MÚSICA

El esplendor de la verdad

José Ramón da Cruz rueda «Geometría del Esplendor», documental que reconstruye la atípica historia de Esplendor Geométrico y en el que reflexiona sobre los procesos creativos que se desarrollan al margen del mercado

Saverio Evangelista y Arturo Lanz (derecha) durante un concierto de Esplendor Geométrico

JESÚS LILLO

Por lo que sucede fuera del escenario y el carácter pandillero de las relaciones entre sus miembros, cualquier grupo de rock es bueno para hacer un documental . José Ramón da Cruz evita cualquier mitología juvenil de camas y camerinos y enfoca a Arturo Lanz para reconstruir la historia de Esplendor Geométrico . «Me tengo que contener», dice el realizador cuando esboza los conflictos personales que aparecen en la biografía de un grupo cuya pureza musical es proporcional a su voluntario alejamiento de los lugares comunes –sexo, droga, rock and roll– en los que suele desarrollarse la acción de estos relatos postadolescentes. «Me tengo que contener», repite Da Cruz, conjurado para dejar al margen de su película cualquier trama que distorsione su argumento.

«Geometría del Esplendor», título provisional de su largometraje, es una reflexión sobre los procesos creativos. La espiritualidad y la ética desplazan al sensacionalismo en una obra cuyo planteamiento refleja la propia esencia de Esplendor Geométrico, determinada por la autoexigencia, lo que se entiende por amor al arte.

Parecidos irrazonables

« Queríamos hacerles un vídeo, por gusto, sin contar con ellos, y de ahí salió la idea de este trabajo . Nunca he sido fan absoluto de ningún grupo, y tampoco considero conveniente que un documentalista sienta admiración por el personaje sobre el que trabaja, pero EG se parecían mucho a mí: hacían cosas oscuras, difíciles de entender », comenta Da Cruz, cuyos comienzos como videoartista coincidieron a comienzos de los ochenta con el nacimiento de la banda de Arturo Lanz.

«Hay una confluencia absoluta en cuanto a independencia y libertad», señala el autor de «Of-Tal», capaz de distinguir la marginalidad impostada de quienes cultivan su malditismo para cautivar a los consumidores de alternativas prefabricadas.

La historia que cuenta José Ramón da Cruz es la de un grupo escindido de Aviador Dro y liderado por un estudiante que « para llevar la contraria a los de la Movida o para no estar atado a nada se mete en el Ejército y llega a teniente », un músico que se convierte en alto funcionario y que durante años coordina desde Pekín la inversión privada española en el gigante chino. «Trabajo y por la noche hago música», decía hace unos años Arturo Lanz para explicar, con muy pocas palabras, la doble vida que subraya el atipismo de Esplendor Geométrico.

«Geometría del Esplendor», título provisional, es realmente una reflexión sobre los procesos creativos

«La idea creativa de EG se mantiene a lo largo de más de tres décadas. Investigan y avanzan, pero no ceden. Componen música por absoluta necesidad personal , porque, pese a la enorme influencia que han tenido, nunca han ganado dinero con esto», señala Da Cruz, cuyo documental gira en torno al conflicto de intereses que se genera en un artista, Arturo Lanz, que por la mañana despacha inversiones multimillonarias y de noche se encierra en su estudio para hacer lo que le gusta. «Quienes juegan a venderse acaban vendidos», asegura José Ramón da Cruz , cuya propia carrera bascula entre la más radical independencia creativa y las exigencias de un guión puramente comercial. «En el fondo –dice– está la perversión de quien tiene que hacer una cosa para dedicarse luego a lo que en realidad le gusta, como un escritor que por las mañanas trabaja en el ayuntamiento».

Da Cruz era cartero cuando en 1984 ganó el primer Festival de Vídeo de Madrid con una pieza experimental que figura en las antologías del género. «El dinero es una agonía, porque la vida está hecha para pagar las facturas cuando llega el día 31 de cada mes... Dejar la mitad de tu vida en una cosa que no te interesa debe de ser muy jodido », reflexiona el realizador.

Necesidad espiritual

La biografía de José Ramón da Cruz, desequilibrada entre devoción y obligación, se refleja en la de Arturo Lanz, un hombre «muy espiritual, un creador que necesita hacer música como quien reza». Para «Geometría del Esplendor», Da Cruz aún no tiene un formato determinado, y tampoco financiación . «Lo hacemos -añade- porque queremos, y si no se financia lo terminaremos de todas maneras. Queremos dejar este trabajo al margen de cualquier negocio. Un músico de verdad lo que quiere es hacer música, no ganar dinero, y lo mismo sucede con un cineasta o un escritor ».

Pionero del arte postal y de un intercambio de materiales y conocimiento que tejió redes sociales mucho antes de la irrupción de internet, creador de algunas de las obras maestras de la música electrónica, Arturo Lanz protagoniza una película que, pese a su honda trama filosófica, insiste en presentarlo como quien hace más de treinta años empezó jugando «y sigue jugando» . «Lanz no es un teórico. Confunde la creatividad con la travesura, sin intención de darle una lógica intelectual, aunque la tenga». No lo dice el hombre que desde los primeros años ochenta está detrás de Esplendor Geométrico, sino quien estos días lo retrata. «Si todo esto lo dijera Lanz, estaríamos ante un pedante, y no es el caso».

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