ARTE
Historia(s) de un museo de arte contemporáneo
El CAAC homenajea a su antecesor, el Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla, con la muestra «Hace 50 años»
Esta es la historia del Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla (MACSE) y de sus artífices. Creado en 1970, fue centro pionero tras el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid (1968). A instancias de Florentino Pérez Embid, entonces director general de Bellas Artes, se nombró a un joven estudiante, Víctor Pérez Escolano , como primer director de la institución por recomendación del profesor de la Escuela de Arquitectura hispalense Rafael Manzano.
A pesar de su inexperiencia supo, con inteligencia, rodearse de profesionales muy válidos como el pintor y gestor Francisco Molina y el arquitecto José Ramón Sierra , encargado de una imprescindible renovación en los montajes museográficos y de los espacios expositivos, primero en la desacralizada iglesia de San Hermenegildo y posteriormente en la sede permanente de la reformada Cilla del cabildo catedralicio .
Así hasta 1973, cuando le sucederían nombres que tampoco deben ser olvidados - Manuel Rodríguez-Buzón, Luisa López, Ignacio Tovar… - hasta su integración en la actual del CAAC en 1990, lo que también respondió a intereses políticos y coyunturales.
El impulso a este novedoso espacio suponía reconocer la eclosión de una serie de líneas creativas de renovación de singular importancia que venían gestándose en la ciudad desde los cincuenta. La documentación que integra buena parte de la exhibición demuestra la abierta mentalidad y modernidad de una parte (pequeña) de aquella sociedad.
Las programaciones previstas fueron audaces, aunque finalmente muchas de las expectativas no se cumplieran. A pesar de todo, las imágenes en blanco y negro de un país a principios de los setenta donde se suscitaba interés por asistir a actos culturales revelaba ya el atisbo de un cambio inminente. El interés público ante exposiciones como Alberto, Maestros del arte moderno en Italia , la adelantada muestra El cómic , o frente a producciones teatrales de Esperpento o La Cuadra, así lo demuestran.
Arte y política siempre van de la mano . El franquismo tardío se benefició del apoyo a ciertos lenguajes y estéticas de la modernidad para difundir una imagen más amable en el exterior, con la cultura como catalizador. La exposición muestra también cómo ese cambio de mentalidades fue un proceso paulatino, inexorable e irreversible, del mismo modo que un camino tan arduo implicó fricciones e incomprensiones. La muestra El cómic debió ser clausurada prematuramente al ser denunciada por inmoral.
Hace 50 años no solo posibilita descubrir una historia y confrontar una realidad socio-política; permite disfrutar de piezas que por aquel entonces fueron el germen de la colección del MACSE y supondrían el núcleo fundacional de los fondos del CAAC. Entre ellas, obras de Gordillo, Guerrero, Canogar, Equipo Crónica, Soledad Sevilla, Yturralde…
Pero bucear en los depósitos siempre provoca inesperados y sugestivos descubrimientos. Ahí está la inquietante inocencia de la escultura El jardín (1971), de Isabel Villar , o la interesante figura de Blanca Mencos (1923-2007), una artista hispalense aún por estudiar.