ARTE
La elocuencia de los pequeños gestos
La retrospectiva de B. Wurtz y la colectiva «El curso natural de las cosas», ambas en La Casa Encendida, reflexionan sobre lo cotidiano y lo humilde como instrumentos válidos para el arte
La vindicación de lo residual y la transformación de su significado es el firme hilo conductor que modula, desde principios de los años setenta, el trabajo de B. Wurtz (Pasadena, California, 1948). Su fetichismo acumulador le ha llevado a rastrear los desechos procedentes de las prácticas esenciales del ser humano y a eludir las instrucciones de uso regladas por la conveniencia social. De este modo, dormir, comer y mantenerse a resguardo –una suerte de triada vital enunciada por el propio B. Wurtz– son las áreas de prospección donde el artista lleva a cabo su particular método arqueológico basado en el descubrimiento, el inventario y la reubicación de lo sobrante .
Lo que fascina en la empresa de este autor, audaz heredero del «ready made» duchampiano y de la poética del «bricoleur» , no son tanto sus procedimientos técnicos de hibridación sino la rotunda sencillez con la que consigue desviar y desbordar la funcionalidad original del objeto doméstico. En este sentido, el trabajo de B. Wurtz se resuelve a través de construcciones esencialmente precarias que desfiguran las jerarquías preestablecidas , apelan a una lógica operacional fluctuante y, finalmente, generan un espacio pictórico-escultórico de desconcertante carácter polimorfo.
Saltarse las reglas
Algunas de las propuestas que integran la exposición antológica que ahora le dedica La Casa Encendida ya fueron recogidas en la muestra que en el año 2014 llevó a cabo el artista en la galería Maisterravalbuena , así como en el estand que este mismo espacio presentó en el último ARCO. Sin embargo, estos preludios no atemperan la sorpresa de una impecable exposición donde cada trabajo instrumenta, con indudable humor y pericia analítica, las relaciones que los individuos establecemos con nuestros hábitos de consumo. Tales ejercicios de construcción de nuevos significados transmiten el placer de eludir las reglas , incluso cuando estas son las que definen a un simple objeto de deshecho; de este modo, por medio de sutiles y humildes cantos de resistencia, B. Wurtz logra poner en cuestión la producción racionalizada, expansiva y espectacular de la actual sociedad de consumo.
La idea de actuar con fragmentos de lugares dispersos a través de consignas sencillas es también el esquema que sustenta « El curso natural de las cosas », exposición colectiva comisariada por Tania Pardo en las salas de La Casa Encendida. En esta propuesta, el alcance pretendido es establecer conexiones directas entre una práctica de arte basada en la operatividad de los pequeños gestos y la posibilidad de asumir la riqueza de los vestigios naturales como repertorio formal . De ahí que la comisaria tome como punto de partida, no a modo de cita literal pero sí de premisa de articulación conceptual, un texto de Joan Miró quien, en una charla con el crítico de arte Yvon Taillandier , se definió a sí mismo como un hortelano.
B. Wurtz. «Obras escogidas, 1970-2016»
Comisario: Laurence Sillars