LIBROS
Una historia de vampiros en Venezuela
Michelle Roche Rodríguez compone una metáfora de tintes góticos para denunciar el pasado y el presente de su país
Nuestro tiempo es pródigo en historias de vampiros y zombis que sirven de metáfora para dar nombre e identidad, a través de un bestiario apoyado en lo ancestral, a ciertas actitudes que suceden en nuestros días. Michelle Roche Rodríguez (Caracas, Venezuela, 1979) es una escritora venezolana residente en Madrid que ha publicado principalmente ensayos ( Álbum de familia: Conversaciones sobre nuestra identidad cultural ; Madre mía que estás en el mito ) y hace tres años publicó un libro de cuentos, Gente decente . Ahora lanza Malasangre , su primera novela, ambientada en la Caracas de los años veinte, un tiempo en que ya descollaba el general Juan Vicente Gómez , que años más tarde se convertiría en el dictador más famoso de la historia venezolana del siglo pasado y que hizo del Ejército y de una concepción de la economía basada en el petróleo las bases de la modernización de su país.
El vampiro, aquel que succiona en la eternidad y nunca se sacia, sirve como metáfora de la sed depredadora de una elite que sólo piensa en su avaricia sin fin ni finalidad. Esa visión de tierra baldía de su país está presente en otros escritores venezolanos como Juan Carlos Chirinos , que en su última novela, Los cielos de Curumo , describe el zopilote como justa metáfora apocalíptica de la Venezuela actual y que hace casi una década, empleó en Nochebosque la metáfora del vampiro. Todo ello nos viene de ese ansia por saber en qué momento comenzó la deriva de un país hasta llegar a la escombrera que es hoy día. La pregunta de Zavalita de Conversación en la catedral , de Mario Vargas Llosa , por tanto, arropa esta novela, como tantas otras que intenta explicar lo que a veces tiene visos de inexpugnable opacidad.
Sed de sangre
En 1921, en Caracas, Diana, una adolescente, que ha heredado de su padre su vertiente hematofágica , es decir, su sed de alimentarse de sangre, se ve involucrada en una conspiración palaciega de la dictadura de turno en que está ya visible el general Juan Vicente Gómez. Es el momento en que se descubre la primera plataforma petrolífera en Venezuela, que determinará el futuro de país, y Diana, por mor de su familia, se verá envuelta en los entresijos de esa vorágine del poder . Hallará el hilo conductor en Vito Modesto, un homosexual que la introduce en los ambientes mundanos que esa situación conlleva.
Diana posee un insaciable enlace con el deseo, el sexual y el de la sangre , y ese deseo entra en tremenda contradicción con la sociedad patriarcal y religiosa con que se revisten las clases altas de Venezuela para justificar su instinto depredador. A la muchacha, Diana, a través de esas contradicciones, su padre la quiere casar con un buen partido y la madre incide en la pureza sexual, representa en cierto modo la marcada tendencia a desgajarse del propio país. Hay que decir que la autora, Michelle Roche, ha conseguido con esta historia devolver el vampirismo a su genuina condición venida del goticismo del siglo XIX y sin los banales avatares en que se envuelven muchas de las historias actuales de este corte. Una muy buena novela.