre lo relativo y lo absoluto, la poderosa y amenazante presencia del fuego en todas las culturas, la imperfección artística y la autenticidad de una obra , el empuje histórico de lo falso, el secreto («información no revelada que causaría daño a quien la revela y en ocasiones a quien la recibe»), la representación de lo sagrado o los complots a lo largo de la historia , desde Julio César a las Torre Gemelas... Textos muy variados, entre filosofía y literatura, entre ética y estética, que estaban salpicados como siempre por un dinamismo festivo y nada solemne, a pesar de la enorme erudición desplegada.

Textos en los que Eco, como un melancólico pensador que evita siempre el pesimismo y la desazón , ante la conjura necia de cada día, inventaba continuamente aforismos como este: «Para deslegitimar a alguien es suficiente con decir que ha hecho algo».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación