ARTE

Eugenio Ampudia: el abrazo de las especies

El «Concierto para el Bioceno», llamativo proyecto de Eugenio Ampudia del pasado mes de junio en el Teatro del Liceo, entra ahora en la galería Max Estrella de Madrid en forma de fotografías y vídeo

Fotografía de la serie «El Concierto para el Bioceno»

Javier Rubio Nomblot

El Concierto para el Bioceno , de Eugenio Ampudia (Valladolid, 1958) necesita poca presentación . Cuando se celebró, horas después del fin del confinamiento, estaban presentes casi doscientos medios nacionales y extranjeros; la noticia apareció en decenas de telediarios, el vídeo ha tenido millones de visitas.

Esa imagen del Gran Teatro del Liceo lleno a rebosar –2.292 espectadores, como correspondía a la celebración de su reapertura al cabo de tras casi tres meses– de plantas de distintas especies escuchando inmóviles, atentas, el melancólico Crisantemi de Puccini a cargo de un cuarteto de cuerda, dio la vuelta al mundo.

Público vegetal

La escena tiene tintes posapocalípticos , claro, porque el cine ya nos ha avisado mil veces de que la vegetación devorará las urbes aniquiladas; es surrealista porque ese público vegetal caricaturiza al humano, se sienta erguido, es educado y elegante, y hasta alegre; y hasta sano, porque el humano, cuando se amontona y se repantinga, siempre resulta excesivamente cárnico.

La comisaria habla de «la necesidad de reformular el presente desde postulados posthumanistas» en este proyecto del vallisoletano

Pero sobre todo es, en las cuatro fotografías que protagonizan esta exposición, de una gran e inesperada belleza formal, por cuanto las recargadas formas del Teatre, sus kilómetros de dorados, sus tapizados rojísimos, se ven como sorprendidos por una invasión de complementario verdor , por una avalancha de seres vivos cuyas estrambóticas formas parecen burlarse también, alegremente, del carácter netamente imitativo de esa infinita variedad de motivos florales con los que el modernismo –y no sólo– adornó los paisajes urbanos de la burguesía.

Eugenio Ampudia presenta ahora, junto a las fotografías y el famoso vídeo, dos instalaciones, dibujos, cuadernos y diverso material relacionado con el Concierto y una escultura reciente. La razón es una planta, señala Blanca de la Torre , habla de «la necesidad de reformular el presente desde postulados posthumanistas, situando las dependencias entre especies como el único camino posible hacia una nueva era de compromiso ecosocial».

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