LIBROS
«¿Por qué escribir?», Philip Roth responde a todos los enigmas
El maestro Philip Roth se retiró de la escritura en 2009 y falleció el pasado mes de mayo dejando este recopilatorio sobre su obra
Poco antes de anunciar su retiro de la escritura en 2009, llegó a sus editores y así se comentó en varios medios, la noticia de la inminente entrega de una nueva novela de Philip Roth. Y la novela resultaba ya promisoria desde su título: «Notas para mi biógrafo». Pero al poco tiempo el escritor explicó no por qué escribía sino por qué ya no seguiría escribiendo. Y añadía que - habiendo escrito todo lo que tenía para decir -a partir de ahora se dedicaría a algo sobre lo que no hacía falta preguntarse por qué hacerlo: se limitaría a leer (entre muchos otros a sí mismo y a la totalidad de lo hecho para descansar en paz sabiendo si había cumplido con sus objetivos; Roth, no hubo sorpresa, confirmó que sí). Y a ordenar sus archivos para quien sí se encargaría de contar su vida ( Blake Bailey , quien ya se había ocupado de Richard Yates y de John Cheever y no hace mucho ha informado que ya cuenta con 1.900 páginas de apuntes acerca de Roth para un libro que tendrá, como poco, 900). Y a terminar la supervisión de la edición de su obra completa en la consagratoria Library of America. El último de esos nueve volúmenes fue este indispensable «¿Por qué escribir?» recopilando sus escritos ensayísticos.
El título es bueno pero, también, podría titularse «Notas para mi biógrafo». Porque he aquí lo más parecido a una autobiografía de Roth complementando, hasta que Bailey, acabe con lo suyo, el encomiable estudio/retrato Roth desencadenado de Claudia Pierpont Roth.
Nada que confesar
«¿Soy yo Lonoff? ¿Zuckerman? ... Hasta donde sé no me parezco en nada a un personaje tan bien delineado en un libro. Sigo siendo el amorfo Roth... No tengo nada que confesar y nadie a quién confesarme. En lo que hace a mi autobiografía, no pueden imaginarse lo aburrida que resultaría. Mi autobiografía consistiría casi por completo en capítulos tratando de mí a solas en una habitación y mirando a mi máquina de escribir ... Crear biografía falsa, historia falsa, confeccionando una existencia semi-imaginaria a partir del verídico drama de mi vida, es el que constituye mi vida», advirtió el hombre en varias entrevistas, algunas de ellas presentes en este libro.
«¿Por qué escribir?» destila títulos ya conocidos como «Lecturas de mí mismo»(de 1976 y del que ha omitido sus escritos sobre «baseball», sexo y política) y «El oficio» (2001), y lo expande con textos hasta ahora dispersos (incluyendo su muy publicitada, aquí en versión «expanded», carta/diatriba a/sobre los usos y abusos de la Wikipedia , al discurso por su 80 aniversario, a su profecía sobre el fin de la vida cultural sucumbiendo a las pantallas y respuestas a publicaciones diversas) comentando lo propio y lo ajeno. Lo que lo formó y aquello a lo que acabó dando forma. Aproximaciones cercanas y certeras a Kafka, Bellow, Levi, Malamud, Kundera y otros; evocaciones de sus inicios con la escandalosa «Goodbye, Columbus» y su problemática relación con «lo judío»; y, en el último tramo, la volátil y sólida materia que nutrió a muchos de sus libros tardíos y magistrales: los siempre desarmantes y desarmándose Estados Unidos y su reencuentro como lector con «padres fundadores» del naturalismo/realismo literario «Made in USA» como Sherwood Anderson y Sinclair Lewis & Theodore Dreiser de los que se descubre como alumno que -no lo dice él, pero queda más que implícito- muy superior a sus maestros.
Lo suyo y lo nuestro
Y, sí, «¿Por qué escribir?» es un libro provocador de aquel que advirtió que «la no-ficción que he escrito la escribí casi siempre a partir de una provocación». Aquí, entonces, el provocador provocado volviendo a provocar . Y -efecto imprescindible para saber si este tipo de libro cumple con su objetivo- provocando en el lector las ganas impostergables de releer o de descubrir la ficción del no-ficcionalista. (Consejo: volver o empezar con esa cumbre que es «El teatro de Sabbath», favorito del propio Roth).
En lo que hace a la pregunta del título, Roth la respondió en detalle, en 1981, a «Le Nouvel Observateur»: « Escribo para liber arme de mi propia y asfixiante y estrecha perspectiva acerca de lo que es la vida y así enriquecerla con un mucho mejor y más desarrollado punto de vista que no es el mío». Pero, también, Roth podría haber respondido «Porque sí» o «Por qué no». Porque ahí está y ahí sigue -imposible de retirar aunque él ya no esté- todo lo suyo que puede ser también, un poco, lo nuestro. Para que así sea, alcanza con alcanzarlo y leerlo. Porque no hubo muchos que escribiesen como escribió Roth mientras se preguntaba por qué escribir. La respuesta a la teórica vida «amorfa» de Roth está en e l perfecto diseño de la práctica de su obra. Y es una respuesta tan obvia que no se merece la pregunta absurda de por qué leerlo.