LIBROS

Édouard Louis sigue lamentándose

El nuevo chico rebelde de las letras francesas culpa a los políticos de todas sus desdichas en «Quién mató a mi padre»

Édouard Louis, autor de «Quién mató a mi padre» EFE
Jaime G. Mora

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Puede que siempre haya sido así, que desde que la imagen se adueñó del marketing a los escritores no les compense maltratarse con su soledad para pergeñar buenos libros tanto como cultivar su pose de autor interesante. ¿Qué si no hizo Hunter S. Thompson , tan atractivo para inspirar películas basadas en sus locuras y cuya obra, sin embargo, ha envejecido tan mal? O William S. Burroughs . O Bukowski . O Knausgard . La lista de escritores torturados por las drogas, el alcohol o por su malditismo es abundante. Libros imprescindibles no hay tantos.

Y así hemos llegado a estos tiempos de sobreexposición y narcisismo, a esta literatura quejumbrosa del yo. Yo y mi maternidad. Yo y los hijos que no puedo tener. Yo y mi depresión. Yo y mi sexualidad. Yo y mis padres. Yo y mi adolescencia. Cualquiera que arrastre una calamidad tras de sí y sepa venderla con cierta habilidad encuentra sin problema editor y público.

De entre la larga nómina de autores ensimismados, Édouard Louis (Amiens, 1992) es uno de los que mejor ha sabido explotar sus miserias. El nuevo chico rebelde de las letras francesas irrumpió en el panorama literario con 21 años y una historia personal que incluía una traumática infancia y adolescencia como homosexual en un pueblo obrero al norte de Francia, en el seno de una familia pobre sin educación y entregada a la ultraderecha.

Él mismo, dice en « Para acabar con Eddy Bellegueule », no leyó su primera novela hasta los 17 años y habría sido arrastrado a una vida de violencia y delincuencia si no hubiera escapado a París de su familia y de su nombre, Eddy Bellegueule (Eddy Jetaguapa), para convertirse en Édouard Louis. La víctima de la Francia postindustrial es ahora un autor de éxito, traducido a una veintena de idiomas, intelectual y refinado.

Cuando su familia se atrevió a decir que había mucha ficción en lo que Louis vendía como autobiográfico, él, escritor ágil, ya estaba contando otro trauma en « Historia de la violencia »: la violación e intento de asesinato que sufrió en la Nochebuena de 2012 por un joven de origen argelino. El supuesto agresor negó los hechos y pidió una indemnización de 50.000 euros.

Louis señala en esta novela que la sociedad es responsable tanto de la violencia que sufrimos como de la que ejercemos. Todos víctimas y un único matón: el sistema, que oprime a los pobres, a los inmigrantes y a los homosexuales. Esta es también la tesis de su tercer libro, « Quién mató a mi padre » (Salamandra), un panfleto en el que a sus 26 años apunta a las clases dominantes, a Chirac, Valls, Sarkozy, Hollande y Macron , como responsables de las desdichas de papá Louis; antes una bestia salvaje, ahora enfermo y dependiente.

«La historia de tu sufrimiento tiene nombres y apellidos –escribe–. La historia de tu cuerpo es la historia de esos nombres que se han ido turnando para arruinarlo». Louis busca frases de impacto que puedan compartirse en Instagram, pues para eso es un veinteañero con conciencia, y divide el mundo entre buenos y malos, como el buen activista que es. La alta literatura ya llegará, si llega, y aptitudes tiene, cuando se quite el corsé de su personaje.

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