LIBROS
Henry Kamen, cómo combatir los abismos de irrealidad
El historiador británico publica un libro revisionista y normalizador, «La invención de España». Ni ser español es una enfermedad, ni es obligatorio vivir sepultados por leyendas
![Henry Kamen es miembro de la londinense Royal Historical Society](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2020/04/10/kamen-kFTH--1248x698@abc.jpg)
Resulta patético el esfuerzo de algunos historiadores extranjeros y de no pocos locales por «probar» que España no existe. O si existe, es en versión de madrastra intolerable. En su afán por borrarla, reducirla a «Estado», o infraestructura vacía de sentido comunitario, acuden a toda clase de mentiras y falacias. Hay dos cuestiones que les obsesionan, porque no encajan en sus preconcepciones -ficciones políticas- que prescriben el obligatorio fracaso histórico español: la existencia de un imperio global durante cuatro siglos y el papel del catolicismo como elemento teopolítico aglutinador. Por eso, suelen mantener que el imperio arruinó a la nación y se apuntan al indigenismo posmoderno , integrista y supremacista, tan hábil para encontrar culpables. O dedican miles de páginas a probar que ser católico y demócrata resulta imposible. No saben historia de América y Asia, ni entienden de imperios preindustriales.
Tercera vía
La solución para hacerles frente no pasa por combatir una leyenda con otra, un mito con otro, sino por el estudio científico, bien narrado, publicado y difundido, por todos los medios y soportes disponibles, de la Historia de España. El historiador de origen británico Henry Kamen ha representado en esta guerra cultural una tercera vía, equidistante tanto del separatismo y sus falacias, a las que dedica páginas críticas memorables en este libro, como del hispanismo subvencionado o el patriotismo de pandereta.
Su revisionismo, fundado en la historia global y el comparatismo, ayuda a pensar en escala problemas importantes. La tesis de este volumen es sencilla. La realidad y el mito -en todos los países, no solo en España- se entremezclan en la experiencia del pasado : «La realidad es lo que aparentemente sucedió, mientras que el mito es lo que debería haber sucedido (el pasado) o lo que esperamos que suceda (el futuro)». La separación del mito, la invención, de la historia, es un deber individual y una esperanza colectiva. La celebración de las leyendas resulta tóxica para la sociedad civil. No hay verdad en las mentiras.
Aleccionador
En esta navegación sin brújula, pero con timón, en las «ilusiones que han construido la realidad española», como indica el subtítulo, Kamen plantea 19 densos capítulos, apoyados en una historiografía actualizada y global , no solo en inglés, lo que explica entre otras razones la excelencia del libro. Sus títulos subrayan el argumento: «Numancia y la nación romana»; «La pérdida de España» y «El mito de la reconquista»; «Al-Ándalus, el paraíso de España»; «La nueva nación de los Reyes Católicos»; «La Santa Inquisición»; «Un nuevo mundo»; «La lengua del imperio»; «Una pica o dos en Flandes»; «Piratas en alta mar»; «Una nación heroica»; «El mito de la decadencia perpetua»; «Exilio y creación»; y finalmente «Sueño de reyes», que estudia el mito de los Reyes Católicos y la pasión monárquica de los españoles, tan bien definida por Jovellanos como «constitución histórica».
Resulta aleccionador constatar que el método que aplica Kamen a desentrañar los mitos y leyendas de la historia de España ha sido aplicado para Francia, Alemania y Estados Unidos, entre otros casos, así que el excepcionalismo romántico no tiene cabida. La historia sirve para desentrañar la complejidad. No hay que tener la piel demasiado fina y saltar a la primera, tampoco asumir leyendas de triunfalismo. Es el papel desbordante de las emociones políticas, el estatuto de las comunidades emocionales en el siglo XXI, lo que plantea al final Kamen en su análisis.
Por eso es tan pertinente su alusión a Américo Castro, que critica los «abismos de irrealidad», un esencialismo español vinculado a romanos y visigodos, por motivos sentimentales, el afán de dotarnos de una grata genealogía colectiva. Más allá de afirmaciones discutibles, como esta, «durante el periodo preindustrial no había una concepción jurídica de lo que suponía ser español. Solo había súbditos» (p. 119), o las citas desconcertantes que a veces tienen números de página y otras no, Kamen ha escrito un libro importante, revisionista y normalizador. Ni ser español es una enfermedad, ni es obligatorio vivir sepultados por leyendas, ni rosas ni negras. Por una vez, sin que sirva de precedente, que inventen otros. Allá ellos.