MÚSICA

«Dylan es un héroe, como el Ulises de “la Odisea”»

Jesús Ordovás, icono de la radio musical en España y pionero de la literatura rock en castellano, reedita su biografía sobre Bob Dylan

Jesús Ordovás en el Museo ABC en la inauguracion de una exposición sobre la Movida

Álvaro Alonso

A punto de cumplir 71 años, Jesús Ordovás (Ferrol, 1947) acaba de presentar en la editorial Sílex la reedición de su Bob Dylan , primer trabajo sobre el genio de Duluth publicado en 1972. Con tal motivo nos recibe.

Cuando escribe su libro hay muy poca literatura rock, hay prensa pero pocos libros.

No, libros ninguno, en España no había ningún trabajo dedicado a los Beatles, ni a los Rolling Stones, ni siquiera a Serrat.. Lo que sí había era revistas de música, la más seria era Disco Express que era un semanario en el que yo colaboraba. A raíz de la crítica que hice en 1970 de A New Morning es cuando me escribió un editor de Asturias, Silverio Cañada: «Me interesa que hagas un libro sobre Bob Dylan porque quiero comenzar una colección». Y añadió: «Lo quiero ya, eh» (Risas).

¿En cuánto tiempo lo escribió?

En diez días. A un capítulo por día. Me venía bien porque era un capítulo por disco, desde que llega a Nueva York en 1961 hasta 1970. Escribía a máquina por las noches, en una casa de Valencia de Tximo y María, una pareja que había conocido cuando iba de hippy a Ibiza.

El libro tiene el encanto de la escritura de la generación beat.

Acababa de leer On The Road de Jack Kerouac y si me lancé a la carretera y dejé Ciencias Políticas fue por seguir un poco el mito beat. Lo primero que hice fue vender unas cintas que había grabado del programa Vuelo 605 de Ángel Álvarez a una chica por dos mil pesetas y con ese dinero conseguí llegar a París y, al día siguiente, me puse a trabajar en una empresa de limpieza. Y justo cuando me pagaron, me compré todos los discos. Porque no se había editado ninguno en España.

«A principios de los 70 no había ningún libro en español dedicado a los grandes del pop»

Comienza el libro hablando de «la leyenda de Dylan», porque hay un juego fatal con los periodistas sobre todo, les toma el pelo.

Él quería dejar de lado a la persona, o sea a Robert Zimmerman, y crear un personaje. Contaba a los periodistas que no tenía padres, que había estado deambulando por EE.UU. en circos, que había conocido a muchos bluesmen …

¿Y hay algo de verdad en esa vida de vagabundo?

No, sus padres tenían una tienda y eran clase media judía, vivían en una casa normalita del pueblo, en Duluth. Luego entró en la Universidad de Minnesota, allí formó un grupo, tenía guitarra eléctrica, era un chaval normal.

Pero lo que sí es verdad es que sabía muy bien de quién hacerse amigo.

Al principio le costó que le tomaran en serio, él iba de «chaplinesco», con la guitarra y la armónica, con unos vaqueros raídos, apenas ganaba tocando para una mala habitación. Dormía en casas de amigos folk-singers . Aprendía de todos y escuchaba los discos que tenían en casa y, a veces, se los robaba. En dos ocasiones, amigos suyos, tanto en Minneapolis como en Londres, cuando Dylan durmió en su casa echaron de menos dos o tres discos (risas).

¿Y quién es Dylan?

Eso no te lo respondería ni él. Para mí: es un héroe, como el Ulises de la Odisea . Sobre todo, como comenta Robbie Robertson, «es una persona que te compone en media hora una canción». Leonard Cohen no entendía eso. Javier Krahe, que a lo mejor tardaba tres meses en componer una, decía: «Pues Dylan te hace una canción mientras estamos hablando».

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