LIBROS

«Los españoles», España vista por un centauro

Dentro del hispanismo europeo había un significativo e inexplicable vacío –el portugués– que Gabriel Magalhães viene a llenar. «Los españoles» es un ensayo capaz de detectar las tensiones que en el pasado y en el presente ha vivido nuestro país

Carteles de la campaña publicitaria de los años cuarenta «Visite España»

RICARDO GARCÍA CÁRCEL

Debemos mucho a los hispanistas europeos desde que España comenzó a interesar como objeto de atención más allá de nuestras fronteras. La «mirada del otro» europeo ha sido muy variada . Se puede dividir la misma en función de la vía de aproximación a España. Así, encontramos un hispanismo leído, interesado por nuestro país a través de las lecturas de la literatura española y un hispanismo vivido que ha asimilado España a través de los viajes, las estancias y el contacto directo. No faltó tampoco el hispanismo imaginado , producto del puro imaginario o de los relatos de los exiliados españoles expatriados fuera del país.

No hay que olvidar que hay célebres historiadores hispanistas, de Prescott a Hamilton pasando por Lea, que no pisaron prácticamente archivos españoles y que escribieron libros fundamentales de Historia española, utilizando intermediarios españoles que l es hicieron el trabajo archivístico sin venir ellos apenas a nuestro país.

Rivalidad vecinal

El hispanismo también es diferente en función de la procedencia de la mirada. El alemán y el italiano han sido especialmente filológicos. El francés ha estado muy teñido de rivalidad vecinal y de sarpullidos generados por la impregnación de la imagen transmitida por el exilio español, que ha tenido allí especial incidencia. Precisamente el hispanista francés Bartolomé Bennassar escribió un excelente ensayo sobre la identidad española con el mismo título del libro que estamos comentando, «Los españoles».

El hispanismo anglosajón ha sido el más antropológico , buscando esencias primitivas (el mito de la inocencia originaria del Sur subdesarrollado) y demasiado preso de la contraposición weberiana de la cultura protestante septentrional y de la católica meridional.

En la nómina de los hispanismos europeos siempre ha faltado el portugués. Quizás porque ha habido una historia conjunta luso-castellana, con un Viriato lusitano como héroe pionero de la lucha hispana contra los romanos y un sueño siempre flotante, el iberismo, mantenida más allá de la separación definitiva (1668) de la monarquía portuguesa y española. La persistencia de esa ensoñación iberista ha bloqueado el hispanismo en Portugal.

«Los españoles». Gabriel Magalhães

Ensay. Elba, 2016. 205 páginas. 20 euros

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