LIBROS
En el epicentro de la pandemia
El periodista Jaime Santirso relata en 'Los primeros días' cómo vivió en Wuhan el estallido de la crisis del coronavirus
Los momentos históricos son los que mejor memoria tienen. Ese «¿dónde estabas cuando…?» es el latiguillo que acompaña siempre a los acontecimientos que de verdad merecen ese calificativo, y casi siempre hay una respuesta conveniente. Raro es quien no recordaba, hace unos años, dónde estaba ... cuando el hombre llegó a la Luna o, más recientemente, cómo se enteró de atentados como el de las Torres Gemelas o los trenes de Atocha. Más cerca aún queda el estallido de la pandemia: dos años, aunque parezcan dos décadas. En enero de 2020, Jaime Santirso (Gijón, 1990) estaba en China, donde trabajaba como corresponsal, leyendo en la prensa local unas primeras informaciones inquietantes sobre muertos y contagiados en Wuhan por un virus desconocido. Y entonces le llegó un mensaje de su jefe: «¿Cómo ves ir a Wuhan?».
Santirso fue uno de los siete corresponsales que permanecieron donde se originó el coronavirus cuando el Gobierno chino decretó el cierre de la ciudad. Hoy ya todos nos hemos acostumbrado al uso generalizado de mascarillas o la distancia social, hemos naturalizado conceptos como confinamiento o cuarentena e incluso nos estamos empezando a intentar convencer de que el Covid quedará en una especie de gripe, vacuna mediante, pero en aquellos primeros días todo era desconocido, y no hay nada más aterrador que lo que no tiene explicación. Las mascarillas agotadas, el pánico por unas décimas de más en el termómetro, la obligación de dar un paso hacia atrás cuando el primer impulso es acercarse a saludar… Todo eso lo vivió, y lo contó, Santirso antes que el resto del mundo.
' Los primeros días ' (Altamarea) es el relato en primera persona de cómo el entonces corresponsal de 'El País', hoy en ABC, hizo buenos los tópicos del periodista que él cita en el libro: que solo los policías, bomberos y reporteros corren hacia las catástrofes en lugar de alejarse, lo de «date cuenta de la historia que tienes entre manos»… 'Los primeros días' recuerda la incertidumbre, las calles vacías, los negocios arrasados, los trajes de protección, la escalada de contagios y muertos… Ingredientes de un relato excepcional, pero en este caso, porque en todos los lugares del mundo se vivieron las mismas escenas, todo parece vivido. Como recordatorio del inicio de unos tiempos insólitos, el libro es un buen testimonio; en lo narrativo, sin embargo, se echa en falta una voluntad de trascender el acontecimiento. No hay eso que las escuelas de reporterismo han dado en llamar 'storytelling': un motivo, una trama, una mirada, un corsé literario, lo diferencial… El periodismo –el de la crónica escrita contra el cierre– tiene la mala costumbre de vivir con demasiadas prisas, pero no puede ser de otra manera. La crónica reposada y elaborada, la que se imprime con forma de libro, reclama un esfuerzo más ambicioso.
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